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Podemos negocia con el PSOE marcar más perfil propio en las votaciones del Congreso
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LOS SOCIALISTAS SON RETICENTES

Podemos negocia con el PSOE marcar más perfil propio en las votaciones del Congreso

La pretensión pasa por tener una misma línea con el Gobierno de coalición y marcar más diferencias entre los grupos parlamentarios, siempre de manera negociada y pactando las divergencias

Foto: Última reunión de la comisión de coordinación parlamentaria entre PSOE y Unidas Podemos. (EFE)
Última reunión de la comisión de coordinación parlamentaria entre PSOE y Unidas Podemos. (EFE)

PSOE y Unidas Podemos son conscientes de que están creando desde cero una cultura de la coalición, al formar el primer Ejecutivo bipartito desde la vuelta de la democracia, y por ello han desarrollado protocolos de coordinación y canales de comunicación permanentes que eviten la imagen de "dos gobiernos en uno". En las primeras semanas de andadura del Gobierno de coalición, ambos partidos han sido especialmente puntillosos a la hora de mantener una misma línea tanto política como comunicativa, pero desde la dirección del grupo confederal de Unidas Podemos apuestan por comenzar a marcar un mayor perfil propio en el Congreso. Los socialistas son más reticentes a que ambos grupos se diferencien en el sentido de su voto, pero el pasado jueves los morados se desmarcaron ya por primera vez de los socialistas al abstenerse en el pleno en una votación para la adhesión de Macedonia del Norte a la OTAN.

La pretensión pasa por tener una misma línea con el Gobierno de coalición y marcar más diferencias entre los grupos parlamentarios que eviten la sensación de que la acción política de los morados se está diluyendo bajo el manto de sus socios. Todo ello siempre que se pueda normalizar y no se genere de puertas afuera una sensación injustificada de crisis entre los partidos que comparten el Gobierno. Y es que se insiste en que cómo se articulen todas estas cuestiones sentará un precedente sobre la manera de entender las coaliciones.

Foto: El vicepresidente segundo del Gobierno y secretario general de Podemos, Pablo Iglesias (c), en la presentación de su candidatura a la Tercera Asamblea Ciudadana. (EFE)

La prioridad de compaginar las diferencias existentes entre PSOE y Unidas Podemos con una acción política unitaria se ceñiría por tanto a las cuestiones más trascendentales y relacionadas con el Gobierno, dejando margen para remarcar los matices en el Congreso. Este mismo lunes, el coordinador federal de Izquierda Unida y ministro de Consumo, Alberto Garzón, señalaba que un Gobierno de coalición “lógicamente implica perspectivas distintas en su seno”, por lo que hay “diferencias” valorando, no obstante, que se están resolviendo “con bastante éxito”.

Los mecanismos de coordinación estarían funcionando, según aseguran fuentes participantes de los canales de comunicación entre ambos partidos, que tildan la relación hasta ahora de cordial. Su valoración en términos generales es positiva. En la última reunión de la comisión de seguimiento del pacto de gobierno, se acordó además resolver las diferencias con discreción y anticiparse incluso a eventuales noticias o iniciativas legislativas de otros grupos parlamentarios negociando las discrepancias que pudiesen surgir en sus posicionamientos. Si bien son conscientes que no siempre se va a poder coordinar una posición común. Todo ello después de que Justicia lograse que Unidas Podemos paralizase una proposición de ley para despenalizar los piquetes.

Las principales fricciones que se han producido hasta el momento han tenido como protagonistas a los titulares de los departamentos de Interior, a cuenta de las devoluciones en caliente que Unidas Podemos rechaza, y de Justicia, por sus objeciones a la redacción de la ley de libertades sexuales desarrollada por el Ministerio de Igualdad que dirige Irene Montero.

Foto: Íñigo Errejón y Pablo Iglesias se abrazan en Vistalegre. (EFE) Opinión

La primera fricción entre Igualdad y Justicia se debió a que desde el departamento que dirige Juan Carlos Campo se puso en cuarentena el anteproyecto de ley de libertades sexuales debido a la falta del visto bueno de la Comisión General de Secretarios de Estado y Subsecretarios y a diferencias en el contenido. Un "bloqueo", según criticaron desde Unidas Podemos, que hizo peligrar que el anteproyecto, que pasará mañana por el Consejo de Ministros, viese la luz antes del 8-M, como se pretendía en un principio. Finalmente, desde Moncloa se aseguró que "la Ley de Libertad Sexual tiene un consenso total en el Gobierno de coalición. Es un proyecto legislativo ilusionante, que estará listo en los plazos previstos y enviará un mensaje claro de compromiso del Gobierno con la igualdad de cara al 8 de marzo". Sin embargo, hasta este último lunes, desde el PSOE se trata de corregir contrarreloj lo que se consideraban lagunas técnicas del anteproyecto.

La divergencia de opiniones ya retrasó la aprobación en el Consejo de Ministros de la ley contra las violencias sexuales, que el Ministerio de Igualdad se planteó como urgente, pero en los últimos días se habían limado estas asperezas al reconocerse que esta iniciativa tenía entidad propia y no tenía por qué integrarse dentro de una reforma amplia del Código Penal que incluya en un mismo paquete cambios en los delitos de sedición y rebelión junto a nuevas tipificaciones en los delitos sexuales, para incluir el 'solo sí es sí', sino hacerlo como dos iniciativas legislativas diferenciadas.

Los choques entre Interior y el sector de Unidas Podemos en el Gobierno han sido más recurrentes e incluso se han visibilizado más de forma pública desde el departamento que dirige Fernando Grande-Marlaska. Después de que se tratasen de zanjar las divergencias haciendo pública una posición común que hacía valer el acuerdo de gobierno, flexibilizando el asilo en lugar de endurecerlo, como barajó el departamento de Marlaska, y basando la política migratoria "en las decisiones judiciales y en los derechos humanos", Interior volvió a insistir el miércoles en que las llamadas devoluciones en caliente se seguirán produciendo. Desde la formación morada, situaron esta posición de Interior en el unilateralismo, deslizando que va por libre y vinculando la acción del Gobierno de coalición a lo firmado en el pacto programático.

PSOE y Unidas Podemos son conscientes de que están creando desde cero una cultura de la coalición, al formar el primer Ejecutivo bipartito desde la vuelta de la democracia, y por ello han desarrollado protocolos de coordinación y canales de comunicación permanentes que eviten la imagen de "dos gobiernos en uno". En las primeras semanas de andadura del Gobierno de coalición, ambos partidos han sido especialmente puntillosos a la hora de mantener una misma línea tanto política como comunicativa, pero desde la dirección del grupo confederal de Unidas Podemos apuestan por comenzar a marcar un mayor perfil propio en el Congreso. Los socialistas son más reticentes a que ambos grupos se diferencien en el sentido de su voto, pero el pasado jueves los morados se desmarcaron ya por primera vez de los socialistas al abstenerse en el pleno en una votación para la adhesión de Macedonia del Norte a la OTAN.

Fernando Grande-Marlaska Irene Montero Juan Carlos Campo
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