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Sánchez libra la 'batalla' con Podemos en el terreno económico y con perfiles técnicos
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EL GOBIERNO, CASI YA AL COMPLETO

Sánchez libra la 'batalla' con Podemos en el terreno económico y con perfiles técnicos

El presidente sorprende con el refuerzo del área económica, en la que ficha a González Laya para Exteriores y a Escrivá en Seguridad Social, jugada que se cierra con la entrada de Illa para Sanidad

Foto: Pablo Iglesias saluda a Pedro Sánchez tras su intervención en la tercera y última sesión de investidura, el pasado 7 de enero. (EFE)
Pablo Iglesias saluda a Pedro Sánchez tras su intervención en la tercera y última sesión de investidura, el pasado 7 de enero. (EFE)

Pedro Sánchez ha vuelto a dar una lección de que con él no vale hacer quinielas. Y que sus decisiones, las que son estrictamente suyas, las dosifica y las comparte con muy pocos. No había entrado en el carrusel de posibles opciones para su Gobierno Arancha González Laya en Exteriores. Tampoco José Luis Escrivá en Seguridad Social, Inclusión y Migraciones, un ministerio de nueva creación. Salvador Illa, el pretoriano de Miquel Iceta en el PSC, un 'fontanero' incansable pero con proyección pública limitada, había comenzado a circular en los últimos días, pero su destino no parecía ligado a Sanidad. Son los tres primeros fichajes del presidente, a los que habrá que añadir los tres que le restan por anunciar (Política Territorial, Justicia y Cultura), hasta completar un Gabinete de 22 integrantes, más él mismo, el más amplio de la historia de la democracia tras el que montó Adolfo Suárez en 1979.

El cuadro que ha ido componiendo Sánchez en estos días, y que comunicará al Rey el próximo domingo, muestra con qué armas quiere competir con Unidas Podemos en su Gobierno de coalición. Los morados han apostado por perfiles muy políticos —Pablo Iglesias, vicepresidente segundo; Yolanda Díaz (Trabajo), Irene Montero (Igualdad) y Alberto Garzón (Consumo)—, salvo el sociólogo Manuel Castells, el elegido para Universidades. El jefe del Ejecutivo se rodea también de pesos pesados en primera línea, comenzando por la vicepresidenta primera, Carmen Calvo, y siguiendo por José Luis Ábalos, titular de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana —antes Fomento—, pero ha decidido, sobre todo, reforzar el área económica, incluso en ministerios más puramente políticos, como Exteriores, y fichar a profesionales con vasta trayectoria a sus espaldas y currículos difícilmente discutibles incluso para la oposición, caso de González Laya y más aún de Escrivá, que fue situado al frente de la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF) por el responsable de Hacienda con Mariano Rajoy, Cristóbal Montoro.

En la Moncloa y en Ferraz corroboran esa lectura. El mensaje del presidente es inequívoco. Sí es cierto que en su entorno advierten a continuación de que aún faltan tres nombramientos, y que estos pueden tener mayor relieve político. Se espera que lo tengan, de hecho, para dos carteras tan sensibles y tan medulares en esta legislatura como Política Territorial y Justicia, las que más pueden influir en la resolución del "conflicto político" en Cataluña y las que pueden servir para afianzar la alianza con ERC. Pero Sánchez, que ha controlado con su equipo más íntimo el riego calculado de los ministros y que este viernes se detuvo deliberadamente con la confirmación de Illa en Sanidad, ha querido que se sobreimpresione en la mente de los ciudadanos que el acento económico impregnará toda la acción del nuevo Gobierno. Y las riendas las tendrá casi en exclusiva el PSOE, si se exceptúa Trabajo.

En el equipo del presidente se recuerda que el Gabinete no está al completo: faltan Cultura, Justicia y Política Territorial, y pueden tener peso


Pero no es solo que gane espacio el área económica. Es que el enfoque que de ella se hace es el de la ortodoxia, el de la defensa del libre comercio (Laya) y el rigor presupuestario y fiscal (Escrivá). Moderación como contrapeso clarísimo a Unidas Podemos. Un mensaje a los mercados y a los operadores económicos, más inquietos por la entrada de los morados en la sala de máquinas del poder.

