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Sánchez logra por la mínima el primer Gobierno de coalición de la democracia
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167 SÍES, 165 NOES Y 18 ABSTENCIONES

Sánchez logra por la mínima el primer Gobierno de coalición de la democracia

El candidato obtiene la investidura por dos votos y con el resultado previsto, sin fugas de diputados. Acaban más de ocho meses de bloqueo y nace una legislatura que se presume tensa e inestable

Foto: Pablo Iglesias felicita a Pedro Sánchez tras ser investido presidente del Gobierno, este 7 de enero. (EFE)
Pablo Iglesias felicita a Pedro Sánchez tras ser investido presidente del Gobierno, este 7 de enero. (EFE)

Pedro Sánchez Pérez-Castejón ya es presidente electo del Gobierno. El bloqueo acabó después de más de ocho meses. España ya dispone de un jefe del Ejecutivo que, en cuanto tome posesión de su cargo, dispondrá de plenos poderes y formará el primer Gabinete de coalición desde la II República. El candidato socialista superó este martes la investidura, y logró la confianza del Congreso de los Diputados por primera vez en su carrera política, tras los intentos fallidos de marzo de 2016 y de julio de 2019. Lo consiguió muy por la mínima, cierto. Por dos votos, 167 a 165. La mayoría más ajustada en cuatro décadas de democracia. Lo pronosticado. Sin sustos, sin sorpresas de última hora. Todos los parlamentarios socialistas, sometidos a una inhabitual presión externa —de la derecha, en redes sociales y a través de decenas de correos electrónicos, algunos "amenazantes"—, respaldaron a su secretario general, igual que no hubo fugas en Unidas Podemos ni en las pequeñas fuerzas que habían comprometido su sí en la segunda y definitiva votación. Nace una legislatura, pues, que se presume muy crispada y también muy inestable por la vigilancia de ERC.

La segunda votación de investidura de Pedro Sánchez, al completo

Porque la de este martes, un 7 de enero de 2020 para la historia, era la última y decisiva ronda para Sánchez. Nada podía fallar y no falló. El candidato obtuvo los 167 apoyos previstos: PSOE (120), Unidas Podemos (35), PNV (6), Más País-Equo (2), Compromís (1), Nueva Canarias (1), Teruel Existe (1) y BNG (1). En contra, 165 votos: PP (88), Vox (52), Ciudadanos (10), Junts per Catalunya (8), CUP (2), Unión del Pueblo Navarro (2), Foro Asturias (1), Partido Regionalista de Cantabria (1) y Ana Oramas, la parlamentaria de Coalición Canaria que por segunda vez se saltó la disciplina de partido. Las 18 abstenciones las aportaron los 13 miembros de ERC y los cinco de EH Bildu. En esta ocasión, no faltó la diputada de En Comú Podem Aina Vidal, tal y como había prometido. Está enferma de cáncer, como ella explicó en redes sociales, y no pudo tramitar el voto telemático para la primera vuelta, la del domingo, pero en esta segunda ronda, la decisiva, no quería "fallar" para ver el alumbramiento del Ejecutivo de coalición. Vidal recibió el cariño de los compañeros de su grupo y de varios portavoces en la corta sesión en la Cámara.

"O coalición progresista o bloqueo", resume Sánchez, que adelanta que uno de los acuerdos que ofrecerá será la reforma del sistema de investidura

La votación arrancó sobre las 14:00 por la diputada, elegida al azar, Dolores Narváez, y siguió sin problemas, hasta que la presidenta del Congreso, Meritxell Batet, anunció el resultado rozando ya las dos y media. No hubo tampoco virajes de última hora. Oramas pidió perdón a su partido, por no haber expresado su opinión previamente en los órganos de su partido, y se distanció de PP, Cs y Vox. No es una "valiente", dijo, porque simplemente vota en conciencia, y tampoco "vendepatrias" o "terroristas", como desde las filas conservadoras se acusa a los parlamentarios del sí. José María Mazón, del PRC de Miguel Ángel Revilla, se mantuvo asimismo en el no. Y Teruel Existe, que ha sufrido presiones "tremendas", según han denunciado, por apoyar a Sánchez, aguantó el pulso y su diputado, Tomás Guitarte, reiteró su respaldo al aspirante. No hizo falta tampoco ningún "plan 'antitamayazo", al que se habían ofrecido ERC y Bildu, mudando sus abstenciones en sí si durante el curso de la tensa votación había alguna indisciplina.

