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Médica de Urgencias e infectada por el virus: "Estaba más extendido de lo que parecía"
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"TARDAN CUATRO DÍAS EN HACERNOS LA PRUEBA"

Médica de Urgencias e infectada por el virus: "Estaba más extendido de lo que parecía"

Esta médica se infectó tras guardias de hasta 24 horas en Madrid. Explica que al principio hubo casos a los que no se les hizo el test porque el cuadro clínico era difuso y entraban en el protocolo

Foto: Hospital de Torrejón de Ardoz. (EFE)
Hospital de Torrejón de Ardoz. (EFE)

Los médicos son el primer frente contra el coronavirus. En los primeros días, cuando España pensaba estar al margen del virus que ya afectaba Asia e Italia, algunos se contagiaron. Aurora, de 47 años, lleva 20 en las Urgencias de un hospital del sur de Madrid y el viernes estuvo en una guardia larguísima haciendo frente a una avalancha de casos sospechosos. El lunes empezó a sentirse mal y abandonó su puesto de trabajo.

El martes, ya en casa, aislada en una habitación y hablando con su familia a través de la puerta, explicó por teléfono su situación y los problemas que padecen. "Tardan entre cuatro y cinco días en venir a hacernos la prueba. Son días que son esenciales. Aunque esté enferma, siento no poder atender pacientes junto a mis compañeros en una situación como esta, supongo que lo llevamos ya en el ADN". Estaba con fiebre alta y resistente a los antipiréticos y con la sensación de que los efectos del Covid-19 no son ni mucho menos los de una gripe.

La semana pasada, esta doctora, médica de Urgencias en un hospital público, hizo guardias de hasta 24 horas. El lunes empezó a sentirse mal y se fue a casa. "Estoy aislada en mi casa, hablando con mi familia a través de la puerta. En 20 años en Urgencias con virus gripales, nunca he parado la actividad laboral. Además de que me tengo que aislar, noto la imposibilidad física para trabajar. Es un cuadro parecido al gripal pero mayor".

Ahora recuerda los últimos días de la semana pasada, con multitud de casos que no cumplían el protocolo vigente entonces para ser sospechoso de ser positivo de coronavirus pero que, visto en perspectiva, tenían el aspecto de tenerlo. "Aunque hubiera medidas de control, creo que está más extendido de lo que pensamos, incluso de manera subclínica. Hay casos que no son tan típicos, por ejemplo, un paciente que llega solo con una confusión no puedes atribuir al coronavirus pero que 'a posteriori' hemos visto que era el virus. A este paciente no se le clasificó como posible caso en el triaje del hospital y lógicamente no se le agrupó en aislamiento respiratorio. Los test no se han hecho de manera masiva porque teóricamente no había esa necesidad. La sensación es que todo ha ido muy rápido, más rápido de lo previsto, y de que el virus es muy contagioso".

"Aunque hubiera medidas de control, creo que está más extendido de lo que pensamos, incluso de manera subclínica"

Al principio, el protocolo solo recomendaba el test a pacientes que venían de zonas de riesgo o que habían estado en contacto con casos sospechosos. Sin embargo, después se supo que España tuvo la primera muerte fuera de Asia, lo que implica que el virus ya circulaba por el país. "Había gente que venía con síntomas no típicos y de los que no se podía sospechar pero que acababan dando positivo. Creo que esos cuadros no típicos nos han despistado, al identificar distintos casos cuando venían en avalancha. Los médicos y personal de enfermería a pie de pista teníamos la impresión de que había más casos de los que estábamos diagnosticando y mandábamos a casa a mucha gente con sospecha y con las medidas de aislamiento domiciliario. ¿Pero qué hacíamos con ellos? Era gente que sabes que no va a hacer la contención domiciliaria: o no pueden, o no lo entienden como una responsabilidad para evitar la transmisión".

Foto: Imagen con microscopio electrónico del nuevo coronavirus. (EFE / EPA)

Los últimos días de la semana pasada, cuando el Gobierno insistía en un mensaje de calma, en las Urgencias ya notaron un aumento de casos. "La gran mayoría eran mayores con patologías cardíacas, pero también había casos con gente joven que en 24 horas pasaba de una radiografía normal a una infame con un infiltrado lateral e intersticial. Quizá lo vemos en cada epidemia estacional y no le damos tanta importancia porque lo conocemos y quizás ahora nos ha llamado más la atención. El domingo, el virus corría como la pólvora. En La Paz hubo una avalancha con más de 70 ingresos. Los compañeros salían de las guardias llorando desesperados. Venía una persona mayor con un síndrome confusional y acababa siendo coronavirus".

¿Se contagió atendiendo pacientes que no estaban catalogados como sospechosos? "Avisé al hospital de que estaba con síntomas sugestivos del virus y de que pudo ser allí, pero no puedo asegurar que no me haya contagiado en mil sitios con mucha población alrededor, viendo la facilidad de contagio". Ahora sufre la saturación que vive la sanidad madrileña: "El lunes fui incapaz de contactar a lo largo de toda la mañana con el teléfono de atención. Me quemaba la oreja. Después me atendieron muy bien. Era imposible contactar con el 900 y me quemaba la oreja, pero estaban sobrecargados. Ser sanitario es un modo de vida. La mayoría de los profesionales damos el callo aunque estemos agotados, y damos de sí el 150% en una situación como esta y en otras. Sin embargo, en los últimos años hemos sentido la aplicación de recortes y la precariedad laboral de una manera especialmente intensa. Esto no ayuda a la hora de tener que poner en marcha un sector desmotivado, adormecido y poco cuidado. Muchos respondemos solo desde la vocación como única motivación para seguir adelante".

Foto: Juan Martínez Hernández, en un vídeo.

El reto del coronavirus para el sector sanitario es que los que acaban en la UVI, aunque no sean un porcentaje muy alto, tienen estancias prolongadas, de unos 20 días, lo que amenaza con colapsar las unidades de intensivos. "Llevamos siglos conviviendo con Urgencias colapsadas. No es algo nuevo. En picos de gripe, hay gente en los pasillos. Lleva así años". Pero con la UCI es distinto. Ahora, entre paracetamol de un gramo y duchas de agua fría, hablando con su familia a través de la puerta, esta doctora espera que le hagan el test. En su caso, es altamente probable que sea positivo. Pero hay otros médicos aislados por precaución sin síntomas tan claros que tampoco reciben la prueba. "Yo tengo que estar con mi bata en el hospital en cuanto deje de ser contagiosa. Hay muchísimos pacientes y se están bloqueando los servicios".

Los médicos son el primer frente contra el coronavirus. En los primeros días, cuando España pensaba estar al margen del virus que ya afectaba Asia e Italia, algunos se contagiaron. Aurora, de 47 años, lleva 20 en las Urgencias de un hospital del sur de Madrid y el viernes estuvo en una guardia larguísima haciendo frente a una avalancha de casos sospechosos. El lunes empezó a sentirse mal y abandonó su puesto de trabajo.

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