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Sánchez cambia su discurso sobre Venezuela: llama a Guaidó "líder de la oposición"
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La oposición pide la dimisión del ministro

Sánchez cambia su discurso sobre Venezuela: llama a Guaidó "líder de la oposición"

El presidente cambia la denominación, aunque la Moncloa señala después que no hay ningún giro de posición. Ábalos sí le rotula como "presidente encargado" y reconoce errores en el 'Delcygate'

Foto: El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, este 12 de febrero en la sesión de control al Ejecutivo en el Congreso. (EFE)
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, este 12 de febrero en la sesión de control al Ejecutivo en el Congreso. (EFE)

Una batería de preguntas en la primera sesión de control al Gobierno en el Congreso pero muy pocas respuestas nuevas. Una intensa ofensiva parlamentaria de la oposición contra José Luis Ábalos por su encuentro con la vicepresidenta de Venezuela, Delcy Rodríguez, pero con escasas aportaciones de detalles por parte del ministro y del resto del Ejecutivo. El titular de Transportes sí reconoció "errores" —porque "relativizó" el caso y porque no gestionó bien la comunicación—, pero insistió en que no hubo una reunión formal aquella madrugada del 20 de enero con la dirigente chavista, en que se evitó un conflicto diplomático y en que ella nunca llegó a pisar el espacio Schengen, por lo que España no incumplió las restricciones comunitarias.

Pero el práctico monográfico en el Cámara Baja por el 'Delcygate' sí evidenció al menos una rectificación. Un giro muy claro de lenguaje del presidente respecto a las relaciones con el régimen de Nicolás Maduro: Pedro Sánchez llamó a Juan Guaidó como "líder de la oposición" de Venezuela, cuando hace un año él mismo le consideró "presidente encargado" del país latinoamericano. Un cambio que el PP le reprochó y por lo que le exigió una "rectificación pública". Ábalos sí se refirió al dirigente como "presidente encargado", y fuentes de la Moncloa, posteriormente, insistieron en que la posición de España es la misma y subrayaron que fue Sánchez quien le reconoció como tal el 4 de febrero de 2019, y que eso es lo que vale, no "un comentario en el fragor de una batalla parlamentaria". "No da para más", remacharon. El ministro, a la postre, salió "bien parado", según su partido, pero trasquilado para la oposición conservadora, que reclamó insistentemente y a gritos su dimisión.

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Precisamente la ausencia de argumentos o detalles nuevos acerca de una crisis que el Gobierno considera zanjada hizo que llamara más la atención la expresión utilizada por Sánchez durante su primer duelo con Santiago Abascal, líder de Vox, en esta legislatura, en la primera sesión de control en la Cámara Baja. El presidente defendió primero a su ministro y subrayó que "hizo su deber", "evitando una crisis diplomática". Después, citó las palabras de Guaidó, cuando aseguró, pese a que no iba a ser recibido por el jefe socialista, sino por la ministra de Exteriores, Arancha González Laya. El líder opositor llegó a quitar hierro a ese desplante diplomático y remarcó que tenía "las mejores relaciones con España", que España es "aliado de la democracia y la libertad", y que iban a "seguir insistiendo en trabajar con todos". "Es decir, señor Abascal, está bastante clara la posición del líder de la oposición en Venezuela", concluyó Sánchez, que acusó a la ultraderecha de no interesarle "nada" España y de usar Venezuela para "hacer ruido", que es "lo único que saben hacer". Esa expresión, "líder de la oposición", que la Moncloa no precisó si fue producto de un lapsus o deliberada, se parecía mucho a aquella otra que utilizó el mes pasado el vicepresidente segundo, Pablo Iglesias: Guaidó es un "dirigente político muy importante de la oposición en Venezuela".

Moncloa restó importancia al giro del presidente y así también lo hizo horas después el propio Guaidó: "Fue el primero que me ratificó como presidente y así lo ratificó su partido hace minutos", respondió el dirigente desde Caracas.

Foto: Guaidó, a su llegada a Caracas, donde ha sido agredido por una muchedumbre oficialista. (EFE)

Abascal había preguntado a Sánchez si había recibido Ábalos "instrucciones expresas" por parte del presidente. Era su forma de apuntar más alto, de exigir al propio Sánchez que asuma responsabilidades por "recibir" a la vicepresidenta de una "narcodictadura" y e impedir su detención. "Esto es muy fácil [...]. Si dio usted la orden, dimita. Si la dio su vicepresidente [Pablo Iglesias], que es el delegado de [Nicolás] Maduro, dimitan ambos. Si el señor Ábalos actuó por libre, mejor que se vaya. Si la orden se la dio Maduro a todos ustedes, se pueden ir todos juntos".

