Los exjugadores de la Arandina, condenados a 38 años de cárcel por violar a una menor
"Si bien la postura de la denunciante fue diferente al relatar los hechos a sus conocidos, por influencia de las redes sociales, se aprecia credibilidad en cuanto a que no realizó los hechos voluntariamente"
La Audiencia Provincial de Burgos ha condenado a los tres exjugadores de fútbol de la Arandina a 38 años de cárcel por un delito de agresión sexual contra una menor de 16 años. La violación se remonta a noviembre de 2017 y se produjo en Aranda de Duero, Burgos. El tribunal considera probado que hubo intimidación ambiental "por el hecho de haber actuado los tres acusados sobre la víctima, en el piso de estos, con la luz apagada y por sorpresa, sin que la menor pudiera reaccionar, debido a la diferencia de edad y complexión física de los acusados". El Código Penal fija en 20 años el cumplimiento máximo de la pena de prisión, por lo que los jueces incluyen en su sentencia otros 10 de libertad vigilada.
La condena de cárcel impuesta a Carlos Cuadrado, Víctor Rodríguez y Raúl Calvo se basa en la suma de tres delitos de agresión sexual: uno como autores, por el que se les condena a 14 años, y dos como "cooperadores necesarios" en las agresiones de sus compañeros, castigado cada uno de ellos con 12 años. También tendrán que pagar una indemnización de 50.000 euros a la víctima y se les prohíbe comunicarse con ella. El tribunal, sin embargo, les absuelve del delito de proposición de actividades sexuales.
La Audiencia reconoce contradicciones en la denuncia de la víctima, pero no quita veracidad a la misma: "Si bien la postura de la denunciante fue diferente al relatar los hechos a sus conocidos, por influencia de las redes sociales, se aprecia credibilidad de su versión en cuanto refiere que no realizó los hechos voluntariamente". Aunque los tres exjugadores aseguraron que no habían mantenido relaciones sexuales y que no conocieron su edad, de 15 años, hasta cuatro días después del encuentro, la sentencia contradice su versión: "Se considera probado que los acusados conocían que la denunciante tenía menos de 16 años, iba al colegio con uniforme y su madre y otros testigos se lo habían dicho".
Respecto a la agresión sexual, esta se produjo en el salón "con acceso carnal en forma bucal": "Ella cruzó los brazos y no supo cómo reaccionar, quedándose paralizada", explica la sentencia. Aunque también se considera probado que el condenado de menor edad, Raúl Calvo, le llevó después a su cuarto y, "tras ponerse un preservativo, la penetró vaginalmente", al no haberse acreditado que la víctima "mostrase oposición" y dado que ambos muestran una madurez "similar", el tribunal ha descartado condenarle por un delito de agresión sexual continuada.
La Fiscalía, que pedía entre 39 y 40 años de cárcel para los acusados, sí consideraba por el contrario que esta penetración vaginal debía tenerse en cuenta. "Los tres procesados mantenían contactos telefónicos y a través de redes sociales (principalmente WhatsApp), desde septiembre de 2017, con la menor de edad (15 años), a quien conocían con anterioridad y sabían la edad que tenía, con el objeto de convencerla para que tuviera relaciones sexuales con ellos", denunciaba el Ministerio Público en su escrito de acusación. "El 24 de noviembre de 2017, la menor acudió al domicilio de los tres procesados, donde después de una conversación, fue obligada a mantener relaciones sexuales con todos ellos en el salón de la casa, para seguidamente ser de nuevo obligada, por R.C.H. a soportar otra relación sexual en un dormitorio de la vivienda".
15 años para la Manada, 38 para la Arandina
La pena de 38 años de cárcel es considerablemente superior a la impuesta en otros casos de violación grupal. A los cinco miembros de la Manada de Pamplona, por ejemplo, el Supremo les condenó a 15 años de prisión. La diferencia se basa en que los exjugadores de la Arandina fueron "cooperantes necesarios" en las agresiones sexuales de sus compañeros, lo que implica sumar 24 años de cárcel a cada uno de ellos. A la hora de anunciar las penas a la Manada de Pamplona, el propio Tribunal Supremo dejó caer que lo ocurrido en los Sanfermines de 2016 podía haber tenido una condena mayor, pues los acusados perpetraron al menos 10 violaciones.
