Es noticia
Marruecos se cierra y bloquea a ciudadanos suyos en Algeciras, Ceuta y Melilla
  1. España
POR EL CORONAVIRUS

Marruecos se cierra y bloquea a ciudadanos suyos en Algeciras, Ceuta y Melilla

Cientos de marroquíes procedentes de Italia y Francia deambulan por las ciudades del Estrecho exigiendo una solución. Marruecos ha confirmado 28 casos de infectados

Foto: El aeropuerto de Marrakech (Marruecos). (Reuters)
El aeropuerto de Marrakech (Marruecos). (Reuters)

Pese a la entrada en vigor del estado de alarma, que solo permite desplazamientos individuales, unas 80 personas se concentraron el domingo por la mañana en el centro de Algeciras. Eran marroquíes, a los que las autoridades de Rabat no autorizan a regresar a su país, y que protestaban ante el consulado de Marruecos.

Rabat anunció el jueves la suspensión de los vuelos y enlaces marítimos para pasajeros con España y el viernes a las 6:00, prácticamente sin avisar, clausuró también sus fronteras terrestres con Ceuta y Melilla en un intento de protegerse de la propagación del coronavirus. En Marruecos había, el domingo por la tarde, 28 casos de infección confirmados, incluido el ministro de Fomento, Abdelkader Amara.

El cierre fronterizo contempló algunas excepciones para permitir, por vía terrestre, el regreso de los turistas españoles atrapados en Marruecos —varios cientos viajaron apresuradamente en autobús de Marrakech a Ceuta—, pero no en sentido inverso. Unos 900 marroquíes se quedaron bloqueados a partir del viernes en las dos ciudades autónomas y, sobre todo, en Algeciras, desde donde no les dejaron cruzar en ferri a Ceuta.

Desde que estalló la epidemia, muchos países han establecido restricciones a la hora de permitir el cruce de sus fronteras, pero ninguno ha vetado el regreso de sus propios ciudadanos como ha hecho Marruecos. Su decisión contribuye además a agravar un poco la crisis sanitaria que atraviesa España.

“Ante la gravedad de la situación sanitaria, exijo soluciones”, declaró al teléfono José Ignacio Landaluce (PP), alcalde de Algeciras. “He pedido al Gobierno que actúe”, añadió. Calculaba que hasta el domingo a mediodía habían llegado a su ciudad ocho autobuses repletos de marroquíes y otros cuatro estaban en camino, aunque la Guardia Civil tenía intención de pararlos. A los autobuses había que sumar algunos coches particulares.

placeholder

Sus pasajeros eran en su mayoría inmigrantes marroquíes residentes en el norte de Italia —una zona muy golpeada por el Covid-19— y, en menor medida, en Francia, que habían sido despedidos de sus puestos de trabajo en los últimos días y pretendían volver a su país hasta que se despeje el horizonte económico. A ellos se añadían un puñado de marroquíes que habían estado de turismo en España.

El alcalde Landaluce propuso alojar a unos cuantos en la principal mezquita de la ciudad, pero la junta directiva lo rechazó. Después pidió al subdelegado que se hospedasen en el Centro de Atención Temporal de Extranjeros, actualmente cerrado. También recibió una respuesta negativa porque está previsto para inmigrantes irregulares recién desembarcados de las pateras y no para residentes en la Unión Europea.

El Ministerio del Interior sí encargó a un inspector de policía que desarrollase una labor de buenos oficios entre los inmigrantes y el consulado de Marruecos. A última hora de la tarde, sus gestiones parecían dar fruto porque, ante la imposibilidad de cruzar a su país, algunos inmigrantes parecían dispuestos a regresar a Italia a cambio de que les sufragaran el viaje de vuelta con 50 euros por persona y el pago de la gasolina. El vicecónsul marroquí argumentó, para convencerles, que si acaban sufriendo problemas de salud, serán mejor atendidos en su país de residencia.

Los ánimos estuvieron, sin embargo, muy caldeados el viernes. Un puñado de inmigrantes se introdujo a la fuerza en el consulado y en su patio hubo gritos, empujones y algún tortazo. “El rey [Mohamed VI] tiene que hacer algo, decirnos algo: somos marroquíes e italianos”, imploraba una joven ante las puertas de la sede diplomática. Tras ese incidente, la policía acordonó el consulado.

placeholder Autobuses marroquíes, en el puerto de Algeciras.
Autobuses marroquíes, en el puerto de Algeciras.

En Ceuta, en cambio, persiste el problema. Cerca de 200 marroquíes pasaron la noche del viernes al sábado a la intemperie al lado de una frontera que no podían cruzar. Las fuerzas de seguridad les desalojaron el sábado y se trasladaron a la explanada del Chorrillo. Voluntarios de varias asociaciones caritativas, empezando por la islámica Luna Blanca, y también los vecinos del célebre barrio de El Príncipe, les llevaron bebidas calientes, bocadillos y mantas.

Ceuta fue hasta el sábado la única ciudad de España de cierta importancia en la que no había ningún caso de infectado por el coronavirus, pero ese día se confirmó el primero, un estudiante recién llegado de Madrid. Veinticuatro horas antes, habían aflorado en Melilla los tres primeros infectados.

placeholder La policía acordona el consulado.
La policía acordona el consulado.

La suspensión de todos los vuelos con el extranjero, y no solo con España, anunciada el domingo por Marruecos, deja empantanados en los aeropuertos de Europa a miles de marroquíes. “La situación para ellos es dramática”, recalcaba el domingo el diario 'L’Economiste', de Casablanca. “Por ahora, ninguna medida ha sido anunciada” para sacarles del apuro, añadía. “¿Qué va a hacer el Reino de Marruecos con sus ciudadanos bloqueados en el extranjero?”, se preguntaba.

Las drásticas medidas tomadas por Rabat (cierre de colegios, cancelación de la Liga marroquí, etcétera), pese al escaso número de casos detectados, son reveladoras de la poca confianza que tienen las autoridades de Marruecos en su sistema sanitario, público y privado, cuyo colapso temen. Para intentar reforzarlo, Mohamed VI anunció el domingo, a través de un comunicado, la puesta a disposición de una partida adicional de unos 900 millones de euros con la que se intentará también mitigar los efectos de la crisis sobre la economía.

Pese a la entrada en vigor del estado de alarma, que solo permite desplazamientos individuales, unas 80 personas se concentraron el domingo por la mañana en el centro de Algeciras. Eran marroquíes, a los que las autoridades de Rabat no autorizan a regresar a su país, y que protestaban ante el consulado de Marruecos.

Algeciras Melilla