Colas kilométricas en los pasos fronterizos españoles por los exhaustivos controles
Los agentes revisan de uno en uno los vehículos que no son camiones para comprobar que se trata de desplazamientos justificados por causas de fuerza mayor o situación de necesidad
Las consecuencias del cierre de fronteras terrestres vigente desde la medianoche se están dejando notar en el paso entre Tui (Pontevedra) y Valença, el más transitado entre Galicia y el norte de Portugal, con colas de más de tres kilómetros.
Tras las medidas adoptadas por el Gobierno para frenar el avance del coronavirus, en las inmediaciones del puente internacional sobre el río Miño hay habilitado uno solo de los dos carriles de circulación, en el que desde primera hora se ha formado una larga hilera de vehículos, la mayoría camiones de transporte de mercancías, a los que la Policía Nacional deja pasar de forma automática.
No sucede lo mismo con el resto de vehículos, que los agentes revisan de uno en uno para comprobar que se trata, efectivamente, de desplazamientos justificados por causas de fuerza mayor o situación de necesidad.
En caso contrario, la Policía está obligando a dar la vuelta, y a tal efecto se ha habilitado un paso en el puente para facilitar la maniobra.
España y Portugal acordaron suspender las conexiones ferroviarias y aéreas entre ambos países, y por carretera solo están habilitados los pasos Valença-Tui, Vila Verde da Raia-Verín, Quintanilha-San Martín, Vilar Formoso, Termas de Monfortinho, Marvão, Caia-Badajoz, Vila Verde de Ficalho y Vila Real de Santo António-Ayamonte.
En el paso fronterizo de La Jonquera (Girona-Francia), agentes de Policía Nacional y Mossos d'Esquadra filtran desde esta pasada medianoche la entrada a territorio español. Los puntos de control se han establecido en el peaje de la autopista AP-7, la principal vía de conexión con Francia, y en el de la N-II en el núcleo conocido como El Pertús.
En el primero, los Mossos se encargan esta mañana de desviar a todos los vehículos al lugar en el que se encuentra la Policía Nacional, a tan sólo unos metros, aunque a los camiones se les da salida rápida.
Allí, los agentes establecen un solo carril, donde se informa a los conductores del cierre de fronteras y de las excepciones que permiten la entrada, como son las de ser ciudadanos españoles, residentes en el país, trabajadores transfronterizos o acreditar causas de fuerza mayor o situación de necesidad.
El control en El Pertús es de menor envergadura, ya que los camiones están obligados a circular por la AP-7 desde hace dos años para reducir la siniestralidad en la N-II. El dispositivo es similar al de la autopista, aunque si allí el tráfico tiene poco que ver con el habitual por la baja densidad de vehículos, aquí es todavía menor.
Las consecuencias del cierre de fronteras terrestres vigente desde la medianoche se están dejando notar en el paso entre Tui (Pontevedra) y Valença, el más transitado entre Galicia y el norte de Portugal, con colas de más de tres kilómetros.
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