Arrimadas descarta una oferta final para apoyar a Sánchez y evitar el acuerdo con ERC

No habrá sorpresas ni giros de guion. Los 10 escaños de Ciudadanos no servirán para hacer presidente a Pedro Sánchez y poner en marcha el Gobierno de coalición con Unidas Podemos.

Inés Arrimadas sacará la artillería pesada en la que será su verdadero debut parlamentario —por primera vez ejercerá como presidenta del grupo en un debate de investidura iniciando una nueva era tras la marcha de Albert Rivera—, y denunciará la posición política del presidente en funciones al pactar no solo con Esquerra Republicana de Catalunya (ERC), sino con el Partido Nacionalista Vasco (PNV) en lo que considera "un acuerdo igual de grave".

La única oferta que Arrimadas reiterará desde la tribuna será la vía de los 221 escaños, bautizada también con su propio nombre, y que defiende un acuerdo amplio entre PSOE, PP y Ciudadanos (en el que los naranjas solo aportarían 10 diputados) para hacer presidente a Sánchez a cambio de grandes reformas y pactos de Estado, así como medidas económicas incluidas en los Presupuestos. "Es la única vía buena que daría estabilidad. Lo demás es el caos", reiteran desde su equipo más cercano con el que prepara el discurso más importante que ha pronunciado hasta ahora en sede parlamentaria. La decisión de la Junta Electoral Central, que da la razón a PP y Cs al cerrar la puerta a Oriol Junqueras como eurodiputado (además de confirmar la inhabilitación de Quim Torra) reforzará el mensaje de un acuerdo al margen de estos partidos.

TE PUEDE INTERESAR

Arrimadas insta a los barones del PSOE a frenar "la locura de Sánchez"

Europa Press

La propuesta de los 221 diputados lleva encima de la mesa un mes y medio. La portavoz naranja la lanzó pocos días después del preacuerdo firmado entre Sánchez y Pablo Iglesias, ("abandone el gobierno de la pesadilla" dijo entonces) y lo ha reiterado en distintos foros, incluido una presentación oficial que contó con el apoyo de intelectuales. Por eso, también llevará la oferta a la tribuna del Congreso, donde centrará parte de su intervención en recordar que existía una alternativa al pacto actual y que todavía es viable.

La intención de los naranjas no es elevar el tono contra el PP, a pesar de que en varias ocasiones han criticado el perfil bajo de Pablo Casado, "mirando para otro lado" y "sin hacer mucho ruido", mientras Sánchez cerraba su pacto con nacionalistas e independentistas catalanes. "Están deseando que pase todo", reiteran cuadros de la formación. Con todo, Arrimadas se empeñará en denunciar la postura del presidente en funciones y seguirá con la línea iniciada esta semana apelando al sentido de Estado de diputados socialistas, como ya hizo con los barones territoriales a través de mensajes y llamadas telefónicas.

En Ciudadanos defienden que el nerviosismo de todos ellos, "saliendo en tromba a atacar a Arrimadas" pidiéndole su 'sí' para evitar estar en manos de ERC, responde a la incomodidad que en realidad sienten muchos dirigentes del PSOE.

Algunos como el presidente de Extremadura, Guillermo Fernández Vara; o el valenciano, Ximo Puig, fueron especialmente duros ("es bastante patética la operación de Arrimadas tras un fracaso político descomunal", dijo el último). Pero otros, como el presidente de Castilla La-Mancha, Emiliano García-Page, que también pidió a los naranjas facilitar la investidura, "como debiera hacer el PP", matizó, reaccionó formalmente al acuerdo de su partido con ERC a través de una carta oficial este mismo viernes, censurando la relación bilateral y la consulta pactada por ambos.

Según ha podido saber este diario, Arrimadas insistirá en trasladar la presión al seno del PSOE, consciente del malestar que existe a pesar de la reacción pública. Como ya advirtió la portavoz tras la reunión de la gestora del partido y la dirección del grupo parlamentario este lunes, si no funcionaba la fórmula de los barones, intentaría pasar al 'plan B' convenciendo a 16 diputados socialistas de frenar "el desastre". En ese sentido, es probable que haga un llamamiento desde la propia tribuna.

TE PUEDE INTERESAR

Los guardias civiles ven en el pacto con el PNV "el principio del fin" de la institución

Roberto R. Ballesteros

Ciudadanos siempre ha tenido claro que la única fórmula por la que apoyaría a Sánchez en una investidura implicaría necesariamente al PP. A pesar del descalabro electoral, el partido naranja sigue defendiendo que ninguno de los votos obtenidos el 10 de noviembre buscan "hacer vicepresidente a Iglesias o ministro a Garzón". En ese sentido, la primera condición para respaldar al socialista sería la ruptura del Gobierno de coalición.

Y más allá de ERC, Arrimadas dedicará parte de su intervención a criticar con dureza el acuerdo con el PNV. Este viernes ya avanzaba en una entrevista que sus escaños "no servirían para blanquear ese acuerdo", comparándolo en gravedad con el de los republicanos catalanes. "El documento habla de adaptar las estructuras del Estado a la identidad de Cataluña y el País Vasco. El PNV quiere echar a la Guardia Civil de Navarra y sienta un precedente muy peligroso que es negociar en nombre de Navarra", insistía. Con toda seguridad serán ideas que repetirá en línea con la postura que siempre ha mantenido Ciudadanos con los nacionalistas vascos.

La portavoz naranja podría lanzar reproches a algunos diputados del Grupo Mixto (ya dividido en dos) como Tomás Guitalte, de Teruel Existe (perteneciente a España Plural), que también respaldará la investidura. Arrimadas advertirá de las pretensiones de los independentistas catalanes sobre la Franja d’Aragó —exactamente igual que la del PNV con Navarra—, a pesar de que el voto del turolense ha dejado de ser determinante si el BNG, como ha anunciado, descarta votar en contra de Sánchez.