Después de que Batet anunciara que la investidura había prosperado, la bancada progresista estalló de alegría y aclamó al nuevo presidente. Después vinieron las felicitaciones de los líderes de la oposición y el abrazo de Sánchez y Pablo Iglesias. Este luego entregó un ramo de flores a Vidal, que dio las gracias entre lágrimas mientras sus compañeros coreaban "¡Sí se puede!". También el líder socialista departió con ella. Sánchez recibió las felicitaciones, uno a uno, de sus diputados y senadores, y luego posó para los reporteros gráficos, y al final se hizo una foto con ellos.

placeholder Pedro Sánchez posa para los fotógrafos tras ser investido este martes en el Congreso presidente del Gobierno por estrechísimo margen. (EFE)
Pedro Sánchez posa para los fotógrafos tras ser investido este martes en el Congreso presidente del Gobierno por estrechísimo margen. (EFE)

Nace un Gabinete bicolor que, según subrayó Sánchez en su breve intervención inicial previa a la votación, es la "única opción de gobierno posible tras dos elecciones generales en el último año", en las que el PSOE obtuvo la victoria. "Cinco elecciones con el mismo resultado", sumando legislativas del 28-A y del 10-N, y las autonómicas, municipales y europeas del 26-M, "no es coincidencia, se llama democracia y es la expresión de la voluntad popular". "O coalición progresista o más bloqueo para España", resumió el candidato, para despejar las críticas de la derecha por el nacimiento de un Gobierno que considera "ilegítimo" (así lo llamó Vox) por el pacto con ERC y la abstención de EH Bildu.

Foto: Pedro Sánchez y el ministro del Interior en funciones, Fernando Grande-Marlaska, escuchan al Rey durante su discurso en la Pascua Militar, este 6 de enero. (EFE)

"O berrinche o aceptación del resultado"

Sánchez utilizó los argumentos de las dos primeras jornadas. A su juicio, las derechas "han cambiado de pretexto" para perseguir lo mismo, "o gobiernan ellas o no hay Gobierno en España". Han tensionado y tensionado la situación para ver si aparecía una nueva oportunidad. Pero no ha funcionado, no lo han conseguido. Va a gobernar una coalición progresista porque así lo han decidido los españoles y la mayoría progresista", sostuvo el presidente, quien pidió a las fuerzas conservadoras que "acepten la realidad", porque perdieron las elecciones y este martes "perdieron la votación". Aseguró que entonces solo les quedan dos caminos: "O siguen indefinidamente en el berrinche o aceptan el resultado. No les compensa seguir en el berrinche", porque "daña la convivencia", y "no es bueno" siquiera para ellas porque "no se puede construir nada positivo desde la frustración y desde la amargura".

El pleno revive la tensión, por las críticas de la derecha y por ERC. "Me importa la gobernabilidad un comino", dice la diputada Montse Bassa

El líder socialista pidió superar "la atmósfera de la irritación" superada la investidura para "recuperar el espacio del entendimiento y los acuerdos". "Nadie puede monopolizar el patriotismo", subrayó, citando a Manuel Azaña, presidente de la II República. Precisamente uno de los primeros consensos que el nuevo Ejecutivo buscará tejer es el del cambio del mecanismo de la investidura, para que "el vacío no se vuelva a producir". El Gabinete dialogará con los grupos para que sea más sencillo "facilitar la formación de Gobierno" frente a las "mayorías de bloqueo". Ello exigiría la reforma del artículo 99 de la Constitución y, tal como está arrancando esta XIV Legislatura, parece difícil pensar que ese entendimiento pueda cuajar.

Sánchez, a la derecha: "Pueden seguir con el berrinche o aceptar el resultado de esta Cámara"

El pleno discurrió en medio de una enorme tensión, de nuevo. "Bochornoso", en palabras de Aitor Esteban, portavoz del PNV. Por las críticas durísimas de la derecha —Pablo Casado acusó a Sánchez de querer "cambiar el régimen del 78" para mantenerse en el poder, Santiago Abascal lo llamó Gobierno "ilegítimo" e Inés Arrimadas volvió a insistir en que han de surgir diputados "valientes" de la bancada socialista y que voten no a su jefe—, pero también por las advertencias de ERC, lanzadas a través de Montse Bassa, hermana de la dirigente independentista condenada y encarcelada Dolors Bassa. La diputada sostuvo que personalmente le importa "un comino la gobernabilidad de España", aunque políticamente su formación ha aprobado la abstención porque seguirá apoyando "la palabra frente a la violencia" y porque sus compañeros presos recomiendan "empatía". Bassa incluso llamó "verdugo" al PSOE por haber contribuido a la "represión".

Foto: investidura-pedro-sanchez-iglesias-llora

Varios barones, en la tribuna

La portavoz socialista, Adriana Lastra, no respondió a ERC. Sí agradeció el apoyo de las formaciones que iban a respaldar al candidato o facilitar su elección, y sobre todo a su grupo. "Siempre hemos sido valientes. Lo hicimos en la Transición, mientras la derecha renqueaba, lo hicimos en la modernización de la economía, lo hicimos para la entrada en la UE, lo hicimos con leyes que han situado España entre las democracias más avanzadas del planeta, y lo hicimos para derrotar a ETA", subrayó, para defenderse a la vez de las críticas de la derecha por una supuesta condescendencia con Bildu.

