El PP ve a Vox "lepenista" y a Sánchez "aliado con todos los enemigos de la Constitución"

El Partido Popular se considera ya representante único del centro político, y sin competencia por un lado y por otro. A Pedro Sánchez le ve aliado a todos los "enemigos de la Constitución" (por Podemos y ERC, Bildu y compañía) y a los de Vox evolucionar de "de trumpistas a lepenistas". Con ese mensaje se manejaron los principales dirigentes del PP en el acto de celebración del aniversario de la ley de leyes que se desarrolló en el Congreso.

Al margen de las declaraciones oficiales y los saludos protocolarios entre los representantes del PP, Vox y Ciudadanos, el conflicto y la competencia entre ellos que marcaron el arranque la legislatura estuvo presente en todos los corrillos y conversaciones de la recepción. Casado quiso al llegar que quedara claro que en ningún caso podrá abstenerse en la investidura de un presidente del Gobierno con Pablo Iglesias de segundo y apoyado por independentistas catalanes. "La responsabilidad es suya y nosotros somos absolutamente incompatibles con cualquier alternativa que él plantee que cuente con los que quieren acabar con nuestro sistema constitucional", recalcó.

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Después, en las conversaciones más informales, los dirigentes del PP entraron en disquisiciones sobre qué podrían hacer para evitar unas terceras elecciones en el caso de que Sánchez no convenciera al final a Oriol Junqueras para que le avale en su proyecto de seguir en el Palacio de La Moncloa. Fuentes del Partido Popular especulan con la posibilidad de proponer al PSOE una reforma urgente de la ley electoral con algún tipo de plus para la formación más votada. De esa forma, se garantizaría al menos terminar en un futuro inmediato con la repetición de comicios como única salida a las situaciones de bloqueo.

Pero de lo que más hablaban en el equipo de Pablo Casado era de las relaciones con los otros dos partidos del centro derecha representados en la Cámara. Era evidente la buena sintonía con Inés Arrimadas y los diputados de Cs supervivientes del desastre electoral del 10-N. En la formación naranja insisten en que la relación entre la portavoz parlamentaria (y próxima líder del partido) y Casado es "muy buena" y que la comunicación es fluida. Con respecto a Vox, los naranjas se mantienen distantes, aunque asumen que el empeño de los de Abascal pasará por tratar de anularles como ya hicieron en la Constitución de las Cortes.

El PP, en cambio, muestra recelos hacia algunos diputados de Vox, después del choque en la elección de la Mesa del Congreso que se saldó con un 6-3 a favor de la izquierda. Los populares reconocen que su jefe se lleva bien con Abascal pese a todo, pero que no pueden decir lo mismo con respecto a los portavoces parlamentarios, en especial uno con el que tienen dificultades de trato.

Sobre los primeros pasos que da Vox en la acción política, en las mismas fuentes coinciden en que la apuesta del nuevo partido por el mensaje de recelo o animadversión contra los inmigrantes ven un giro hacia el modelo de la extrema derecha francesa que encabeza ahora Marine Le Pen más allá del primer populismo nacionalista inspirado en los mensajes que dieron a Donald Trump la presidencia de los Estados Unidos.