Foto: José Luis Escrivá, en un acto cuando era presidente de AIReF. (EFE)

El peso de la diplomacia económica

Sánchez ha desplegado esa estrategia para neutralizar ideológicamente a su socio desde diversos flancos. Diseñó un primer escalón de poder no con tres vicepresidencias, como Pablo Iglesias esperaba, sino con cuatro, con lo que la cuota de poder del dirigente de UP se diluye. El presidente selecciona para esa vanguardia de su Ejecutivo a su mujer de máxima confianza, la titular de una vicepresidencia de muchos quilates políticos, Carmen Calvo, más otras dos mujeres fuertes y con vastísimas competencias: Nadia Calviño, como vicepresidenta tercera y ministra de Asuntos Económicos y Transformación Digital, y Teresa Ribera, como vicepresidenta cuarta y responsable de Transición Ecológica y Reto Demográfico. Calviño, alta funcionaria en Bruselas antes de aterrizar en el Ejecutivo en junio de 2018, es la imagen de la ortodoxia económica y el rigor presupuestario, el as utilizado por el presidente para espantar las dudas de los inversores. Ribera conducirá un área absolutamente prioritaria para el nuevo Ejecutivo, la encargada de ir avanzando en la descarbonización de la economía y de luchar contra los efectos de la despoblación.

Sánchez escoge a un perfil distinto al de Borrell: una jurista experta en comercio internacional y defensora del feminismo y el multilateralismo

María Jesús Montero continúa como ministra de Hacienda y, como tal, seguirá siendo la dueña de la caja de ingresos y gastos, la que tiene la potestad de cerrar el grifo si el gasto se dispara. Ella también ha sido promocionada, como Calviño, en este caso como portavoz del Gobierno. Dos ascensos que permiten a Sánchez 'combatir', por el lado de la economía, a su socio.

Pedro Sánchez perfila su Gobierno

Por si fuera poco, el presidente introduce un perfil distinto a una cartera de Estado: Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación. La diplomacia económica, aseguraba la Moncloa, será "prioritaria" en esta legislatura, y para liderarla elige a una mujer como Arancha González Laya (San Sebastián, 1969), una jurista experta en comercio exterior con un currículum apabullante, aunque menos conocida en los círculos de las embajadas. Es subsecretaria general de la ONU y, desde 2013, directora ejecutiva del Centro de Comercio Internacional (ITC), una agencia conjunta de Naciones Unidas y la Organización Mundial del Comercio (OMC). Carrera adecuada en un momento de guerra arancelaria.

placeholder Arancha González Laya, nueva ministra de Exteriores, el 4 de octubre de 2017 en Ginebra, Suiza. (EFE)
Arancha González Laya, nueva ministra de Exteriores, el 4 de octubre de 2017 en Ginebra, Suiza. (EFE)

Desempeñó varios cargos en la Comisión Europea en el ámbito de las relaciones internacionales, el comercio, la comunicación y la cooperación al desarrollo. Preside, además, el Consejo Global de Campeones por la Igualdad de Género. Es, por tanto, una convencida feminista y, como se describe a sí misma en Twitter, una defensora del multilateralismo, bandera que también ha enarbolado Sánchez en este año y medio de mandato. Presente en diversos foros internacionales (G20, Davos, el World Economic Forum...), es una mujer con una visión bastante completa de la agenda global. Su nombramiento, que supone un cambio de perspectiva respecto a anteriores ministros —también respecto a su directo antecesor, Josep Borrell—, fue saludado con entusiasmo por dos jefes de la diplomacia con el PP, José Manuel García-Margallo y Josep Piqué.

Continuidad con Maroto y Planas

El perfil técnico y de amplia carrera lo comparte también un economista muy reputado, José Luis Escrivá (Albacete, 1960), presidente de la AIReF desde marzo de 2014. Ha sido el encargado de vigilar las cuentas públicas y el cumplimiento de los objetivos presupuestarios, y ahora pasa a gestionar un ministerio desgajado de Trabajo pero que tiene por delante la reforma del Pacto de Toledo para procurar la sostenibilidad de las pensiones: Seguridad Social, Inclusión y Migraciones. El responsable del departamento de nueva creación es partidario de aumentar la edad efectiva (no legal) de jubilación, de pasar el déficit de la Seguridad Social (de unos 18.000 millones) al Estado o ampliar el periodo de cálculo de la pensión, desde los 25 a los 35 años.

