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Los cargos de Podemos en el Gobierno se blindan manteniendo el acta de diputado
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DEL PSOE SOLO LA RETENDRÍA SÁNCHEZ

Los cargos de Podemos en el Gobierno se blindan manteniendo el acta de diputado

La decisión se justifica también por prudencia y a la espera de que se confirme la correcta coordinación de la coalición. Los socialistas se inclinan por hacer que sus ministros dejen su escaño

Foto: El líder de Unidas Podemos, Pablo Iglesias, es aplaudido tras su intervención durante la sesión de investidura, este 7 de enero. (EFE)
El líder de Unidas Podemos, Pablo Iglesias, es aplaudido tras su intervención durante la sesión de investidura, este 7 de enero. (EFE)

Los diputados de Unidas Podemos que formarán parte del nuevo Ejecutivo de coalición, ya sea dirigiendo ministerios o secretarías de Estado, seguirán manteniendo su acta. Este será el caso de Pablo Iglesias (Vicepresidencia Segunda), Yolanda Díaz (Ministerio de Trabajo), Irene Montero (Igualdad), Alberto Garzón (Consumo) o Ione Belarra (Secretaría de Estado para la Agenda 2030). Con un Gobierno en minoría, que deberá negociar ley a ley para alcanzar los apoyos necesarios, será crucial el voto de cada diputado. Por eso, en el PSOE, sí creen "lógico" que, por cuestiones de agenda y disponibilidad, sus parlamentarios que vayan a ejercer tareas en el Gabinete renuncien a su acta, tal y como ocurrió en los meses que mediaron desde la moción de censura hasta las elecciones del 28 de abril. La intención es dejar correr las listas para asegurar la presencia de todos los miembros de su grupo durante las votaciones. Así lo harían todos con la única excepción del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez.

En el caso de Unidas Podemos, se ha optado por compaginar ambas funciones, al menos durante los primeros meses mientras se estudia su viabilidad, hasta valorar hasta qué punto es operativo mantener las atribuciones en el Gobierno con las del Congreso. El PP de Mariano Rajoy fue el primero en romper la tradición de que los secretarios de Estado que eran diputados renunciasen a su acta. Ocurrió con José Luis Ayllónsecretario de Estado de Relaciones con las Cortes— y con Jorge Moragas —director de Gabinete del presidente (con rango de secretario de Estado), que luego fue sustituido por Ayllón—, aunque en este caso los populares contaban con mayoría absoluta, hasta 2015, y afrontaban así unas votaciones menos ajustadas en la Cámara. Y es que, en contra de lo que se pueda pensar, los secretarios de Estado ejercen funciones más a pie de obra y, por tanto, tienen más riesgo de quedarse al margen del trabajo parlamentario o, incluso, de perderse votaciones importantes.

La decisión se justifica también por prudencia y a la espera de que se confirme la correcta coordinación del nuevo Gobierno conjunto que, según las primeras declaraciones de Pablo Iglesias tras la investidura, su esperanza es que dure al menos una legislatura completa de cuatro años. Incluso mostraba su deseo de que pudiese alargarse la coalición hasta ocho años, concatenando dos legislaturas completas, avanzando que el acuerdo entre PSOE y Unidas Podemos era "satisfactorio" y que ambos partidos actuarían como un "Gobierno unido para mejorar las condiciones de nuestros ciudadanos".

Rajoy sí rompió la tradición de que los secretarios de Estado dejasen el Congreso: siguieron en él Ayllón o su director de Gabinete, Jorge Moragas


En el caso del PSOE, la decisión se tomará una vez se conozca el nuevo Ejecutivo. No obstante, fuentes de la dirección ya advertían, incluso antes de la investidura, de que "lo lógico" es que los ministros diputados dejen su acta, "pero está sin cerrar". "Pedro no abandonaría su escaño, pero no está aún zanjado qué pasará con los ministros", abundaban. El ejemplo al que la cúpula mira fue el del verano de 2018: entonces, el PSOE disponía de solo 84 diputados (ahora tiene 120), sin ningún socio estable y fijo, y los tres titulares de cartera que tenían acta —Meritxell Batet, José Luis Ábalos y Margarita Roblesrenunciaron a ella para centrarse en sus labores de gobierno.

