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PSOE y Podemos citan de urgencia la mesa de coordinación tras las polémicas internas
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POR EL DESENCUENTRO CON EL 'SOLO SÍ ES SÍ'

PSOE y Podemos citan de urgencia la mesa de coordinación tras las polémicas internas

La reunión se producirá el jueves 12 de marzo para limar diferencias de fondo y forma, y los socios de la coalición se han emplazado a tratar de resolver los desencuentros con discreción

Foto: Primera reunión de la mesa permanente de seguimiento del acuerdo de coalición, el pasado 20 de febrero en el Congreso. (EFE)
Primera reunión de la mesa permanente de seguimiento del acuerdo de coalición, el pasado 20 de febrero en el Congreso. (EFE)

Los socios del Gobierno de coalición han decidido convocar para la próxima semana la mesa de coordinación entre ambas formaciones para abordar las últimas discrepancias entre ministros socialistas y de Unidas Podemos surgidas en torno al anteproyecto de violencias sexuales, que impulsó el Ministerio de Igualdad, dirigido por Irene Montero. La reunión se celebrará la próxima semana, el jueves 12 de marzo, según ha podido saber este diario de fuentes del Ejecutivo, siendo la segunda cita de estas características en menos de tres semanas. Este órgano de seguimiento del acuerdo, previsto en los protocolos de coordinación firmados tras el pacto de gobierno, se reunió por primera vez el pasado 20 de febrero, cinco semanas después de que echase a andar la coalición. Dicha mesa no tiene marcada una periodicidad fija, sino que se convoca en función de las circunstancias, y durante los últimos días se han incrementado los choques que ahora buscarán encauzarse.

Además de las fricciones por el texto de la ley conocida como de 'solo sí es sí', que guardan una relación directa con la lucha por el voto feminista, se han abierto nuevas grietas porque los socialistas, amparándose en los letrados de la Cámara Baja, rechazan crear una comisión de investigación en el Congreso sobre presuntos delitos económicos cometidos por el rey Juan Carlos, como exige Unidas Podemos junto a otros grupos parlamentarios debido a las pesquisas de un fiscal suizo. A todo ello se suma el hecho de que continúan las réplicas del enfrentamiento entre los morados y el ministro de Interior, Fernando Grande-Marlaska, a cuenta de las devoluciones en caliente, o las divergencias a cuenta de la reforma educativa (la 'ley Celaá') o el recurso de la Abogacía del Estado contra la condena por el caso del cámara de Telecinco José Couso, muerto por una acción militar de EEUU en Irak en 2003. Este mismo jueves se hizo patente otra fricción cuando la Moncloa lanzó un comunicado con el que reivindicaba la labor de coordinación del Ministerio de Sanidad en la gestión del coronavirus horas después de que Trabajo, en manos de los morados, publicara una guía de actuación en los centros laborales que irritó a los agentes sociales por no haberla pactado con ellos.

Foto: Los reyes eméritos don Juan Carlos y doña Sofía, en el funeral de la infanta Pilar de Borbón, el pasado 29 de enero en San Lorenzo de El Escorial. (EFE)

Ambas delegaciones acuden a la cita con la voluntad de llegar a consensos y tratar de pulir sus diferencias. De hecho, en las últimas horas ya han tratado de encauzar las discrepancias y acordado resolverlas con la mayor discreción posible. A la cita de la próxima semana, que a falta de cerrar su fecha previsiblemente se producirá el jueves, acudirán dos representantes de la Presidencia del Gobierno (Iván Redondo y Félix Bolaños), dos de la Vicepresidencia Primera (Isabel Valldecabres y Antonio Hidalgo), que dirige Carmen Calvo, otros tantos de la Vicepresidencia segunda de Pablo Iglesias —su jefe de gabinete y la secretaria de Estado de la Agenda 2030—, el secretario de Estado de Comunicación, Miguel Ángel Oliver, otro del área de comunicación de la Vicepresidencia de Derechos Sociales (Juanma del Olmo) y los respectivos portavoces de los grupos parlamentarios del PSOE y Unidas Podemos, Adriana Lastra y Pablo Echenique.

