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Los guardias civiles no quieren ascender: hay mil aspirantes menos a sargento que en 2017
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SIN INCENTIVOS PARA SUBIR DE ESCALA

Los guardias civiles no quieren ascender: hay mil aspirantes menos a sargento que en 2017

La categoría profesional ya no tiene atractivo para los funcionarios de la escala básica, que critican que los suboficiales no ejerzan como jefes ni vayan a cobrar como tales

Foto: Los guardias civiles no ven claro el futuro de la categoría de sargento. (EFE)
Los guardias civiles no ven claro el futuro de la categoría de sargento. (EFE)

Los agentes y los cabos de la Guardia Civil ya no quieren ascender a sargento. Lo ponen de manifiesto los datos de los últimos años. Según explican desde la Asociación de Suboficiales del instituto armado, en 2017 hubo 2.504 funcionarios que se presentaron a los concursos internos de oposición para convertirse en sargento. Un año después, la cifra descendió hasta los 2.066 candidatos. El pasado ejercicio, apenas 1.462 agentes aspiraron a una plaza de sargento, el primero de los empleos de la escala de suboficiales del instituto armado. En total, la reducción de aspirantes supera el 40% en dos ejercicios.

A juicio de la mencionada Asociación de Suboficiales, los funcionarios no quieren ascender por promoción interna porque no les merece la pena ni económica ni profesionalmente. Por un lado, argumentan, la subida salarial que prevé el acuerdo de equiparación no engorda lo suficiente el bolsillo de los sargentos como para que a los subordinados les compense el ascenso, que por otra parte conlleva un cambio de destino, con la parafernalia que esto lleva asociado. Los suboficiales piden un incremento del complemento específico singular (plus afectado por el acuerdo de equiparación) diferenciado, como el que tienen los oficiales del cuerpo. "Si no me pagan la responsabilidad, para qué voy a ascender", reflexionan desde la citada asociación, que entiende que debería haber algún incentivo económico claro.

Foto: La intervención de armas era uno de los puestos que hasta ahora dirigía un sargento. En la foto, una incautación.(EFE)

También consideran los suboficiales que en estos momentos, en la práctica, los sargentos están llevando a cabo tareas propias de guardias y cabos. Estos últimos, añaden, al ver que tras pasar todo el proceso de ascenso se van a dedicar a hacer lo mismo que antes, pierden el interés. "La falta de personal que se ha acumulado en estos últimos años en la escala básica ha provocado que los suboficiales tengan que salir a patrullar y a hacer en definitiva labores que hacen los agentes de base", subrayan desde la Asociación de Suboficiales (ASES), que reclama al Ministerio del Interior que cumpla la legislación y que los sargentos, brigadas y subtenientes realicen las funciones que prevé el artículo 17 de la Ley de Personal de la Guardia Civil.

Este punto de la norma, en concreto, establece que "los miembros de la escala de suboficiales constituyen el eslabón fundamental de la estructura orgánica de la Guardia Civil". "Desarrollan acciones ejecutivas y las directivas que les correspondan a su nivel, ejerciendo el mando y la iniciativa adecuados al mismo, impulsando el cumplimiento de las órdenes e instrucciones recibidas y efectuando el control y la supervisión de las tareas encomendadas", añade el citado artículo, que concluye que, "por su cualificación, capacidades y experiencia, serán estrechos colaboradores de los oficiales y líderes para sus subordinados, con los que mantendrán un permanente contacto".

"Algunas comandancias se inventan nuevas tareas para que hagan los sargentos porque no hay personal para cubrirlas", sostienen desde ASES, asociación que considera que la falta de expectativas profesionales también influye en esa falta de interés por parte de los cabos y guardias para crecer profesionalmente. En concreto, los suboficiales se refieren a que, como también demuestran los datos, tampoco es atractivo ascender de sargento a brigada. Según los casos recopilados por ASES, miles de sargentos han decidido renunciar en los últimos meses a su derecho a subir de categoría profesional. En concreto, aseguran desde la asociación, casi el 70% de los sargentos del cuerpo que este año han sido propuestos para promocionar ha rechazado la 'invitación'. En otras palabras, dos de cada tres entienden que el ascenso les perjudica o no les compensa.

Foto: Manifestación por la equiparación en febrero de 2018. (EFE)

La razón en este caso, atribuyen desde la mencionada asociación, es que el Ministerio de Defensa ha reclasificado los puestos de trabajo que hasta ahora ocupaban los brigadas —empleo por encima de sargento— para ubicar en ellos a los nuevos tenientes recién salidos de la academia de oficiales el pasado julio. Son plazas de jefaturas de seguridad ciudadana de las comandancias, de centros de operaciones de servicio (el equivalente a la sala del 091 policial) o de intervención de armas, entre otras. Los brigadas eran hasta ahora los máximos responsables de estos departamentos, que tras la decisión de Defensa pasan a ser dirigidos por los mencionados tenientes y también se quedan sin funciones diferenciadas.

La reclasificación ordenada por Defensa, por lo tanto, hace que sea menos atractivo para los sargentos saltar de categoría profesional, hándicap que también ven los guardias y cabos cuando se plantean convertirse en suboficiales. La dificultad les echa para atrás y provoca que todos ellos vean pocos incentivos, así como un futuro profesional poco seductor. En este contexto, ASES también ha reclamado a Defensa que desarrolle lo que contempla el Estatuto Básico del Empleado Público, que prevé "el desarrollo de una carrera profesional horizontal, no solo vertical", con el fin de que los funcionarios tengan motivaciones profesionales, como incentivos, diferencias retributivas o ascensos, dentro del mismo escalafón, posibilidades que, según los suboficiales, hoy no existen en la Guardia Civil.

Desde el Ministerio del Interior, aseguran no estar preocupados por este descenso. Tradicionalmente, siempre se han cubierto las plazas de sargento porque se presentan miles de aspirantes para ocupar cientos de destinos. "Las plazas no corren peligro", sentencian desde el departamento dirigido por Fernando Grande-Marlaska, que entiende que hubo momentos en los que ha habido hasta 7.000 candidatos.

Los agentes y los cabos de la Guardia Civil ya no quieren ascender a sargento. Lo ponen de manifiesto los datos de los últimos años. Según explican desde la Asociación de Suboficiales del instituto armado, en 2017 hubo 2.504 funcionarios que se presentaron a los concursos internos de oposición para convertirse en sargento. Un año después, la cifra descendió hasta los 2.066 candidatos. El pasado ejercicio, apenas 1.462 agentes aspiraron a una plaza de sargento, el primero de los empleos de la escala de suboficiales del instituto armado. En total, la reducción de aspirantes supera el 40% en dos ejercicios.

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