Moncloa asegura que la posición de Sánchez no ha cambiado y que fue él quien reconoció a Guaidó como presidente encargado, y es lo que vale


Sánchez, en su réplica, cuestionó el vindicado interés de la ultraderecha en España cuando luego "practica una diplomacia paralela" en Bolivia y dice defender a España pero "se financia con dinero iraní". "Su amor es tan falso como los visados de la señora Monasterio", remató Sánchez, en referencia a las dudas sobre su trabajo como arquitecta que se ciernen sobre la portavoz de la Asamblea de Madrid, Rocío Monasterio.

Pedro Sánchez se refiere a Juan Guaidó como el líder de la oposición en Venezuela

El PP exige a Sánchez una rectificación

Después del careo de Sánchez y Abascal, llegaron las preguntas a los ministros del Interior y de Política Territorial, Fernando Grande-Marlaska y Carolina Darias, y por supuesto al protagonista, Ábalos, que tuvo que afrontar dos preguntas y una interpelación del PP y otra cuestión más de Ciudadanos. En todo momento la oposición le atacó por el que es su flanco más débil: las sucesivas versiones que fue dando de su encuentro con Delcy Rodríguez, aunque él siempre partiera de la base de que no hubo una "reunión formal, lo llamen como lo llamen" puesto que no abordó asuntos diplomáticos con ella.

El PP acusa a Ábalos de atender las exigencias de "una torturadora" y de "despreciar las normas, los valores democráticos y la verdad" y pide su dimisión

El ataque más profundo y sostenido contra el ministro se lo dirigió la portavoz popular, Cayetana Álvarez de Toledo, que contrapuso el "laberinto de mentiras" del responsable de Transportes a la "verdad fría" de que el Gobierno "amparó a una torturadora", la vicepresidenta venezolana —así la motejó en todo momento—, y en cambio "desprotegió" a un demócrata, a Guaidó. Fue entonces cuando la dirigente hizo hincapié en que Sánchez había "asumido el lenguaje de Podemos, del chavismo" y también, dijo, el del expresidente José Luis Rodríguez Zapatero, muy cuestionado por PP, Cs y Vox por su labor de mediación y del que de hecho se ha distanciado Exteriores. "Debe de ser la última exigencia de la torturadora. Exigimos una pública rectificación por parte del presidente del Gobierno", apuntó. Pero el jefe del Ejecutivo ya se había marchado del hemiciclo mientras se seguía la interpelación en el pleno. El Gobierno, dijo, no tiene "brújula política y moral".

Ábalos acusa al PP de poner en cuestión la credibilidad de España tras su encuentro con Delcy Rodríguez

La diputada conservadora aseguró que "en el sórdido caso" del encuentro en Barajas concurren tres circunstancias: "Desprecio a la verdad" —por el "derroche de versiones" del ministro y del Ejecutivo—, "desprecio a las normas" —porque la dirigente tenía "prohibido sobrevolar suelo europeo" y en consecuencia el Gobierno "incumplió esa norma por su cuenta y riesgo y tiene consecuencias" para la imagen de España ante el mundo, y le sitúa en un "lugar subsidiario", de "comparsa"— y un "desprecio a los valores democráticos", al amparar, a su juicio, al régimen de Maduro, una "dictadura" autora de 18.000 ejecuciones extrajudiciales desde 2016, insistió.

Juan Guaidó responde a Pedro Sánchez

Ábalos, en respuesta a Álvarez de Toledo, se centró primero en el contexto, en los lazos estrechos con Venezuela, porque allí viven más de 150.000 españoles y aquí más de 320.000 venezolanos. Y subrayó que España busca una "solución pacífica", negociada y que conduzca a la celebración de elecciones presidenciales "con plenas garantías". Recordó, él sí, que España reconoció el 4 de febrero de 2019 a Guaidó como "presidente encargado de Venezuela", y el Gobierno continuará "reconociendo y respaldando" al dirigente. Era su forma de decir que el Ejecutivo no ha cambiado de postura ni ha asumido el discurso de Iglesias.

Foto: Josep Borrell, este martes en el Parlamento Europeo. (Reuters)

La oposición "hace bandería"

A continuación, el ministro recalcó que en todo momento el Gobierno siguió "el cumplimiento de todas y cada una de las normas" comunitarias. En ese sentido, advirtió de que las restricciones impuestas por la UE a personalidades del régimen chavista implican la prohibición de entrada y tránsito, pero eso "no es lo mismo que una orden de detención", y además deja a los Estados miembros que actúen dentro del marco de sus respectivas competencias, y en consecuencia la Comisión no puede sancionar a los países. La vicepresidenta venezolana "no estuvo en territorio Schengen en términos jurídicos". Una afirmación repetida por el Ejecutivo y que, sin embargo, no comparten los juristas, que sí consideran que pisó suelo comunitario.

