El hombre de confianza de Iglesias en el Gobierno desata la ira de Marruecos
La ministra de Exteriores enmienda la plana al secretario de Estado de Derechos Sociales por recibir a una 'ministra' saharaui. El jefe de la diplomacia llamó González Laya a protestar
El brazo derecho del vicepresidente Pablo Iglesias en el Gobierno de coalición echó el viernes por tierra, en tan solo una hora, los ingentes esfuerzos del presidente Pedro Sánchez por mantener la mejor de las relaciones con Marruecos. Nacho Álvarez, secretario de Estado de Derechos Sociales, recibió en un salón del ministerio del madrileño paseo del Prado a Suilma Hay Emhamed Salem, 'ministra' de Asuntos Sociales de la República Árabe Saharaui Democrática (RASD), un Estado que España no reconoce aunque sí lo hacen un buen número de países de la Unión Africana.
Desde su cuenta de Twitter, el secretario de Estado informó de la reunión, describió a su huésped como “ministra”, expresó su compromiso para seguir cooperando con los discapacitados en los campamentos de refugiados y, sobre todo, proclamó su “solidaridad con el pueblo saharaui”. En la vicepresidencia segunda, Álvarez comparte el segundo lugar en el escalafón con Ione Belarra, secretaria de Estado de Agenda 2030. Cuando estalló la tormenta, Álvarez borró sus tuits y los de la secretaría de Estado así como las fotos que adjuntó. Nacho Álvarez rehusó hacer declaraciones a este diario, pero fuentes de su equipo de prensa sí reconocieron que se habían borrado los tuits.
La prensa oficialista marroquí arremetió enfurecida contra Nacho Álvarez el pasado fin de semana. “Intolerable provocación de un ministro español”, titulaba el periódico digital 'H 24'. “Inédito y muy grave: Un ministro de Podemos del Gobierno español recibe a una delegación de la pseudo RASD”, era el texto de la alerta enviada el domingo por 'Le 360', el diario digital más afín al palacio real.
“Marruecos debe reaccionar con la mayor firmeza y colocar en su sitio, un sitio muy pequeño, al supuesto ministro”, sostiene 'Le 360'. “Cabe recalcar que Marruecos nunca se ha injerido en los asuntos internos de España, un país que se enfrenta a las veleidades independentistas de Cataluña, ante las cuales Madrid ha reaccionado con drásticas medidas de seguridad y judiciales, como lo demuestran las severas condenas pronunciadas contra los dirigentes independentistas del Gobierno autónomo de Cataluña y la represión policial sangrienta de las manifestaciones” en Barcelona, añade el diario.
La prensa hizo la comparación entre Cataluña y el Sáhara Occidental pese a que la antigua colonia española es, a ojos de Naciones Unidas, un territorio pendiente de descolonización en el que está además desplegado un contingente de “cascos azules” (Minurso). Hans Corell, subsecretario para Asuntos Jurídicos de la ONU, dictaminó incluso en 2002 que España es la potencia administradora del Sáhara Occidental.
¿En qué consistirá la “respuesta vigorosa” de Marruecos a España que exige 'Le 360'? Más allá de borrar los mensajes, la ministra de Asuntos Exteriores, Arancha González Laya, enmendó la plana en Twitter a Nacho Álvarez tras recibir ayer por la tarde una llamada de su homólogo marroquí, Nasser Bourita, para expresarle su descontento.
Llamada de mi homólogo marroquí sobre entrevista del Secretario de Estado de Asts Sociales con representante de Frente Polisario. He aclarado que
— Arancha González (@AranchaGlezLaya) February 23, 2020
- artículos publica2 no reflejan la posición del gobierno
- posición de 🇪🇸 sobre #SaharaOccidental no ha cambiado, es políca de Estado
González Laya señaló que España no reconoce a la RASD y por tanto la huésped de Nacho Álvarez es solo “representante del Frente Polisario”. Añadió que los “artículos publicados no reflejan la posición del Gobierno sobre el Sáhara Occidental”, que “no ha cambiado”. González Laya empleó la palabra 'artículos' para no mencionar los tuits del secretario de Estado. González Laya optó por una desautorización en público para dar satisfacción a Marruecos.
En otras ocasiones, las disculpas o aclaraciones, como las presentadas a Mohamed VI el 7 de agosto de 2014 tras el apresamiento de su lancha por la Guardia Civil frente a Ceuta, sirvieron de poco. Rabat cortó durante unas semanas la cooperación en materia de seguridad y cinco días después llegaron también a las costas andaluzas 1.200 inmigrantes irregulares en menos de 24 horas.
El nuevo Gobierno de Sánchez se ha estrenado con gestos hacia Marruecos. La ministra de Asuntos Exteriores no se quejó, el 24 de enero en Rabat, de la aprobación de dos leyes por Marruecos que amplían su zona económica exclusiva hasta solaparse con las aguas de Canarias. El titular de Interior, Fernando Grande-Marlaska, se deshizo en elogios, el 6 de febrero en Rabat, de la colaboración marroquí en materia de lucha contra la inmigración irregular, pese a que 2019 haya sido el segundo peor año de la década.
Ninguno de los dos abordó, a juzgar por sus declaraciones públicas, la asfixia económica a que las autoridades marroquíes someten Melilla y, sobre todo, Ceuta desde principios de octubre. Gloria Rojas, la vicepresidenta socialista de Melilla, sí trató de hablar con Pedro Sánchez, el 15 de febrero en Madrid, de los problemas de su ciudad en un aparte al margen de la reunión del comité federal. Sánchez le contestó en substancia que no convenía presionar a Marruecos, según fuentes conocedoras de la conversación, que Rojas no confirmó ni desmintió.
Hasta en Podemos habían hecho esfuerzos hasta ahora para no indisponer a Marruecos. Irene Montero, la ministra de Igualdad, declinó recibir en el Congreso, el 4 de febrero, a los padres de Nasser Zefzazi, el principal activista rifeño, que cumple una condena de 20 años en una cárcel de Fez. En 2018 sí se entrevistó con ellos, pero al ser ministra prefirió encargar el recibimiento a Txema Guijarro, un diputado raso de su partido.
El brazo derecho del vicepresidente Pablo Iglesias en el Gobierno de coalición echó el viernes por tierra, en tan solo una hora, los ingentes esfuerzos del presidente Pedro Sánchez por mantener la mejor de las relaciones con Marruecos. Nacho Álvarez, secretario de Estado de Derechos Sociales, recibió en un salón del ministerio del madrileño paseo del Prado a Suilma Hay Emhamed Salem, 'ministra' de Asuntos Sociales de la República Árabe Saharaui Democrática (RASD), un Estado que España no reconoce aunque sí lo hacen un buen número de países de la Unión Africana.