La lucha por el voto feminista que causó el choque entre PSOE y UP con el 'solo sí es sí'
Los votantes de entre 18 y 44 años identifican a Unidas Podemos como el partido que más está haciendo por la igualdad, mientras que los mayores de 65 años sitúan por delante al PSOE
La competición entre socialistas y morados por llevarse la medalla de la ley de libertades sexuales impulsada por el Ministerio de Igualdad, que lidera Irene Montero, guarda una relación directa con la lucha por el voto feminista. Solo en los dos últimos años ha crecido casi cuatro puntos el porcentaje de votantes que se definen ideológicamente como feministas, del 7 al 11% según el CIS, mientras que PSOE y Unidas Podemos son los principales partidos que los electores identifican como las organizaciones que más están haciendo por la igualdad. Los socialistas ganan entre los grupos de más edad y los morados entre los más jóvenes que, además, son quienes más se identifican con el feminismo. Esta tendencia es especialmente relevante porque los encuestados en el último barómetro del CIS que por edad todavía no podían ejercer su derecho a voto eligen como primera opción ideológica el feminismo, a mucha distancia de los que se declaran liberales.
Identificar las siglas con el feminismo se hace por tanto imprescindible para los partidos políticos, sobre todo de cara al futuro, de mantenerse esta tendencia, y de ahí el enfrentamiento de estos días entre socialistas y morados. Los segundos, además, van ganando por la mínima esta batalla, ya que, según el 23,6% de los electores, son quienes están haciendo más por la igualdad, frente al 22,4% que opina que es el PSOE. Esta diferencia se acrecienta entre los grupos de edad más jóvenes. Así entre los votantes de entre 18 y 44 años, Unidas Podemos gana al PSOE en este listado por más del doble.
Entre los de 44 y 55 años se igualan ambos partidos, y a partir de esta edad se impone el PSOE, llegando a triplicar a Unidas Podemos entre los mayores de 65 años, una de las principales bolsas de votantes. Se da la circunstancia de que los propios votantes socialistas identifican como más feminista a Unidas Podemos.
Los choques entre un sector del PSOE y Unidas Podemos que han acompañado el trámite del anteproyecto de la ley de libertades sexuales, conocida como del 'solo sí es sí', han estado relacionados con la proyección de cada partido hacia la opinión pública. Para Unidas Podemos, se trata de una de sus principales banderas, especialmente para Irene Montero, que pretendía llegar al 8-M con esta promesa cumplida para brindársela al movimiento feminista. De hecho, fue la sensación de que la vicepresidenta Carmen Calvo estuviese intentando apropiársela lo que hizo estallar las tensiones internas en forma de acusaciones cruzadas, de las que todavía se siguen produciendo réplicas.
Más aún, apoyándose en el mismo barómetro del CIS, cuando existe un amplio consenso con esta nueva normativa. El 71,3% considera insuficiente la ley contra la violencia de género y defiende que hay que hacer más para luchar contra este problema. Entre estos últimos, el 28,7% apuesta por endurecer las penas, el 17% por incrementar la educación en igualdad y el 11,6% por ampliar la protección de las mujeres que denuncian maltrato. Ambas formaciones no son ajenas a las encuestas y así lo deslizaban estos días fuentes que han participado en este debate.
Causaron especial crispación en Unidas Podemos los mensajes que se trasladaron desde la cúpula socialista horas antes de que se llevase la ley al Consejo de Ministros aduciendo que se habían observado "deficiencias" técnicas y "errores" en el texto. Cundió la sensación de que ahora era el PSOE quien quería apuntarse el tanto. "No es una ley de Igualdad, ahora es del Gobierno", se deslizaba desde el gabinete de Calvo, como luego repitió la ministra portavoz, María Jesús Montero, en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros, con unas palabras que quiso hacer suyas la ministra de Igualdad. Las formas, sin embargo, no habían gustado en Unidas Podemos, y fuentes de los morados en el Gobierno trasladaban un fuerte malestar por cómo se había gestionado todo. Y es que unas horas antes se filtraba a la Cadena SER que el borrador redactado por Igualdad tenía más componente político que legislativo, e incurría, a ojos de varios ministerios, en deficiencias y contradicciones.
Desde Unidas Podemos, se reaccionó plantando cara a Justicia y a la vicepresidencia primera. “A este ministro de Justicia hay que obligarle para hacer avances feministas, esta va a ser una de las peleas de Igualdad esta legislatura”, explicaban fuentes de Unidas Podemos en el Gobierno a este diario, lo que daba cuenta de que solo se trata de una primera batalla dentro de un conflicto de más largo alcance. Y no solo con Justicia. Estas mismas fuentes acusan también a la vicepresidenta primera de intentar recortar la ley de libertades sexuales con la "excusa" de los problemas técnicos. Una oposición que enmarcan en términos más generales y con fricciones que ya habrían surgido desde el primer día porque "Carmen Calvo no ha soportado perder el Ministerio de Igualdad".
En esta línea, recordaban las dificultades que surgieron para que Carmen Calvo participase en el acto de traspaso de carteras. Entonces se habría resistido a realizar en persona la entrega de la cartera que ostentó durante la pasada legislatura a su nueva titular, Irene Montero. Finalmente, siempre según la versión de fuentes moradas conocedoras de lo sucedido, fueron las gestiones del propio presidente, Pedro Sánchez, lo que habría propiciado un cambio de actitud para asistir a dicho acto protocolario. Las brechas que ha generado la ley conocida como de 'solo sí es sí' todavía siguen abiertas y la agenda feminista del Ejecutivo continuará siendo un punto de fricción entre los socios de la coalición. No solo por diferencias políticas en la concepción del feminismo, sino principalmente para proyectar hacia los potenciales votantes cual de los dos socios de la coalición defiende mejor estas posiciones.
La competición entre socialistas y morados por llevarse la medalla de la ley de libertades sexuales impulsada por el Ministerio de Igualdad, que lidera Irene Montero, guarda una relación directa con la lucha por el voto feminista. Solo en los dos últimos años ha crecido casi cuatro puntos el porcentaje de votantes que se definen ideológicamente como feministas, del 7 al 11% según el CIS, mientras que PSOE y Unidas Podemos son los principales partidos que los electores identifican como las organizaciones que más están haciendo por la igualdad. Los socialistas ganan entre los grupos de más edad y los morados entre los más jóvenes que, además, son quienes más se identifican con el feminismo. Esta tendencia es especialmente relevante porque los encuestados en el último barómetro del CIS que por edad todavía no podían ejercer su derecho a voto eligen como primera opción ideológica el feminismo, a mucha distancia de los que se declaran liberales.
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