El Gobierno insiste en que Rodríguez nunca pisó territorio comunitario y en que Ábalos cumplió su deber al evitar una crisis diplomática

Ábalos volvió a contar que tenía y tiene relación personal con el ministro de Turismo venezolano, Félix Plasencia, que viajaba en el avión procedente de Caracas con Rodríguez, hecho del que le informaron "poco tiempo antes". Su labor en Barajas fue recordar a la dirigente chavista, "con la mayor diplomacia posible", las "restricciones" del Consejo Europeo y asegurarse que continuaba su plan de viaje. Sobre el tiempo con ella —"unos 20 o 25 minutos", reconoció en 'El objetivo', una hora, según un informe policial revelado por 'El País'— alegó que algunos dirigentes despachan los asuntos "más rápidamente" y a otros como él les cuesta más, pero en todo momento estuvo acompañado de las autoridades de control de fronteras, "como no podía ser de otro modo". Enfatizó que no abordó temas con Rodríguez, porque tampoco él es la persona encargada de conducir las relaciones exteriores. Entonces acusó a la oposición de "hacer bandería de un problema tan complejo" como es mantener el equilibrio de apoyar a Guaidó y no romper relaciones diplomáticas con Maduro, como tampoco lo hizo, apuntó, Mariano Rajoy.

Ábalos acusa a PP de cuestionar credibilidad de España y enfrentarla a EEUU

Álvarez de Toledo aprovechó su réplica para lanzar el mensaje de apoyo a su partido al pueblo venezolano y para exigir al ministro "no su dimisión", porque "para dimitir es precisa una condición previa, la dignidad", que a su juicio ha "destruido" por completo. Ábalos reconoció entonces "errores". Primero por "relativizar", pensando que la oposición, con la que conversó aquellos días, "estaría a la altura", y segundo por cómo lo comunicó, porque creyó que era mejor no "desarroglar lo arreglado". "No me podía esperar tanta deslealtad institucional y personal. Saben cómo soy, que me gusta el diálogo y el entendimiento", le afeó al PP, a quien acusó de desproveerle de la "dignidad" para, directamente, "eliminarlo" como rival político.

"Respeten a la Policía"

Los lances anteriores, en el turno de preguntas, tampoco dieron para mucho. Las populares Valentina Martínez Ferro y Belén Hoyo le atacaron por sus "mentiras", "contradicciones" y "giros copernicanos". Ábalos se aferró, mientras, a "lo conseguido", que se cumplieran las restricciones europeas y no añadir más "problemas" en las relaciones diplomáticas con un régimen con el que España tiene embajadores porque así los restableció Rajoy. Las dos parlamentarias fueron menos duras que Álvarez de Toledo —el ministro incluso agradeció el tono de la primera—, aunque tras sus intervenciones la bancada popular coreó el "¡dimisión, dimisión!". "No vamos a tragar con cacicadas y abuso de poder. Va a caer, como en toda serie y peli siempre cae el mensajero. Dimita por mentiroso", le lanzó Hoyo. "Si le pagan por lo que acaba de decir... estamos que derrochamos, que nos salimos", replicó un Ábalos algo más pendenciero, quien después criticó a Álvarez de Toledo por dirigirse a él con "soberbia que no tiene ni que impostar", en correspondencia con su "alcurnia" (es marquesa de Casa Fuerte). "Nadie me va a echar de mi compromiso político [...] por la libertad, la democracia, la justicia, la solidaridad y contra el fascismo".

"Ustedes confunden prohibiciones de entrada con órdenes de detención internacional, para eso hay que estudiar un poquito más", dice Marlaska al PP

También se lanzó contra Ábalos el diputado de Ciudadanos Edmundo Bal. Misma argumentación: Rodríguez no pisó territorio Schengen, no había ninguna orden de detención y se quisieron evitar "problemas". "Mañana estará en otro partido", se burló de él.

Marlaska garantiza que Delcy Rodríguez no entró en el espacio Schengen

Tanto el secretario de Organización del PSOE como el titular de Interior se molestaron profundamente cuando la oposición sugirió que el Gobierno había pedido a la Policía que no cumpliera con su obligación. "Este ministro a la Policía le dio una sola indicación el 7 de junio de 2018 [cuando tomó posesión del cargo], el cumplimiento de la ley. Y se cumplió la ley —defendió Fernando Grande-Marlaska ante la parlamentaria del PP Ana Belén Vázquez—. No entró en espacio Schengen. Lo que está diciendo es muy grave, que la Policía prevaricó, que se dejó recibir una supuesta orden ilegal e ilegítima. Pone en tela de juicio la profesionalidad de la Policía: se lo voy a echar en cara [...]. Ustedes confunden la prohibición de entrada con la orden de detención internacional. Hay que estudiar un poquito más. Respeten a la Policía".