Escrivá, reputado economista y sinónimo de observancia de las reglas presupuestarias, tendrá que asegurar la sostenibilidad de las pensiones

El conjunto de carteras económicas se completa con dos ministros que permanecen en sus cargos: Reyes Maroto, en Industria, Comercio y Turismo, y Luis Planas, en Agricultura, ambos con perfil más técnico que político y con buenas relaciones con los sectores con los que interlocutan, con los que no han entrado en conflicto.

placeholder José Luis Escrivá, nuevo titular de Seguridad Social, el 15 de enero de 2019. (EFE)
José Luis Escrivá, nuevo titular de Seguridad Social, el 15 de enero de 2019. (EFE)

El contrapunto de nombramientos de Sánchez lo encarna Salvador Illa (La Roca del Vallès, Barcelona, 1966) al frente de Sanidad. Es la cuota del PSC en el Consejo de Ministros, un hombre acostumbrado a la negociación y al entendimiento, discreto y trabajador, aunque con mucho menos relieve y menos carisma que su directo jefe en el partido, Miquel Iceta. El secretario de Organización del partido hermano —lo seguirá siendo, no dejará su cargo—, miembro del equipo que dialogó con ERC y que fue clave para tejer lazos de confianza con la formación de Oriol Junqueras, encabeza un área que hasta ahora no había gestionado. Competencia, sin embargo, muy querida para el PSC, porque traza un hilo de continuidad con el ministro que levantó la sanidad pública en España, Ernest Lluch, asesinado por ETA en 2000.

placeholder Lo que se conoce del nuevo Gobierno de Pedro Sánchez hasta ahora. (EC)
Lo que se conoce del nuevo Gobierno de Pedro Sánchez hasta ahora. (EC)

Illa no tiene experiencia previa en Sanidad y, aunque ahora sea un departamento vaciado de competencias —Consumo pasa a Alberto Garzón y Bienestar Social, a la Vicepresidencia Segunda de Pablo Iglesias—, tiene importantes retos por delante. Justo los que ayudarán a imprimir un marchamo social a la legislatura: la aprobación de la eutanasia y la regulación de la muerte digna, la inclusión paulatina de la atención bucodental al Sistema Nacional de Salud, la eliminación progresiva del copago farmacéutico introducido por el PP en 2012 o el aumento de los recursos destinados a sanidad, hasta el 7% en 2023.

Foto: El nuevo ministro de Seguridad Social, José Luis Escrivá, durante su etapa al frente de la AIReF. (EFE)

Bajas de Valerio, Carcedo, Guirao y Delgado

En paralelo a la entrada de González Laya, Escrivá e Illa, la Moncloa confirmó la continuidad de otra tanda de ministros: Isabel Celaá (Educación) y Pedro Duque (Ciencia), ratificados el jueves, Sánchez confirmó a Fernando Grande-Marlaska (Interior), Margarita Robles (Defensa), Luis Planas (Agricultura), Reyes Maroto (Industria). Todos ellos se suman a las vicepresidentas Calvo, Calviño y Ribera, a la titular de Hacienda, Montero, y por supuesto a José Luis Ábalos, cuyo departamento, Fomento, cambia de denominación: Transportes, Movilidad y Agenda Urbana.

La novedad social de los fichajes de Sánchez la aporta Illa, que tiene por delante la aprobación de la eutanasia o la eliminación del copago de 2012

Sánchez prescinde, en cambio, de ministros a los que apreciaba y de los que no tenía pegas. Son bajas Luisa Carcedo (Sanidad), Magdalena Valerio (Trabajo), Dolores Delgado (Justicia) y José Guirao (Cultura). Las dos primeras son mujeres de partido, socialistas pata negra, miembros de su ejecutiva federal, que le apoyaron desde el primer minuto en su ascenso de las primarias de 2014 y también en las de 2017, a las que le une un afecto personal.

placeholder Las ministras Dolores Delgado y Magdalena Valerio, el pasado 23 de octubre en Madrid. (EFE)
Las ministras Dolores Delgado y Magdalena Valerio, el pasado 23 de octubre en Madrid. (EFE)

En Ferraz reconocían que el mensaje que lanza el presidente con esta nueva alineación es el de que ha primado formar un "Gobierno serio, sólido, configurado para durar, fiable, muy competente, quizá menos vistoso, pero creíble para los ciudadanos" y que sea capaz de "tranquilizar" a los mercados. Se trata, explican en la sede, de recuperar la idea de que "esto es el PSOE" y que no se va a volver "loco", que es el partido que viene a "cambiar España" pero que garantiza "unas cuentas saneadas y un alineamiento con Europa". De ahí, por tanto, la proliferación de tecnócratas, de perfiles "solventes, templados y muy fiables".

