Es noticia
"Traer y quitar piedras, enterrar y poner la tapa": la rutina sin fin de Toni el sepulturero
  1. España
"Enterrar y poner la tapa"

"Traer y quitar piedras, enterrar y poner la tapa": la rutina sin fin de Toni el sepulturero

El cementerio madrileño está recibiendo un 300% más de cuerpos por la crisis del Covid-19: "Estamos teniendo días con 10 u 11 entierros. La semana pasada hubo más de 40. A ver esta..."

Foto: Toni acondiciona una sepultura para uno de los cuerpos que llegarán este domingo al cementerio de San Justo. (Foto: Carmen Castellón)
Toni acondiciona una sepultura para uno de los cuerpos que llegarán este domingo al cementerio de San Justo. (Foto: Carmen Castellón)

"Esperad aquí, que está metido en una sepultura", explican en el cementerio cuando se les pregunta por el enterrador. Quince minutos después, Toni se presenta en la entrada para hacer de guía por el jardín de su casa.

Los Sánchez de Castro llevan tres décadas viviendo en el cementerio madrileño de San Justo. "Buenas carreras me pegaba yo por aquí cuando era pequeño", comenta con un cigarro en la boca mientras pasea entre los muertos. La casa de la familia se encuentra justo en la entrada de la necrópolis, donde tanto él como su padre trabajan como sepultureros: "He probado como albañil y esto te da más estabilidad". Aunque el incremento de fallecidos por el coronavirus le obliga a coger la pala con más frecuencia, Toni evita el dramatismo al valorar la situación. Al fin y al cabo, su misión sigue siendo la misma: "Traer y quitar piedras. Enterrar y poner la tapa".

placeholder La casa del cementerio de San Justo en la que se crio Toni y en la que todavía viven sus padres. (Foto: Carmen Castellón)
La casa del cementerio de San Justo en la que se crio Toni y en la que todavía viven sus padres. (Foto: Carmen Castellón)

La mañana del sábado, en San Justo se celebran ocho sepelios. El cementerio está recibiendo un 300% más de cuerpos durante la pandemia, pero el primer día del fin de semana no ha sido tan duro: "Estamos teniendo algunos con 10 u 11 entierros. La semana pasada hubo más de 40. A ver esta...". Además de Toni y su padre, el cementerio cuenta con dos sepultureros, pero el aumento de trabajo se nota en el esfuerzo físico. "Hay mucho más volumen. También vienen menos familiares, pero eso no nos afecta mucho a nosotros: solo damos el pésame y nos aseguramos de que guarden la distancia". Con 31 años, lo suyo es cavar, no hacer de plañidera.

Toni, de hecho, no le da demasiada importancia al aspecto emocional. Cuando se le pregunta por cómo se siente al trabajar en primera línea de la pandemia, responde con una sonrisa: a él, las metáforas bélicas de los periodistas le suenan a chiste. Con sus botas manchadas de barro y la pala en la mano, por momentos parece más un jardinero, espejismo que cobra fuerza cuando habla de la importancia de las flores para identificar las tumbas más recientes: "Tú mira las coronas, qué es lo que te lo dicen". Si las flores no se han marchitado, lo más probable es que sea una víctima de Covid-19.

placeholder La sepultura en la que se enterrará un cuerpo este domingo. (Foto: Carmen Castellón)
La sepultura en la que se enterrará un cuerpo este domingo. (Foto: Carmen Castellón)

El sepulturero tampoco habla de temor al abordar el riesgo de contagio, sino de precaución. Según explica, los cuerpos llegan con un certificado en el que se les avisa de las causas de la muerte y de la posible infección por coronavirus: "Pone 'sí', 'no' o 'posible'. Ahora la mayoría son 'sí' o 'posible', pero las funerarias son las que se encargan de decirnos si hay riesgo. Cualquier muerte por causas respiratorias...". Francisco Belmonte, otro de los trabajadores del cementerio, apunta por su parte que se ha vuelto normal recibir cuerpos con retraso: "El colapso, entre comillas, está provocando que lleguen personas que fallecieron hace cuatro, cinco o incluso seis días". "También vienen muchos del Palacio de Hielo. Hay veces que programas el entierro para la una y media y acaba celebrándose a las cuatro porque tardan en localizarlo, hay otras funerarias por delante...".

A diferencia de otros cementerios, en San Justo solo se celebran entierros hasta el mediodía. Este sábado, de hecho, a la una ya había finalizado el último. "Hay un programa que se llama 'party', que lo utiliza mi hijo, y permite hacer videollamadas", comentan un par de trabajadores en el aparcamiento. Ahora que solo pueden asistir "cinco o seis familiares" a los entierros, son muchas las familias que les piden sacar fotos o grabar la ceremonia, por lo que San Justo quiere ofrecer una nueva posibilidad: el 'teleentierro'. Si los seres queridos no pueden despedirse en persona, que por lo menos lo hagan por videollamada. Mientras en las oficinas trabajan en esa idea, Toni se encarga de preparar las tumbas del domingo.

"Esperad aquí, que está metido en una sepultura", explican en el cementerio cuando se les pregunta por el enterrador. Quince minutos después, Toni se presenta en la entrada para hacer de guía por el jardín de su casa.

El redactor recomienda