Los barones del PP avisan a Sánchez de que no serán coartada para blanquear a Torra

Malestar por partida doble en el Partido Popular, tanto de Pablo Casado como de sus presidentes autonómicos, ante la primera maniobra de Pedro Sánchez para conseguir su investidura como presidente del Gobierno. El candidato socialista no llamó en persona al jefe de la oposición para concertar la entrevista del próximo lunes, pese a que Casado sí lo hizo la noche del 10-N y todavía espera respuesta. Además, los jefes de ejecutivos regionales del PP se enteraron por los medios de que el presidente del Gobierno en funciones les iba a incluir en una ronda de conversaciones o citas para disimular que tiene que cumplir con su verdadero objetivo: despachar con Quim Torra.

Alberto Núñez Feijóo, Isabel Díaz Ayuso, Juan Manuel Moreno, Alfonso Fernández Mañueco y Fernando López Miras coincidieron en que no servirán de "coartada" ni para "blanquear" al dirigente independentista. Y remataron con el aviso de que ellos están para abordar los asuntos de su competencia como responsables de administraciones autonómicas.

Después de conocerse los resultados de los comicios, Casado llamó por teléfono a Sánchez, este dijo que no podía hablar en ese momento y quedó en devolver la llamada, cosa que sigue sin hacer. Un mes después y previo anuncio ante las cámaras de televisión de que quería intercambiar impresiones con la oposición y de que lo haría el lunes, este jueves por la mañana fue el gabinete de la Presidencia del Gobierno el encargado de cerrar la cita (al final, a las 9:30 de la mañana) en comunicación con el equipo de Casado en la sede del partido en la calle Génova.

En la dirección del PP han recalcado lo significativo de ese dato sobre la actitud o mala educación del dirigente socialista ante su jefe y el partido durante estas semanas, y mientras hacen frente a la campaña exterior para que los diputados del Grupo Popular se abstengan con el fin de facilitar a Sánchez que siga en el poder. "Ni nos llama ni responde a las ofertas de pactos de Estado que hace Casado desde hace meses", recordaban en los mismos medios mientras el líder del PSOE negociaba con ERC una vez atado el preacuerdo con Pablo Iglesias.

Pese a las quejas, el sucesor de Mariano Rajoy dio el visto bueno a la propuesta de entrevista realizada a través del gabinete. "Yo estaré en la cita como siempre he hecho. Siempre que me ha llamado he acudido", comentó Casado, además de acusar a Sánchez de utilizar a los presidentes autonómicos como "comparsa" para tener una relación de "bilateralidad" con el presidente de la Generalitat.

En parecidos términos se manifestaron al mismo tiempo todos los jefes de los ejecutivos regionales del PP, al referirse al anuncio de las llamadas del candidato socialista como "blanqueo", "paripé" o "coartada" para encubrir su siguiente cesión: llamar a Torra.

Isabel Díaz Ayuso destacó que no había tenido noticias del inquilino de la Moncloa desde que llegó al cargo de presidenta de la Comunidad de Madrid hace cuatro meses y que ella de lo que quiere hablar es de los fondos que le adeuda el Ministerio de Hacienda. El presidente de la Junta de Andalucía, Juan Manuel Moreno, comentó que no le gustaría que Sánchez intentara "utilizar a Andalucía para blanquear una negociación con Torra, líder de los independentistas en Cataluña".

El presidente de la Región de Murcia, Fernando López Miras, que suma 11 cartas al Ejecutivo socialista más dos llamadas telefónicas a Sánchez sin recibir respuesta, dijo que estará encantado de hablar con él sobre la financiación de su comunidad, "a ver si quiere explicarme por qué los murcianos estamos recibiendo menos dinero para Sanidad y Educación que el resto de los españoles y si lo va a arreglar".

Feijóo también avisó de que si le llaman de la Moncloa, él irá "con los problemas de Galicia" y "lo primero" que exigirá es que "pague el dinero que debe" a la Xunta de Galicia: 700 millones de euros. "No creo que caiga en el error de que esto sea un paripé o una coartada para hablar con el señor Torra. Espero que no use a todos los presidentes autonómicos para blanquear un acuerdo con los independentistas, hacerlo sería burlarse del Estado autonómico, de los presidentes autonómicos y de todos los gallegos", agregó.

El presidente de la Junta de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco, después de esperar cinco meses para hablar con Sánchez, se declaró abierto al diálogo, pero "para reconstruir los consensos constitucionales" y no para servir de "coartada" para que el candidato socialista "restituya la relación" con Torra.