Carolina Darias también afrontó otra pregunta sobre el caso. Ella, sobre la transparencia informativa del Ejecutivo, asunto por el que le inquiría la popular Carolina España. La titular de Política Territorial aseguró que para el Ejecutivo "la transparencia es una prioridad" y se ha dado "cumplida información sobre este asunto". "Esta sesión monográfica es buena prueba de ello". Había un dato innegable: el primer control al Gobierno giró en torno a Ábalos. Por completo.

El PSOE cree que Ábalos sobrevive a su primera prueba en el Congreso

Para los socialistas, José Luis Ábalos salió "bien parado" de su primer envite parlamentario de esta legislatura, de modo que sobrevivió a los ataques de la oposición. "Y tiene todo nuestro apoyo", subrayan en la cúpula. El ministro estuvo arropado por el presidente, Pedro Sánchez, en toda la tanda de preguntas (no en la interpelación), y la bancada del PSOE respondió con aplausos y puesta en pie a las réplicas a la popular Cayetana Álvarez de Toledo. "No sufrió más de la cuenta y lo consideramos un capítulo cerrado ya. José Luis ha dado explicaciones en público y en privado, en los medios y en el hemiciclo. Es lo que dijo Pedro, que evitó un conflicto internacional. ¿Qué más da el tiempo?", se preguntan en Ferraz, como respuesta a la revelación de este miércoles en 'El País' de que el encuentro con Delcy Rodríguez fue no de 25 minutos, sino de una hora

Diputados y ministros socialistas se mostraban satisfechos con la actuación de Ábalos este miércoles en el Congreso. "Creo que lo que pretendían los grupos de derecha con la embestida contra él ha quedado incluso floja, mal preparada, peor enunciada. Ábalos sale indemne y por lo tanto reforzado", aseguraba un parlamentario no alineado con Ferraz.

"Es un hombre de Estado y la oposición trabaja a la desesperada", sentenciaba un miembro de la cúpula. La lectura compartida es que las derechas (PP, Cs y Vox) "se miraban entre ellas" para competir y no apretaron hasta acorralar al ministro, así que lo que se prometía como gran ofensiva quedó "como un parto de los montes".

Solo algunos parlamentarios consideraban que quizá fue un desliz que los miembros del Gobierno no se quedaran hasta la interpelación, por lo que sirvió a la oposición una imagen de Ábalos solo en el banco azul, pero esa estampa suele ser habitual. Sánchez, significativamente, sí aguantó en su escaño durante todo el turno de preguntas orales. En el entorno del titular de Transportes indicaban que este salió "muy satisfecho de la sesión" y se sintió "arropado" por el partido y el Gobierno. Lo que quiere, decían, es pasar página ya y hablar de iniciativas de su departamento. Dejar atrás Venezuela. Habrá que ver si a medio largo plazo este capítulo le pasa factura interna. 

En la Moncloa, mientras, seguían insistiendo en que la expresión utilizada por Sánchez ("líder de la oposición" para referirse a Juan Guaidó) no tenía relevancia. "El tema no va más allá. Lo importante es la declaración del presidente del 4 de febrero de 2019, cuando le reconoció como presidente encargado de Venezuela", subrayaban en la Moncloa, donde añadían que Ábalos también utilizó esa denominación, como hace siempre la titular de Exteriores, Arancha González Laya

"España ha liderado desde el principio a la comunidad internacional en la exigencia de elecciones democraticas libres. El objetivo del Gobierno de España en Venezuela es democracia, paz y respeto a los derechos humanos en Venezuela", explicaron desde la Moncloa. 

Una batería de preguntas en la primera sesión de control al Gobierno en el Congreso pero muy pocas respuestas nuevas. Una intensa ofensiva parlamentaria de la oposición contra José Luis Ábalos por su encuentro con la vicepresidenta de Venezuela, Delcy Rodríguez, pero con escasas aportaciones de detalles por parte del ministro y del resto del Ejecutivo. El titular de Transportes sí reconoció "errores" —porque "relativizó" el caso y porque no gestionó bien la comunicación—, pero insistió en que no hubo una reunión formal aquella madrugada del 20 de enero con la dirigente chavista, en que se evitó un conflicto diplomático y en que ella nunca llegó a pisar el espacio Schengen, por lo que España no incumplió las restricciones comunitarias.

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