En los últimos días, han estallado las fricciones por la Ley de Libertades Sexuales y también por la ley Celaá, el caso Couso o la guía del coronavirus


El objetivo de estas reuniones es vigilar el cumplimiento del programa pactado, consensuar las posiciones políticas y gestionar las diferencias. En el primer y último encuentro de la mesa, además, se decidió crear mecanismos para intentar anticiparse incluso a eventuales noticias o iniciativas legislativas de otros grupos parlamentarios negociando las discrepancias que pudiesen surgir en sus posicionamientos. No obstante, son conscientes de que no siempre se va a poder coordinar una posición común.

Foto: Salvador Illa, ministro de Sanidad, junto al director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias, Fernando Simón, el pasado 29 de febrero. (EFE)

Integrados en los 'maitines'

Al margen de este órgano de coordinación, existen canales de comunicación permanente, de carácter informal. Uno entre los portavoces de los grupos parlamentarios, Adriana Lastra y Pablo Echenique (y las direcciones parlamentarias), y otro entre los miembros del Gobierno de uno y otro partido. Este segundo, denominado 'maitines', se realiza los lunes a primera hora, está formado por los pesos pasados del Ejecutivo y se reúne en Moncloa con la intención de coordinarse y definir la estrategia.

Desde la dirección del grupo confederal de Unidas Podemos, apuestan por comenzar a marcar un mayor perfil propio en el Congreso

De estos encuentros, liderados por el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, participan por parte del PSOE el jefe de Gabinete de Presidencia, Iván Redondo; la vicepresidenta primera, Carmen Calvo; la ministra portavoz, María Jesús Montero, los titulares de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, José Luis Ábalos, y de Sanidad, Salvador Illa, y el secretario de Estado de Comunicación, Miguel Ángel Oliver. Por parte de Unidas Podemos, acuden el vicepresidente segundo de Derechos Sociales, Pablo Iglesias; la ministra de Igualdad, Irene Montero; el portavoz parlamentario, Pablo Echenique, y el director de Comunicación y estrategia de la vicepresidencia morada, Juanma del Olmo.

placeholder Pablo Iglesias y Pedro Sánchez, en el Senado. (EFE)
Pablo Iglesias y Pedro Sánchez, en el Senado. (EFE)

A estos encuentros de coordinación se suma otro, también de carácter informal, que reúne semanalmente a los titulares de las cuatro vicepresidencias —Calvo, Iglesias, Nadia Calviño y Teresa Ribera— con el presidente del Gobierno. Citas que no tienen un día prefijado y que suelen sustanciarse a través de almuerzos de trabajo. El contenido de estas reuniones es más programático y aborda el desarrollo de los principales ejes estratégicos del Ejecutivo que competen a las diferentes áreas.

En las primeras semanas de andadura del Gobierno de coalición, ambos partidos han sido especialmente puntillosos a la hora de mantener una misma línea tanto política como comunicativa, pero desde la dirección del grupo confederal de Unidas Podemos apuestan por comenzar a marcar un mayor perfil propio en el Congreso. Los socialistas son más reticentes a que ambos grupos se diferencien en el sentido de su voto, pero el pasado jueves los morados se desmarcaron ya por primera vez de los socialistas al abstenerse en el pleno en una votación para la adhesión de Macedonia del Norte a la OTAN.

Foto: El ministro de Justicia, Juan Carlos Campo, con la vicesecretaria general del PSOE, Adriana Lastra, el pasado 20 de febrero en el Congreso. (EFE)

Calvo y Campo, en la diana

La pretensión pasa por tener una misma línea con el Gobierno de coalición y marcar más diferencias entre los grupos parlamentarios que eviten la sensación de que la acción política de los morados se está diluyendo bajo el manto de sus socios. Todo ello siempre que se pueda normalizar y no se genere de puertas para fuera una sensación injustificada de crisis entre los partidos que comparten el Gobierno. Y es que se insiste en que como se articulen todas estas cuestiones sentará un precedente sobre la manera de entender las coaliciones.

