El PP ve a Sánchez entregado al pacto con Iglesias y duda de que tenga atado a ERC

La entrevista entre Pedro Sánchez y Pablo Casado ha servido a la dirección del Partido Popular para confirmar que el acuerdo entre el candidato socialista y Pablo Iglesias es firme e irreversible, aunque ya no vean tan cerrado como la semana pasada el visto bueno de Oriol Junqueras al Gobierno de coalición. De hecho, el jefe del Ejecutivo en funciones pidió al presidente del PP las abstenciones del número de diputados imprescindible de su partido para cubrir el voto en contra de los 13 que los independentistas de ERC tienen en el Congreso.

La reunión de 40 minutos celebrada en la Cámara Baja entre Sánchez y Casado fue de puro trámite, según admiten fuentes de los populares, aunque al jefe de la oposición le diera tiempo de volver a plantear su clásica oferta de pactos de Estado. Tampoco hubo respuesta a unas propuestas incompatibles con los intereses de los socios parlamentarios de la moción de censura, sobre todo la reforma electoral para primar al partido más votado.

La principal conclusión que sacaron en la sede de Génova de la entrevista es que el secretario general del PSOE es consciente de que su apuesta por el gabinete "socialcomunista" no tiene marcha atrás, que otro giro de Sánchez para intentar alianzas constitucionalistas sería el final político del candidato.

"No lo entenderían sus bases, que avalaron el acuerdo con Iglesias, ni tampoco Podemos lo permitiría", comentan fuentes del PP. Reiteran así el mensaje de su jefe al acusar al presidente del Gobierno de haber "quemado las naves" y ligado su suerte a esa alianza con la izquierda populista que le facilita además el acuerdo con ERC, "la otra izquierda histórica", en palabras de su vicepresidenta, Carmen Calvo.

La otra novedad en el análisis del principal partido de la oposición sobre las negociaciones de Sánchez es reconocer que aunque parezca que las tiene encauzadas con los independentistas, tampoco se puede ya dar por seguro que la investidura del socialista sea inminente.

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Pendiente del "certificado" que según Casado debe venir de la cárcel donde está Junqueras para convocar la sesión del Congreso, Sánchez sí le dijo al presidente del PP que le bastaba con la abstención de unos pocos diputados del Grupo Popular para salir elegido jefe del Ejecutivo en segunda votación. En caso de que ERC se inclinara por el no, el PP tendría que colaborar con un mínimo de 11 abstenciones para que el Gobierno de coalición entre el PSOE y Podemos se pusiera en marcha.

El ingrediente comunista de ese gabinete que aportaría Pablo Iglesias es el argumento que el jefe de la oposición esgrime para rechazar de plano cualquier abstención de su grupo. "Si nosotros pactáramos un Ejecutivo con Vox, todo el mundo entendería que los socialistas votaran en contra sin que nadie les pidiera la abstención", comentan en la sede de Génova para quitarse de encima la presión externa.