Foto: Adriana Lastra, Irene Montero, Rafael Simancas, Ione Belarra y Jaume Asens firman el protocolo de coordinación PSOE-Unidas Podemos, este 8 de enero en el Congreso. (PSOE)

Ya lo advirtió el PSOE para el 28-A

Si finalmente se adoptara esa decisión, no sería sorprendente, porque ya cuando se hicieron las listas para las elecciones del 28-A, se advirtió a los candidatos de que, si había Gobierno, correrían los puestos porque se consideraba mejor opción separar Parlamento de Gobierno, máxime cuando los números podían estar justos. Los tiempos de las mayorías absolutas ya pasaron y ahora cada sufragio cuenta. Sánchez ganó su investidura por una mayoría simple ajustadísima: solo dos votos. La prueba más gráfica de las dificultades que tendrán que atravesar los dos socios en este mandato.

Tras la moción de censura, y dada la precariedad parlamentaria, Batet, Ábalos y Robles salieron del hemiciclo. Pero aún no se conoce el Gobierno

En esta línea, la de dejar todo atado y bien atado, socialistas y morados firmaban este miércoles un protocolo de coordinación para asegurarse su funcionamiento como un bloque monolítico, tanto en lo que respeta a la acción del Gobierno de coalición como de ambos grupos parlamentarios en el Congreso. Un documento en el que se comprometen hasta a pactar las discrepancias y a unificar su estrategia comunicativa. De este modo, a través de diferentes instrumentos y mesas de seguimiento, los dos partidos "coordinarán su trabajo parlamentario y asegurarán las dinámicas de trabajo que garanticen la estabilidad del Gobierno de coalición progresista".

PSOE y Podemos se coordinarán en el Congreso para dar estabilidad al Gobierno

El instrumento más importante será la comisión permanente de seguimiento del acuerdo (o mesa permanente), cuya función será revisar el funcionamiento de la coalición y el cumplimiento de los objetivos propuestos, coordinar la acción entre los socios, unificar criterios y "consensuar posiciones políticas" para el desarrollo del programa de gobierno. Asimismo, se encargará de coordinar toda la acción de gobierno, de programar "las acciones de comunicación de las iniciativas de desarrollo del programa común de gobierno" y de "solventar las discrepancias que puedan surgir" en el ámbito del Ejecutivo bipartito respecto de la ejecución de los compromisos del acuerdo.

La decisión de que el Gobierno de coalición tenga compartimentos estancos también reduce las posibilidades de colisión. La intención pasa por que las diferencias se queden dentro de la sala del Consejo de Ministros, buscando remar juntos en los temas que se consensúen, dado que una de las exigencias de Sánchez para el acuerdo de coalición fue que Iglesias accediese a seguir la línea del Gobierno en asuntos de Estado, principalmente el territorial.

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La centralidad de Cataluña

Los morados entienden que la estabilidad de la legislatura también dependerá en buena medida de acuerdos cruzados con los republicanos en Madrid y Barcelona. La posibilidad de un Govern liderado por ERC, en coalición con los 'comuns' y el hipotético apoyo de los socialistas catalanes, está encima de la mesa. Un tripartito progresista que excluya a Junts per Catalunya de la ecuación, ya sea con el apoyo desde dentro o desde fuera del PSC.