Iglesias zanja el malestar

"Tenemos una superventaja sobre Unidas Podemos, y es que conocemos el negocio, el gobernar, muy bien. Ellos pueden pecar de aficionados, pero nosotros no. Y ya es claro que cada parte va a jugar para destacar", concede un miembro del aparato. La sensación que se respira en la dirección del PSOE es que se abre un tiempo nuevo, difícil, en el que pueden chocar dos culturas políticas tan distintas, con dos trayectorias diferentes, pero sin embargo se confía en que la fórmula, que como dijo Iglesias combina la "experiencia" de los socialistas con el arrojo y la "frescura" de los morados, funcione. "Nos ayuda a los dos el pegamento de la amenaza exterior, de las derechas, y que queremos que esto dure. Ambos deseamos que esto aguante", siguen las mismas fuentes.

En Ferraz creen que el presidente proyecta la imagen de un Gobierno "serio, sólido, fiable", capaz de disipar las dudas de inversores y mercados

Sánchez ha devuelto en cierta medida la jugada de Unidas Podemos, que optó por dar a conocer su estructura en el Gobierno y avanzar nombres. Pero los morados no conocían todo el organigrama. Un Gabinete, al fin, muy amplio, con hasta 22 carteras (incluidas las cuatro vicepresidencias), cinco más de las actuales, lo que ya se ha convertido en crítica de la oposición por el mayor gasto en personal. El récord del presidente solo fue batido en democracia por Adolfo Suárez en 1979, cuando sentó a 23 ministros a su vera.

Y aunque hayan aflorado ciertos roces por esa cuarta vicepresidencia con la que los morados no contaban, estos han decidido pasar página, como mostró Iglesias en Twitter: "Será un honor y un privilegio compartir rango con tres mujeres brillantes de las que tengo mucho que aprender. Y frente a los que busquen sembrar la cizaña: compañerismo, trabajo en equipo, buen humor y marxismo" del de los hermanos Marx. Pero Unidas Podemos corre el riesgo de quedar muy diluido. Tanto numéricamente —una vicepresidencia social potente y cuatro ministerios de un total de 22 departamentos— como por el contenido, ya que el peso económico del nuevo Gabinete será muy superior y estará en las manos del PSOE. La convivencia real empieza este lunes, y para evitar riesgos ambos tienen una especie de contrato de matrimonio diseñado para esquivar deslices y gestionar las discrepancias.

Sánchez ha ido informando al Rey de la identidad de sus ministros

El presidente del Gobierno no ha mantenido al Rey a oscuras. La ha ido adelantando la identidad de los ministros que formarán parte de su Gabinete antes de que los conociese la opinión pública. 

Pero, según fuentes de la Zarzuela, que Pedro Sánchez "haya mantenido y mantenga" a Felipe VI "informado de la conformación del Gobierno desde su toma de posesión" no significa que no tenga que hacer la comunicación final preceptiva de la totalidad de su nuevo equipo para que el monarca firme los decretos de nombramiento para que aparezcan como corresponde en el BOE. Solo una vez que están publicados, de hecho, podrán tomar posesión de sus cargos ante el Rey el lunes. 

El presidente comunicará por tanto este domingo al jefe del Estado la lista íntegra de sus ministros. Podría hacerlo yendo a la Zarzuela, aunque cada vez gana fuerza que lo haga telefónicamente. El procedimiento, el cómo lo haga, no es lo importante, explican estas fuentes, sino que se sustancie el procedimiento constitucional de comunicación formal de la lista, para que los nombres puedan ser enviados al BOE. 

Después de esa charla con el Rey, Pedro Sánchez comparecerá en la Moncloa para informar del conjunto de su Gobierno. No está claro aún si admitirá o no preguntas. El martes 14 se celebrará la primera reunión del Consejo de Ministros de la coalición. 

Pedro Sánchez ha vuelto a dar una lección de que con él no vale hacer quinielas. Y que sus decisiones, las que son estrictamente suyas, las dosifica y las comparte con muy pocos. No había entrado en el carrusel de posibles opciones para su Gobierno Arancha González Laya en Exteriores. Tampoco José Luis Escrivá en Seguridad Social, Inclusión y Migraciones, un ministerio de nueva creación. Salvador Illa, el pretoriano de Miquel Iceta en el PSC, un 'fontanero' incansable pero con proyección pública limitada, había comenzado a circular en los últimos días, pero su destino no parecía ligado a Sanidad. Son los tres primeros fichajes del presidente, a los que habrá que añadir los tres que le restan por anunciar (Política Territorial, Justicia y Cultura), hasta completar un Gabinete de 22 integrantes, más él mismo, el más amplio de la historia de la democracia tras el que montó Adolfo Suárez en 1979.

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