Podemos presiona a ERC a través de los 'comuns' para acelerar la investidura
Desde la dirección de los 'comuns', reconocen que el acuerdo con los republicanos para apoyar las cuentas "es un primer paso para el giro definitivo de cara a la investidura"
Cada día que pasa, aumentan las posibilidades de que descarrile la investidura. El congreso de ERC para fijar su estrategia, la movilización en las calles de Cataluña como las convocadas este miércoles por Tsunami Democràtic o las resoluciones judiciales pendientes son elementos que añaden complejidad a las negociaciones para sacar adelante una investidura que Unidas Podemos quiere amarrar cuanto antes para asegurar su éxito, de ahí el acelerón en las conversaciones entre los comuns y ERC para pactar los Presupuestos catalanes.
Desde la dirección de los 'comuns', reconocen que el acuerdo con los republicanos para apoyar las cuentas "es un primer paso para el giro definitivo de cara a la investidura", e incluso van un paso más allá al señalar que también demostraría que ERC ya empieza a pensar en "mayorías progresistas". La reforma del impuesto de sucesiones, por ejemplo, supone un giro a la izquierda de ERC que los separa de sus todavía socios posconvergentes en el Govern. Estos últimos se mantienen en el no a la investidura.
La amenaza de una convocatoria electoral en Cataluña es para los 'comuns' el principal peligro para que el Gobierno de coalición progresista no llegue a ver la luz. "Cuanto más cerca estén unas posibles elecciones, más aumentarán los incentivos para esa competencia partidista y descarnada entre ERC y JxCAT", advertía el portavoz de los 'comuns', Jaume Asens, hace unos días en el Congreso, dando a entender que en este contexto los republicanos se inclinarían por rechazar la investidura. Su lectura, compartida por el resto de dirigentes del grupo confederal, es que "el tiempo puede ser un factor de distorsión".
El botón de la convocatoria de comicios catalanes está en manos de Quim Torra y desde su formación niegan que se esté planteando pulsarlo para dificultar a los republicanos su abstención. Sin embargo, que los dos socios del Govern hayan llevado a la esfera de lo público su guerra soterrada, con amenazas poco veladas, desprende un cierto aroma a precampaña. La posible inmunidad de Carles Puigdemont y el hecho de que esta situación le permita "hacer campaña en Cataluña", según deslizaban fuentes de JxCAT en el Congreso, apuntan en el mismo sentido.
Conscientes de estos riesgos y de lo que está en juego, Pedro Sánchez y Pablo Iglesias ya han hecho sus deberes cerrando el acuerdo programático, del que solo faltan por perfilar pequeños detalles, con la intención de presentarlo al resto de partidos antes de que se produzca la investidura. Las visitas de Iglesias a Moncloa para rematar el acuerdo han sido constantes. Unos avances enfocados a ajustar mejor el calendario para facilitar una investidura "cuanto antes", como desean PSOE y Unidas Podemos. El líder de Podemos fue de los primeros en inflar las expectativas al recalcar en los pasillos del Congreso que esperaba que "la próxima Nochebuena los españoles puedan cenar con un Gobierno".
Los republicanos no tardaron en enfriar estas expectativas apuntando al mes de enero, mientras que socialistas y morados mantuvieron la puerta abierta a que la investidura se pudiese celebrar antes de fin de año y poder arrancar 2020 con un Ejecutivo que ya no esté en funciones. Según el calendario que comienzan a manejar algunos diputados, las fechas de la investidura podrían encajar entre el 27 de diciembre y el 4 de enero. Sin embargo, todo sigue en el aire y dentro de ERC tampoco parece haber unanimidad respecto a estos pasos, según apuntan algunas fuentes cercanas a las negociaciones.
La presión con los tiempos "no ayuda"
Las presiones para forzar una investidura antes de que acabe el año se mezclan con un creciente optimismo durante las últimas horas entre los partidos minoritarios. Al menos esa era la sensación que varios de ellos trasladaban tras sus respectivas reuniones con los socialistas de cara a la investidura. "Creo sinceramente que la cosa puede salir", llegó a asegurar ante los medios de comunicación el líder de Compromís, Joan Baldoví. Algunas fuentes incluso llegaron a apuntar que el acuerdo podría estar más cerca de lo que parece, alimentando la hipótesis buscada por PSOE y Unidas Podemos para que la investidura pueda producirse antes de final de año.
Desde ERC, critican las presiones y señalan que poner el foco en las fechas no ayuda en las negociaciones. Estas mismas fuentes subrayan que su organización tiene sus tiempos, y a pesar de que no descartan la posibilidad de una investidura antes de que finalice el año, sí subrayan las dificultades por lo ajustado de los plazos. Todavía se están perfilando diferentes cuestiones de cara a intentar plasmarlas en un documento conjunto con el PSOE. Además, de sellarse un acuerdo, tendría que convocarse al Consell Nacional de ERC, el máximo órgano de dirección del partido entre asambleas, para ratificarlo.
Las declaraciones del dirigente socialista y miembro del equipo negociador José Luis Ábalos mostrándose convencido de que "ERC ha renunciado a la vía unilateral" tampoco ayudan en las negociaciones, según han reconocido desde el partido republicano, lamentando el ruido generado en torno a ellas. Máxime cuando la organización celebra este fin de semana un congreso para definir su hoja de ruta.
Cada día que pasa, aumentan las posibilidades de que descarrile la investidura. El congreso de ERC para fijar su estrategia, la movilización en las calles de Cataluña como las convocadas este miércoles por Tsunami Democràtic o las resoluciones judiciales pendientes son elementos que añaden complejidad a las negociaciones para sacar adelante una investidura que Unidas Podemos quiere amarrar cuanto antes para asegurar su éxito, de ahí el acelerón en las conversaciones entre los comuns y ERC para pactar los Presupuestos catalanes.