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Telemadrid: la batalla por controlar 'la sextilla', el oscuro objeto de deseo del PP
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la actual dirección agotará la legislatura

Telemadrid: la batalla por controlar 'la sextilla', el oscuro objeto de deseo del PP

Paga medio millón de euros solo de IBI, pero sus 460 trabajadores palidecen frente a los 2.219 de la radiotelevisión catalana, los 1.462 de la andaluza o los 1.003 de la vasca

Foto: Sede de Telemadrid en Madrid. EFE
Sede de Telemadrid en Madrid. EFE

La llegada de Miguel Ángel Rodríguez, el 'extodopoderoso' asesor de José María Aznar, a la jefatura de Gabinete de Isabel Díaz Ayuso —cargo que, según varias fuentes consultadas, ejercía ya en la sombra desde que fuera contratado como colaborador para la campaña de la política popular a las municipales de mayo pasado— ha vuelto a poner en el centro de la lucha política madrileña a la cadena autonómica. Para MAR y buena parte de los políticos del PP en la Asamblea de Madrid, la nueva Telemadrid es, más que nunca, "la sextilla", mientras que para quienes dirigen la cadena desde 2017 "por debajo del control ideológico" subyace, como siempre, un problema de reparto del pastel económico. De momento, lo único seguro es que la pugna se prolongará toda la legislatura porque el mandato prácticamente blindado de José Pablo López (Sayalonga, Málaga, 1977) no concluye hasta finales de enero de 2023.

La nueva Telemadrid fue una obra y un empeño personal de Cristina Cifuentes. Tras los años de acusaciones de manipulación política y control ideológico por parte de Esperanza Aguirre —con los casos famosos de Germán Yanke, Hermann Tertsch o Manuel Soriano—, llegó la sangría de la deuda acumulada y el ERE que se llevó por delante a casi un millar de trabajadores y que llevó a decir al que fuera luego presidente, Ignacio González, que estaba dispuesto a cerrar Telemadrid... antes de que le encerraran a él.

Foto: El equipo de Telemadrid en una foto promocional. (Telemadrid)

Cifuentes, cuando cabalgaba como un verso suelto del PP, se propuso hacer una TV pública verdaderamente independiente. Y vaya si lo hizo. De momento la dotó de unos estatutos que prácticamente blindan a su director general: solo puede ser destituido por imputación, por déficit de explotación y, además, debe ser refrendada la destitución por una mayoría de dos tercios de la Cámara autonómica. Por si esa 'protección' fuera poco, el periodo por el que es elegido es de 6 años, para que su mandato no coincidiera con la legislatura. Es decir, López, que asumió como director general en febrero de 2017 con la única orden de Cifuentes de que la cadena fuera "sostenible", seguirá en el cargo hasta comienzos de 2023. Apenas tres meses antes de que concluya la actual legislatura. La batalla, por lo tanto, está servida porque la actual dirección no tiene ninguna intención de abandonar.

Paga medio millón de euros solo en IBI

Desde la sede de Telemadrid se divisa todo el 'skyline' de la capital, pero también, la inmensidad de la crisis del mundo audiovisual. El enorme edificio que alberga las instalaciones de RTVM se encuentra en la Ciudad de la Imagen, construida hace casi 30 años para albergar a 15.000 trabajadores y más de 30 empresas audiovisuales. Hoy, apenas hay 4.000 trabajadores y muchas de esas empresas ya no están allí. El macroedificio de RTVM, al que se mudaron en 1993, paga al año medio millón de euros al Ayuntamiento de Pozuelo de Alarcón solo en concepto de IBI, "más calefacción, electricidad, mantenimiento... Intentamos convencer a Cristina Cifuentes de mudarnos a otro sitio más pequeño, pero no pudo ser por una cuestión de imagen", cuentan fuentes de la cadena.

Pese a las dimensiones del ente autonómico madrileño, nada que ver con lo que se estila en otras autonomías españolas: a la cabeza en gasto y personal se sitúa la Corporación Catalana de Medios Audiovisuales, con 2.219 trabajadores (baste decir que RTVE, para toda España, tiene 6.352); tras el ente catalán, la Radio Televisión Andaluza, con 1.462 trabajadores; EITB también supera el millar (1.003); la gallega, 955; y la valenciana, que también ha pasado por un proceso de cierre y reapertura, ya camina por encima de los 531 trabajadores. Con estas cifras, los 460 empleados del ente madrileño no parecen un dispendio. Por debajo de ella, la extremeña tiene 210; la asturiana 147; la aragonesa 136; Baleares, 110; Canarias 87 y cierra Murcia con 64 trabajadores, según los datos de Statista para el cierre de 2018.

