Podemos se reestructura para crear contrapesos entre partido y Gobierno
El empuje de la sociedad civil se considera crucial para conseguir conquistas sociales más ambiciosas que las que Unidas Podemos podría arrancar formando parte de un Gobierno en minoría
Podemos busca diferenciar la acción de Gobierno, de salir adelante el Ejecutivo de coalición, de la acción política del partido. Para ello se está reestructurando la organización y planteando cambios en el grupo parlamentario. El objetivo pasa porque establecer contrapesos y adaptar los diferentes ritmos, manteniendo posiciones más rupturistas y pegadas a la calle desde el partido y otras más gobernistas y posibilistas con la correlación de fuerzas de los morados en el Consejo de Ministros. Esto es, estructuras paralelas pero diferenciadas, tratando de empujar desde la organización cambios que vayan un paso por delante de los planteados por un Gobierno de coalición liderado por los socialistas. El empuje de la sociedad civil se considera crucial para conseguir conquistas sociales más ambiciosas que las que Unidas Podemos podría arrancar formando parte de un Gobierno en minoría.
En caso de cogobernar con el PSOE se abre una nueva etapa para Podemos y los dirigentes clave para rearmar Podemos a nivel territorial y llevar sus riendas en el día a día serán Alberto Rodríguez, Noelia Vera, Rafa Mayoral y Ana Marcello. El partido quedaría así en manos del secretario de Organización (Alberto Rodríguez), la portavoz (Noelia Vera), el secretario de relaciones con la sociedad civil y movimientos sociales (Rafa Mayoral) y la responsable de participación y círculos (Ana Marcello), según fuentes cercanas a la dirección. Este mismo jueves se celebró un encuentro de responsables estatales y autonómicos de Organización para abordar las consideradas como tareas más relevantes de cara al próximo año: "La construcción de partido, la vertebración territorial, la futura renovación de órganos, el impulso y la creación de nuevos círculos y el fortalecimiento de herramientas en manos de la militancia para intervenir activamente en los conflictos sociales".
En una carta dirigida a la militancia tras la firma del preacuerdo, Pablo Iglesias lanzaba un mensaje claro en este sentido, al asegurar que "tenemos también por delante la tarea de fortalecer nuestra organización y nuestros círculos". En esta línea, añadía que "hoy, más que nunca, es necesario echar raíces y construir una herramienta fuerte y sólida, que esté presente en cada barrio y en cada pueblo, que sea capaz de doblar el brazo a los poderosos y de producir transformaciones profundas que hagan avanzar a nuestro país hacia la justicia social". La entrada en el Gobierno, por tanto, se ve como una oportunidad para corregir las carencias en la implantación territorial y fortalecer la organización.
En la misma misiva, el líder de Unidas Podemos reconocía que la participación del partido morado en el Ejecutivo será en "minoría". Avanzaba asimismo que "nos encontraremos muchos límites y contradicciones, y en el que tendremos que ceder en muchas cosas". Finalmente añadía que "habrá quienes inviertan muchos millones de euros y muchas horas de televisión en tratar de desmoralizarnos, de frustrarnos y de convencernos de que no se puede".
Unos límites y contradicciones que tendrían como contrapunto un discurso más atrevido desde el partido. También a través de la movilización en la calle al lado de movimientos sociales y luchas laborales. En el plano comunicativo todo el peso recaerá así en la diputada por Cádiz Noelia Vera, quien seguirá al frente de la portavocía. En lo relativo a reforzar los vínculos con la sociedad civil en un contexto que se reconoce de cierta incertidumbre a la hora de manejar esta dualidad, la responsabilidad recaerá sobre Rafa Mayoral.
Además de los cambios en el partido, la entrada de dirigentes morados en un hipotético Ejecutivo de coalición progresista con los socialistas supondría también una reestructuración en el grupo parlamentario confederal para afrontar esta nueva etapa. Uno de estos principales cambios, por su importancia y visibilidad, corresponderá a la portavocía del grupo, que actualmente ocupa Irene Montero, quien tendría asegurado un puesto en el Consejo de Ministros. Para su sustitución se piensa en Pablo Echenique, aunque la decisión todavía no está tomada formalmente, después de que se planteasen otras opciones, como la de la propia Noelia Vera para mantener en el Congreso un perfil similar al del partido.
Con todo, se señala a Echenique como una de las personas más idóneas para asumir este puesto en el Congreso debido a que en la ejecutiva de Podemos ocupa las responsabilidades de Acción de Gobierno y a que ya lideró las negociaciones para el pacto presupuestario, un documento que ahora servirá como base para el programa de gobierno. En un principio, se valoró el nombre de este científico del CSIC para dirigir el Ministerio de Ciencia y Universidades, que quedaría en manos de los de Pablo Iglesias, pero finalmente será una cartera que dirigirá un miembro de la confluencia catalana En Comú Podem cercano a Ada Colau.
Podemos busca diferenciar la acción de Gobierno, de salir adelante el Ejecutivo de coalición, de la acción política del partido. Para ello se está reestructurando la organización y planteando cambios en el grupo parlamentario. El objetivo pasa porque establecer contrapesos y adaptar los diferentes ritmos, manteniendo posiciones más rupturistas y pegadas a la calle desde el partido y otras más gobernistas y posibilistas con la correlación de fuerzas de los morados en el Consejo de Ministros. Esto es, estructuras paralelas pero diferenciadas, tratando de empujar desde la organización cambios que vayan un paso por delante de los planteados por un Gobierno de coalición liderado por los socialistas. El empuje de la sociedad civil se considera crucial para conseguir conquistas sociales más ambiciosas que las que Unidas Podemos podría arrancar formando parte de un Gobierno en minoría.