Podemos busca asentar en el Congreso el denominado 'bloque de la moción de censura', junto a los nuevos partidos minoritarios

La propuesta no es nueva y los 'comuns' la vienen enarbolando casi desde sus inicios, e incluso Iglesias llegó a esbozársela al propio Oriol Junqueras antes del 1-O para frenar el unilateralismo, con escaso éxito. Sin embargo, ahora parece abrirse una nueva oportunidad, no solo por el acuerdo para el diálogo con el Gobierno de coalición progresista sino también por la guerra cada vez más pública dentro del bloque independentista entre la izquierda de ERC y la derecha de Junst per Catalunya, que podría desembocar en nuevas elecciones.

placeholder Gabriel Rufián, portavoz de ERC, en la sesión de investidura de este 7 de enero. (EFE)
Gabriel Rufián, portavoz de ERC, en la sesión de investidura de este 7 de enero. (EFE)

Cataluña es y seguirá siendo el nudo gordiano de la gobernabilidad, pero no solo debido a que las mayorías absolutas forman parte del pasado, y el Parlamento, muy fragmentado, tendrá un nuevo y fundamental papel. El PNV será otro de los actores necesarios para reencauzar la crisis institucional y alumbrar una legislatura de cuatro años, para lo que Podemos busca asentar en el Congreso el denominado 'bloque de la moción de censura', junto a los nuevos partidos minoritarios que han entrado en la Cámara Baja tras el 10-N, como el BNG o Teruel Existe.

Un retraso explicable por el repaso de los currículos para evitar sustos

Pedro Sánchez sigue meditando la composición de su Gobierno de coalición. Este miércoles, tomó posesión de su cargo ante el Rey en la Zarzuela. Y se mantiene la previsión de que dé a conocer su Gabinete la semana próxima. La justificación, así la expresó Carmen Calvo, es que necesita "un corto espacio de tiempo" para introducir las "modificaciones" oportunas, ya que tiene que armar un Ejecutivo "solvente", capaz de combatir los duros ataques de la oposición y también de navegar la primera experiencia de una coalición. 

Pero hay más razones: según fuentes de la dirección del PSOE, el presidente del Gobierno está repasando con su equipo los currículos de los potenciales ministros para evitarse sustos y que su Gabinete sufra erosión a la primera. 

El líder socialista recuerda bien que el estreno de su Gobierno fue accidentado. El titular de Cultura, Màxim Huerta, tuvo que dimitir a los seis días de su nombramiento por fraude fiscal, como desveló este periódico. Y cuando se cumplieron 101 días, forzó la caída de la ministra de Sanidad, Carmen Montón, por las irregularidades de su máster. Sánchez tuvo que tapar ambas grietas en mitad de la tormenta y con la presión de su propio partido. Huerta fue reemplazado por José Guirao y Montón, por Luisa Carcedo

Además, Sánchez está "dando vueltas a los nombramientos", pero no porque haya cambiado de idea a la vista de la dureza de la oposición. 

En todo caso, se espera que poco a poco la Moncloa y Ferraz vayan dando a conocer escalonadamente los nombres de los ministros. 

Este jueves, la actualidad del jefe del Ejecutivo estará marcada por la llamada que hará al jefe del Govern, Quim Torra, para comenzar a poner en marcha la mesa entre gobiernos pactada con ERC

Los diputados de Unidas Podemos que formarán parte del nuevo Ejecutivo de coalición, ya sea dirigiendo ministerios o secretarías de Estado, seguirán manteniendo su acta. Este será el caso de Pablo Iglesias (Vicepresidencia Segunda), Yolanda Díaz (Ministerio de Trabajo), Irene Montero (Igualdad), Alberto Garzón (Consumo) o Ione Belarra (Secretaría de Estado para la Agenda 2030). Con un Gobierno en minoría, que deberá negociar ley a ley para alcanzar los apoyos necesarios, será crucial el voto de cada diputado. Por eso, en el PSOE, sí creen "lógico" que, por cuestiones de agenda y disponibilidad, sus parlamentarios que vayan a ejercer tareas en el Gabinete renuncien a su acta, tal y como ocurrió en los meses que mediaron desde la moción de censura hasta las elecciones del 28 de abril. La intención es dejar correr las listas para asegurar la presencia de todos los miembros de su grupo durante las votaciones. Así lo harían todos con la única excepción del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez.

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