En el PSOE sí hay irritación con los socios, sobre todo después de que Iglesias hablara de "machistas frustrados". Ahora se intenta recomponer la unidad

Las fricciones, sin embargo, no han estado alejadas del seno del Ejecutivo, principalmente en lo referente a la ley de libertades sexuales, tanto en la forma como en el fondo. El desarrollo del anteproyecto, y en buena medida el relato por hacerse con la medalla de esta iniciativa de Igualdad, transformó la buena relación manifestada durante las primeras semanas en una hostilidad poco reprimida. Un enfrentamiento que protagonizaron varios ministerios socialistas, con Carmen Calvo (vicepresidencia primera) y Juan Carlos Campo (Justicia) a la cabeza, y los miembros de Unidas Podemos en el Ejecutivo.

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Si los socialistas acusan a los morados de inexperiencia, de precipitarse por la presión del calendario y de perpetrar una "chapuza" jurídica, los segundos arremeten directamente contra la número dos de Sánchez, al considerar que todo se debe a que "no asume todavía que Irene Montero tenga Igualdad", competencia que la vicepresidenta desempeñó en la pasada legislatura. La tensión arreció con unas palabras de Iglesias asegurando que "en las excusas técnicas", hay "mucho machista frustrado", en una referencia poco velada a las modificaciones que realizó Justicia sobre el texto. Una brecha que amenazó con extenderse con declaraciones del mismo tenor de Echenique o de la delegada del Gobierno contra la Violencia de Género, Victoria Rosell, y que se tratará de cerrar esta próxima semana en la mesa de coordinación.

placeholder La vicepresidenta primera del Gobierno, Carmen Calvo, conversa con el ministro de Justicia, Juan Carlos Campo, el pasado 20 de febrero en el Congreso. (EFE)
La vicepresidenta primera del Gobierno, Carmen Calvo, conversa con el ministro de Justicia, Juan Carlos Campo, el pasado 20 de febrero en el Congreso. (EFE)

En el PSOE, la tónica dominante ha sido la del cerrojazo informativo, el silencio casi sepulcral después de que Campo se defendiera frente a las acusaciones de Iglesias y le replicara, molesto, diciendo que los políticos a veces "hablan demasiado", se les calienta la boca. Sin embargo, sí hay irritación con el comportamiento de Unidas Podemos, que algunos dirigentes tachan de "desleal", aunque también previsible, porque los dos partidos forman parte de culturas muy distintas y comparten un "matrimonio de conveniencia". Sin embargo, y pese a las dificultades, en Ferraz y en el Ejecutivo insisten en que no habrá divorcio porque a las dos partes les interesa mantener su relación, ya que no hay alternativa. El presidente, además, es la figura a preservar porque, como señalan en su equipo, está "por encima" de las divergencias que planean en su Gabinete y mantiene una relación directa y cordial con Iglesias.

Ahora se trata de recomponer la unidad y de anticiparse a las siguientes crisis, si es que eso es posible. Porque, como dice un cargo de la sede federal, por encima de las reuniones y de los protocolos de coordinación, solo cabe la "buena voluntad" de los socios. Y si no existe, las bombas pueden continuar estallando en todo el camino.

Los socios del Gobierno de coalición han decidido convocar para la próxima semana la mesa de coordinación entre ambas formaciones para abordar las últimas discrepancias entre ministros socialistas y de Unidas Podemos surgidas en torno al anteproyecto de violencias sexuales, que impulsó el Ministerio de Igualdad, dirigido por Irene Montero. La reunión se celebrará la próxima semana, el jueves 12 de marzo, según ha podido saber este diario de fuentes del Ejecutivo, siendo la segunda cita de estas características en menos de tres semanas. Este órgano de seguimiento del acuerdo, previsto en los protocolos de coordinación firmados tras el pacto de gobierno, se reunió por primera vez el pasado 20 de febrero, cinco semanas después de que echase a andar la coalición. Dicha mesa no tiene marcada una periodicidad fija, sino que se convoca en función de las circunstancias, y durante los últimos días se han incrementado los choques que ahora buscarán encauzarse.

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