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Después de Gloria vendrá Herve: quién (y cómo) bautiza a las borrascas y tormentas
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Después de Gloria vendrá Herve: quién (y cómo) bautiza a las borrascas y tormentas

Tras el paso de la borrasca Gloria vendrá Herve, el nombre con el que se bautizará a la próxima borrasca que sacuda territorio español

Foto: La borrasca Gloria ha cosechado olas de hasta 12 metros (EFE)
La borrasca Gloria ha cosechado olas de hasta 12 metros (EFE)

Daniel, Elsa, Fabien y ahora Gloria. El tiempo en la península ibérica ha estado últimamente condicionado por las borrascas, un fenómeno atmosférico que suele provocar fuertes rachas de viento y abundantes precipitaciones. Once personas han muerto ya, en distintas circunstancias, por el paso de la borrasca Gloria, que ha dejado a múltiples provincias españolas en alerta roja y naranja por fuertes nevadas, lluvias copiosas, fenómenos costeros y vientos fuertes, de acuerdo con los avisos que ha emitido estos días la AEMET, la Agencia Estatal de Meteorología española.

La AEMET es, precisamente, una de las entidades meteorológicas encargadas de bautizar las borrascas profundas de carácter atlántico que afectan a España, Francia o Portugal. Desde el 1 de diciembre de 2017, este organismo, junto a su homólogo francés, MétéoFrance, y el IPMA, el Instituto Portugués del Mar y de la Atmósfera, pone nombre a toda aquella borrasca profunda que condiciona y pone en peligro la movilidad e integridad de los ciudadanos tras la creación del Grupo Suroeste, que se forjó para facilitar la cooperación de los Servicios Meteorológicos e Hidrológicos Nacionales (SMHN).

Teniendo en cuenta el éxito que había cosechado el sistema conformado por Reino Unido e Irlanda bajo el nombre de Grupo Oeste, implantado en estos dos países en 2015, se ha demostrastro que el nombrar este tipo de borrascas hace que "la población esté más atenta a las recomendaciones de seguridad cuando la amenaza de viento fuerte está claramente identificada y asociada a una borrasca", tal y como explicaron desde la AEMET en una nota de prensa emitida a finales de 2017.

Aunque el Instituto de Meteorología de la Universidad Libre de Berlín (FU) asigna desde 1954 un nombre a cada anticiclón y borrasca que llega a Europa Central, una iniciativa que impulsó la estudiante del Instituto Karla Wege según se cuenta en la propia página web del organismo, las borrascas que afectan a la península las bautiza realmente la AEMET cuando se prevé que el ciclón va a ser de cierta magnitud. Se sigue un orden alfabético, alternando nombres masculinos y femeninos, el mismo sistema que se utiliza en relación con las tormentas tropicales.

En el pasado, la FU empleaba sólo nombres masculinos para nombrar a los anticiclones, centros de altas presiones que garantizan la estabilidad meteorológica y suelen traer buen tiempo; mientras que las borrascas, acompañadas normalmente de lluvias y de malas condiciones meteorológicas, llevaban siempre nombre de mujer. Para evitar esa práctica hoy en día, el sistema que se sigue es una relación anual de 21 nombres, tanto masculinos como femeninos, ordenados alfabéticamente.

Tras el paso de la borrasca Gloria, vendrá Herve, el siguiente nombre de la lista para la temporada de borrascas 2019-2020

Las borrascas que nombra la AEMET, MétéoFrance y el IPMA son aquellas que pueden producir "un gran impacto en bienes y personas" y desencadenar avisos de viento de nivel naranja o rojo, que en España se dan cuando hay rachas máximas superiores a 90 o 100 kilómetros por hora, dependiendo de la zona. Tras el paso de la borrasca Gloria, vendrá Herve, el siguiente nombre de la lista para la temporada de borrascas 2019-2020 definida por el Grupo Suroeste. Inés, Jorge, Karine, Leon, Myriam y Norberto son los siguientes candidatos, nombres que cambian en el sistema del Grupo Oeste implantado por la Met Éireann (Irlanda) y la Met Office (Reino Unido).

¿Y las tormentas tropicales?

La Organización Meteorológica Mundial (OMM), organismo dependiente de las Naciones Unidas, es la encargada de poner nombre a los ciclones tropicales, llamados también huracanes si se producen en la zona del Atlántico y del Pacífico oriental. Desde 1953, de acuerdo con lo que se explica en el sitio web de la OMM, los ciclones del Atlántico y del Pacífico norte oriental y central se definen según los nombres que el Centro Nacional de Huracanes escogió en su momento para elaborar listas anuales, que se repiten cada seis años actualmente.

El primero en ponerle un nombre propio a una tormenta tropical fue el meteorólogo británico Clement Wragge a finales del siglo XIX, cuando empezó a nombrarlos por orden alfabético o utilizando, más tarde, nombres mitológicos o de políticos que no le gustaba. Según manifiestan desde la OMM, las listas de nombres originales que elaboró en los años 50 el Centro Nacional de Huracanes contenían sólo nombres de mujer. No fue hasta 1979 cuando se introdujeron nombres masculinos, por lo que desde entonces se alternan nombres de ambos sexos para bautizar cada fenómeno de magnitud adversa que condiciona estas zonas. Arthur, Bertha, Cristobal, Dolly, Edourard, Fay, Gonzalo y Hanna son los primeros nombres que copan el listado para 2020.

Si un huracán genera una catástrofe de grandes dimensiones, ocasionando pérdidas cuantiosas o víctimas mortales, el nombre se retira de la lista, algo que pasó tras 2017 con Matthew, Otto, Irma, Harvey, María y Nate, que fueron sustituidos por los nombres de Martin y Owen, que se utilizarán por primera vez en 2022, y por Harold, Idalia, Margot y Nigel, parte de las denominaciones rotatorias con las que se nombrará a los ciclones de la temporada 2023.

Por su parte, PAGASA, la Administración de Servicios Atmosféricos, Geofísicos y Astronómicos de Filipinas, es la encargada de poner nombre a los ciclones tropicales, llamados también tifones, del Pacífico occidental que afectan a las Islas Filipinas, estableciendo como guía unas listas que se reutilizan cada cuatro años. Esta práctica también la comparte la Administración Meteorológica de China (CMA), que al igual que sucede en Europa, puede nombrar de manera diferente el tifón.

Daniel, Elsa, Fabien y ahora Gloria. El tiempo en la península ibérica ha estado últimamente condicionado por las borrascas, un fenómeno atmosférico que suele provocar fuertes rachas de viento y abundantes precipitaciones. Once personas han muerto ya, en distintas circunstancias, por el paso de la borrasca Gloria, que ha dejado a múltiples provincias españolas en alerta roja y naranja por fuertes nevadas, lluvias copiosas, fenómenos costeros y vientos fuertes, de acuerdo con los avisos que ha emitido estos días la AEMET, la Agencia Estatal de Meteorología española.

Agencia Estatal de Meteorología (AEMET)
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