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Trapero reniega de Puigdemont: "No tenía una relación estrecha, ni buena ni mala"
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LA FISCALíA PIDE 11 AÑOS DE CÁRCEL PARA ÉL

Trapero reniega de Puigdemont: "No tenía una relación estrecha, ni buena ni mala"

"¿Pero usted sabía que era presidente de la ANC?", inquirió el fiscal. "Sí, sabía que era e máximo responsable de la ANC, pero no había tenido nunca contacto con él desde que llegó a ese cargo"

Foto: Vista general del comienzo del juicio al mayor de los Mossos d'Esquadra Josep Lluís Trapero. (EFE)
Vista general del comienzo del juicio al mayor de los Mossos d'Esquadra Josep Lluís Trapero. (EFE)

Este lunes, él era el principal acusado. Casi un año después de que Josep Lluis Trapero se sentara ante el tribunal del 'procés' como testigo y desviara la responsabilidad a la cúpula política, llegó el momento en que debió declarar en su defensa y ante la Audiencia Nacional. Fue el primero y no decepcionó. Pasaban las doce de la mañana cuando el mayor se situó frente a los tres magistrados que decidirán su futuro y comenzó contestando al teniente fiscal Miguel Ángel Carballo, que pide para él 11 años de cárcel por un delito de rebelión. Renegó, sin saña, de Carles Puigdemont: "No tenía una relación estrecha, ni buena ni mala". Sobre sus contactos con Jordi Sànchez, defendió que en los Mossos prima la mediación: "No impuso ninguna condición. No es nadie para imponerlas". Y sobre el papel de sus hombres en los días más duros del 'procés', alegó que no tenían suficientes efectivos: "Lo que era prioritario era apagar fuegos".

Trapero llegó incluso a describir cómo se enfrentó al que fuera presidente de la ANC, Jordi Sànchez, ahora condenado en firme por sedición. "El señor Sànchez puede decir misa", espetó, para describir a continuación que mantuvieron una conversación que acabó mal. "Me llamó airado y yo le digo: 'Tú a mí no me vas a decir cómo hay que hacer un operativo'. Y le cuelgo. Él no es quien para decir cómo hay que hacer las cosas", indicó.

Foto: Los cuatro acusados: Trapero, Laplana, Soler y Puig, en la AN. (EFE)

Antes de eso, Trapero comenzó repasando su trayectoria, iniciada en el año 1989, y el modo en que fue ascendiendo desde la responsabilidad más baja a la más alta. Abundó en el blindaje de su puesto, tras su nombramiento en enero de 2016, y en la forma en que se decidió alejarlo de los vaivenes políticos. El objetivo, indicó, era el de dignificar la máxima función del comisario en jefe: "En cualquier momento el político puede decir, éste ya no es jefe y que sea otro", explicó.

Solo fue una breve introducción, un precalentamiento para entrar en harina. Carballo se centró a los poco minutos en el 20 de septiembre de 2017, el día de la concentración ante la Consellería de Economía que coincidió con las detenciones y registros de la operación Anubis. Dijo que conoció el inicio de las pesquisas minutos después de las ocho de la mañana. Y explicó que envió mandos a cada uno de los puntos y no unidades de orden público, siguiendo el protocolo habitual. "Ante cualquier operación, mandábamos como mucho una patrulla, pero no a orden público", defendió.

"Era el jefe de un cuerpo de 18.000 efectivos, no se me comentaba el devenir de todas las concentraciones". Este fue el primer momento tenso del interrogatorio. Se abrió un leve rifirafe sobre la procedencia o no de prevenir posibles disturbios. "Supe luego que la autorización para la manifestación no se hizo hasta las diez. En ese momento, no era lo más prioritario".

Contactos con Sànchez

Defendió la actuación desplegada y negó conocer personalmente a Jordi Sànchez, entonces presidente de la ANC. "Yo al señor Jordi Sanchez le conozco de una o dos reuniones de temas menores porque había sido el segundo responsable del Síndic de Greuges. aparte de esas dos, una sola vez, creo que en el año 2016: tenemos unos días de bastante crisis a raíz de unas manifestaciones de una intervención policial en un teatro, que creo que estaba ocupado y que generaró polémica. A partir de ahí, el señor Sànchez se puso en contacto conmigo para mediar", indicó. "Responde al modelo policial que tenemos y que creemos que ha dado sus efectos positivos". "El tener una interlocución pienso que ayudó".

"¿Pero usted sabía que era presidente de la ANC?", inquirió el fiscal. "Sí, sabía que era e máximo responsable de la ANC, pero no había tenido nunca contacto con él desde que llegó a ese cargo", contestó Trapero.

En cuanto a su intervención del día 20 de septiembre, explicó que fue el exconseller Joaquim Forn quien le avisó de que Sànchez actuaría como mediador. A las 12:05 de la mañana, el de la ANC le contactó por primera vez. "No es extraño en el modelo de mossos desde 2013, apostamos por un modelo en el que prima la mediación, es una manera habitual de trabajo", defendió. Pese a ello, Carballo se extrañó del volumen de esas llamadas durante la jornada. "Entre unas y otras hubo 30", destacó. También se extrañó de su falta de conocimiento sobre el 'otro' papel de Sànchez que, de forma paralela, estaba animando a la concentración con un megáfono o de la ignorancia de Trapero sobre los tuits que estaba publicando.

"No valoramos lo que se dice sino lo que se hace, cubrimos manifestaciones de todos los ámbitos....", continuó Trapero, esquivando los 'ganchos' del Ministerio Público. “La valoración que se me hace es que la actitud es pacífica y se advierte de que hacer un cordón va a implicar que van a entrar en contacto los concentrados y los agentes y se puede complicar la cosa”, se justificó el mayor. “Es decir, que aunque haya 800 personas hay que dejar que la gente haga lo que quiera”, lanzó Carballo. Pero Trapero se escabulló: “No, hacer lo que la gente quiera, no”.

Alegó también que el 20 de septiembre no tenían suficientes efectivos como para responder con un mayor despliegue: "Nuestra prioridad era hacernos con recursos de orden público, que no los teníamos planificados y teníamos a la gente que teníamos trabajando: 14 o 16 furgonetas de la Brigada Móvil. Hicimos bajar a gente de ARRO desde Girona. Saber si iba a ir a más no fue objeto de informe. Lo que era prioritario era apagar fuegos". Un razonamiento en el que por momentos pareció recuperar el papel de mayor de los Mossos: "Doy la cara por los mandos que estaban allí y el resto de mandos del cuerpo".

Este lunes, él era el principal acusado. Casi un año después de que Josep Lluis Trapero se sentara ante el tribunal del 'procés' como testigo y desviara la responsabilidad a la cúpula política, llegó el momento en que debió declarar en su defensa y ante la Audiencia Nacional. Fue el primero y no decepcionó. Pasaban las doce de la mañana cuando el mayor se situó frente a los tres magistrados que decidirán su futuro y comenzó contestando al teniente fiscal Miguel Ángel Carballo, que pide para él 11 años de cárcel por un delito de rebelión. Renegó, sin saña, de Carles Puigdemont: "No tenía una relación estrecha, ni buena ni mala". Sobre sus contactos con Jordi Sànchez, defendió que en los Mossos prima la mediación: "No impuso ninguna condición. No es nadie para imponerlas". Y sobre el papel de sus hombres en los días más duros del 'procés', alegó que no tenían suficientes efectivos: "Lo que era prioritario era apagar fuegos".

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