Foto: Un partido del Getafe-Atlético en 2018. (Reuters)

Si una de las causas que le pueden mover de la silla es el desequilibrio en las cuentas, esa puerta parece tenerla bien cerrada López. La cadena ha terminado 2019 con un beneficio operativo de unos 500.000 euros "y mantenemos un remanente de años anteriores —por si se hundiera la publicidad o alguna otra hecatombe— de unos 4 millones de euros", insisten desde las fuentes consultadas, por lo que ese flanco no ofrece posibilidades para el asalto a la actual dirección. Tampoco el de los 'supuestos contratos fraudulentos' que denunciaba la cuenta de MAR antes de ser eliminada el pasado martes. "No se ha recurrido ninguna de las tres ofertas públicas de empleo que se han hecho estos años, y todas las operaciones eran visadas por la actual delegada de Hacienda del Ayuntamiento de Madrid, Engracia Hidalgo", asegura la cadena.

Acusaciones desde hace años

¿Y por qué entonces está Telemadrid en el centro de las críticas del PP regional? Lo cierto es que las acusaciones no llegan ahora con Isabel Díaz Ayuso. El 'romance' de Cifuentes con la actual dirección se rompió muy pronto. Concretamente, en junio de 2017, cuando la entonces presidenta tuvo que desfilar ante la comisión de la Asamblea que investigaba un contrato de la cafetería del organismo adjudicado a Arturo Fernández. La presidenta no quería que se cubriera informativamente y las presiones de su directora de Comunicación, Marisa González, no se hicieron esperar. No hubo manera. El director de la cadena estaba blindado... por la propia Cifuentes.

Desde ese día triunfó el nuevo mote gracias a la propia Marisa: la actual Telemadrid comenzó a ser conocida como "la sextilla" en el PP y en el Gobierno regional. Y el divorcio ha continuado hasta hoy, con mayor o menor intensidad durante los periodos de Ángel Garrido y Pedro Rollán. "Con Almeida (el alcalde de Madrid) o con la mitad del Gobierno regional (Aguado, Cs) no tenemos ningún problema ni ninguna queja. Sin embargo, con la presidenta la relación ha sido prácticamente inexistente", lo que le llevó a MAR a acusar a López y a su jefe de informativos de "estar librando" cuando la cadena emitió una información positiva para Ayuso. Una mala relación que había comenzado desde la primera reunión con MAR como asesor de campaña, a principios del año pasado y llegó a la cadena con toda una lista de agravios que había que 'corregir'.

Cifuentes no quería que se cubriera su "paseíllo" y su dircom intentó evitarlo. No hubo manera. Estaba blindado... por Cifuentes. Allí nació "la sextilla"

Fuentes del sector audiovisual conocedoras de la evolución de Telemadrid en estos años, sin embargo, ven más allá del intento de control ideológico y hablan también del fin de un negocio suculento con las productoras. La necesidad de redimensionar, el ERE y el tipo de programación —ahora se hace prácticamente en directo desde las 7 hasta las 22.30h, salvo una película que también va a desaparecer— ha hecho que la misma millonaria tarta que hace años se repartía entre tres productoras (y entre ellas, la de un muy buen amigo del partido), se haya repartido en 2019 entre 31 productoras. Los mismos millones para 10 veces más actores.

En el PP se insiste en que "no tiene nada que ver con la economía ni con las productoras —asegura un diputado regional popular—; lo que no se puede entender es que en aras de una supuesta independencia se machaque al PP y, en especial, a la presidenta Ayuso. Desde luego, lo de 'la sextilla' describe perfectamente lo que es Telemadrid bajo la actual dirección, y ya lo sufrió la propia Cifuentes". Desde la cadena se insiste en que "solo se cumple un mandato y un estatuto: que no nos lo hubieran dado". No se vislumbra la paz entre Telemadrid y el PP, y MAR, desde luego, no es un pacificador. Habrá que seguir atentos a la pantalla.

La llegada de Miguel Ángel Rodríguez, el 'extodopoderoso' asesor de José María Aznar, a la jefatura de Gabinete de Isabel Díaz Ayuso —cargo que, según varias fuentes consultadas, ejercía ya en la sombra desde que fuera contratado como colaborador para la campaña de la política popular a las municipales de mayo pasado— ha vuelto a poner en el centro de la lucha política madrileña a la cadena autonómica. Para MAR y buena parte de los políticos del PP en la Asamblea de Madrid, la nueva Telemadrid es, más que nunca, "la sextilla", mientras que para quienes dirigen la cadena desde 2017 "por debajo del control ideológico" subyace, como siempre, un problema de reparto del pastel económico. De momento, lo único seguro es que la pugna se prolongará toda la legislatura porque el mandato prácticamente blindado de José Pablo López (Sayalonga, Málaga, 1977) no concluye hasta finales de enero de 2023.

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