"El tribunal constata, igualmente, el error en la calificación jurídica de la sentencia de instancia que consideró concurrente un único delito continuado, cuando por la pluralidad de intervinientes y de actos agresivos, la correcta calificación, de acuerdo a reiterados precedentes de la sala, hubiera sido considerar a los acusados autores y partícipes de una pluralidad de delitos de agresión sexual. Este extremo no ha sido objeto de impugnación y, consecuentemente, el principio acusatorio impide pronunciarnos al respecto", subrayó el Supremo tras anunciar la condena de la Manada. En otras palabras: a cada uno de los exjugadores de la Arandina se le considera culpable de tres agresiones sexuales —una como autor y dos como "cooperante necesario"—, mientras que a los de la Manada de Pamplona se les condenó por una sola violación.
Los intentos de ridiculizar a la víctima
La detención de los tres exjugadores se remonta al 11 de diciembre de 2017, cuando tenían 19, 22 y 24 años. Los tres habían llegado a la Arandina el verano de ese mismo año y vivían en el mismo piso del municipio, en la calle San Francisco, donde se produjo la agresión sexual. En su denuncia ante la Policía, la víctima aseguró incluso que los condenados habían grabado la agresión y temía que se estuviese difundiendo, lo que llevó a los investigadores a registrar su vivienda e incautar sus ordenadores y móviles. Pese a ello, el vídeo de la violación nunca llegó a aparecer.
El 13 de diciembre, el Juzgado de Primera Instancia e Instrucción 1 de Aranda de Duero decretó el ingreso en prisión provisional comunicada y sin fianza de todos ellos por un delito de agresión sexual. Llegados a ese punto, el club de fútbol expulsó a los tres jugadores, pero no fueron pocos los que salieron en su defensa. "No me lo creo, pero una cosa es lo que yo crea y otra cosa es lo que puede ser", llegó a declarar su entrenador. Vecinos de los municipios de Ponferrada y Astorga también convocaron protestas reivindicando la presunción de inocencia a favor de los tres acusados.
Ya en enero, se barajó la posibilidad de que en la agresión hubiera participado una cuarta persona, pero posteriormente se confirmó que solo había estado en el piso antes de que se produjera la violación. Mientras la investigación avanzaba, abogados de los acusados comenzaron entonces a lanzar ataques contra la propia víctima ante la prensa: "Se jactaba de lo guapa que es y de la cantidad de relaciones que tiene con chicos", llegó a decir uno de ellos. Pero sus intentos de intoxicar el caso cayeron en saco roto: el análisis de sus teléfonos móviles terminó por revelar tanto la agresión sexual como que conocían la edad de la víctima.
Tras conocer la condena este jueves, los tres exjugadores soltaron todo tipo de ataques ante los medios: "La presión social, la presión mediática que hacéis vosotros. Que no os critico porque es vuestro trabajo, pero toda la culpa es vuestra y de la gente", denunció Rodríguez. Cuadrado fue un paso más allá y aseguró que "ahora es cuando se van a empezar a filtrar cosas", apuntando así a los mensajes que envió la víctima a sus conocidos después de la violación. La Fiscalía Provincial de Burgos ya ha pedido por su parte que se celebre una comparecencia para solicitar su ingreso en la cárcel.
La Audiencia Provincial de Burgos ha condenado a los tres exjugadores de fútbol de la Arandina a 38 años de cárcel por un delito de agresión sexual contra una menor de 16 años. La violación se remonta a noviembre de 2017 y se produjo en Aranda de Duero, Burgos. El tribunal considera probado que hubo intimidación ambiental "por el hecho de haber actuado los tres acusados sobre la víctima, en el piso de estos, con la luz apagada y por sorpresa, sin que la menor pudiera reaccionar, debido a la diferencia de edad y complexión física de los acusados". El Código Penal fija en 20 años el cumplimiento máximo de la pena de prisión, por lo que los jueces incluyen en su sentencia otros 10 de libertad vigilada.