Lastra culpa a las derechas de instigar el "transfuguismo" y de lanzar "campañas de matonismo" contra diputados de otras fuerzas

Lastra denunció el comportamiento de PP, Cs y Vox, por llamar al "transfuguismo" y por lanzar "campañas de matonismo contra diputados de otros partidos", "todo para impedir la primera regla de la democracia", que la mayoría tiene derecho a formar Gobierno. Se detuvo especialmente en Guitarte, quien no pudo dormir en su residencia por las "amenazas". "Aquí hay 167 valientes, gente muy honrada y muy digna, y sobre todo honesta. Esas prácticas no son de partidos demócratas, sino de extremistas de derechas, que son el peor cáncer para nuestra democracia. Dejen de reivindicarse como constitucionalistas mientras pisotean cada uno de los valores de la Constitución", proclamó la vicesecretaria general, que puso a su grupo y al de Unidas Podemos en pie.

Aina Vidal protagoniza el momento más emotivo de la sesión de investidura

El candidato estuvo arropado desde la tribuna de invitados por varios barones socialistas. Por los presidentes de la Comunitat Valenciana (Ximo Puig), Asturias (Adrián Barbón), Baleares (Francina Armengol), Canarias (Ángel Víctor Torres), Navarra (María Chivite) y La Rioja (Concha Andreu), más los secretarios generales del partido en Andalucía (Susana Díaz), Murcia (Diego Conesa) y Cantabria (Pablo Zuloaga, vicepresidente del Ejecutivo regional); el líder del PSC, Miquel Iceta, o el portavoz en la Asamblea de Madrid, Ángel Gabilondo. Además, en la tribuna seguían el debate la mujer del líder socialista, Begoña Gómez, su madre y su hermano. Sí faltaron los presidentes de Castilla-La Mancha (Emiliano García-Page) y Aragón (Javier Lambán), los más distantes de Ferraz. Tampoco el extremeño Guillermo Fernández Vara.

Batet comunica al Rey este martes a las 17:30 que Sánchez tiene la confianza del Congreso. No se descarta que tome posesión de forma inminente

"Muy contento, gracias, de verdad", despejó Sánchez a los periodistas cuando le abordaron en los pasillos del Congreso, a la salida. Ahora, sus siguientes pasos serán muy rápidos. Batet acudió esta tarde, a las 17:30, a la Zarzuela para comunicar al Rey que el Congreso otorgó su confianza al candidato socialista por mayoría simple. Sánchez promete este miércoles a las 11:00 su cargo ante el Rey.

Felipe VI firma el nombramiento de Sánchez como jefe del Ejecutivo

Pero la sorpresa vino por la tarde cuando Ferraz anunció que el presidente no dará a conocer la composición de su Gobierno hasta la próxima semana. No se dieron razones, así que ese aviso alimentó enseguida las especulaciones.

Las primeras medidas, que se preveían rápidas, tardarán un poco más en llegar. "No nos van a dar cien días, pero al menos que nos concedan diez minutos", ironizaba una de las integrantes del núcleo duro de Sánchez. La legislatura, desde luego, será crispada y nada "fácil", como admitió Lastra. Pero la ilusión y la alegría no desaparecía de los rostros de los dirigentes y parlamentarios de PSOE y Unidas Podemos. Al menos por unas horas.

Pedro Sánchez Pérez-Castejón ya es presidente electo del Gobierno. El bloqueo acabó después de más de ocho meses. España ya dispone de un jefe del Ejecutivo que, en cuanto tome posesión de su cargo, dispondrá de plenos poderes y formará el primer Gabinete de coalición desde la II República. El candidato socialista superó este martes la investidura, y logró la confianza del Congreso de los Diputados por primera vez en su carrera política, tras los intentos fallidos de marzo de 2016 y de julio de 2019. Lo consiguió muy por la mínima, cierto. Por dos votos, 167 a 165. La mayoría más ajustada en cuatro décadas de democracia. Lo pronosticado. Sin sustos, sin sorpresas de última hora. Todos los parlamentarios socialistas, sometidos a una inhabitual presión externa —de la derecha, en redes sociales y a través de decenas de correos electrónicos, algunos "amenazantes"—, respaldaron a su secretario general, igual que no hubo fugas en Unidas Podemos ni en las pequeñas fuerzas que habían comprometido su sí en la segunda y definitiva votación. Nace una legislatura, pues, que se presume muy crispada y también muy inestable por la vigilancia de ERC.

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