Sánchez presiona a ERC ante su falta de prisas y desvía el foco hacia PP y Cs
El presidente evita mentar a los republicanos a horas de que el PSOE se siente con ellos, aunque sigue persiguiendo su abstención. Descarga también la presión de la investidura hacia la derecha
"La apuesta es la misma". No hay cambios de fondo, repiten en Ferraz. El presidente quiere armar su investidura, definitivamente sin fecha, con los votos de su partido, Unidas Podemos, una constelación de formaciones regionalistas y nacionalistas minoritarias y la abstención de ERC. Pero ante la falta de prisas de los republicanos, y para construir un relato más potente —y también por lo que pueda pasar—, Pedro Sánchez abre el escenario. De un lado, lanza un mensaje indirecto a la formación de Oriol Junqueras, al avisarle de que no aceptará condiciones inasumibles. De otro, desvía la presión hacia la derecha, a PP y Ciudadanos, traspasándoles la "responsabilidad" de ayudar a que España, tras dos elecciones consecutivas, tenga Gobierno "cuanto antes".
El presidente en funciones quiere cambiar el marco, desembarazarse en parte de la losa que pesa sobre el PSOE desde las elecciones del 10-N, a las que se lanzó seguro y de las que escapó maltrecho. Abrir el foco. Y se sirvió de su primera comparecencia con preguntas de los periodistas en 18 días, en el marco de la cumbre del clima (COP25) que ayer lunes inauguró en Madrid y que se prolongará hasta el 13 de diciembre. Sánchez desembocó en la investidura después de toda una jornada como anfitrión de una conferencia que Chile rehusó celebrar por el violento estallido social contra el Ejecutivo de Sebastián Piñera. Coleccionó fotos y fotos con los recién estrenados líderes de la nueva Unión Europea, con mandatarios internacionales, con la presidenta de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, Nancy Pelosi, con el secretario general de la ONU, António Guterres. El tipo de arena en la que al líder socialista le gusta desenvolverse, que refuerza su condición presidencial y que blinda su imagen a ojos del mundo. Pero tras ese apretado álbum y con la satisfacción por el buen desarrollo de un evento global, tuvo que bajar a tierra. A sus dificultades para lograr su reelección como jefe del Ejecutivo.
Y es que su investidura sigue en el aire tres semanas después del 10-N. Este martes, precisamente, se reanuda la negociación con ERC, muy pocas horas después de la constitución de las Cortes de la XIV Legislatura. Sánchez intervenía ante los medios de comunicación consciente de que los republicanos no se lo pondrán fácil ni se moverán con la celeridad que él quiere. "A nosotros el tiempo no nos preocupa, sino los contenidos", había señalado por la mañana el 'vicepresident' del Govern, Pere Aragonès, insistiendo en que en su formación prefieren "un buen acuerdo" a un acuerdo "rápido". Aún más: ERC quiere saber si el PSOE está "dispuesto a abrir esta etapa de negociación sincera y honesta con Cataluña para alcanzar una vía de resolución política a un conflicto que es esencialmente político", y no de competencias, precisó.
ERC reitera que lo importante no es un acuerdo "rápido", sino "bueno", y que espera que el PSOE se abra a discutir de soberanía, no de competencias
La prensa española, tras recordar a Sánchez que centraba sus preguntas en política nacional porque no había contestado ninguna en más de dos semanas, le inquirió por ERC. Por el contenido de su oferta, por la fecha que planifica para su investidura. El presidente no mencionó al partido de Junqueras en ninguna de sus respuestas. Deliberadamente. Recordó que tras el 10-N él entendió el mensaje y cumplió su compromiso de proponer una vía de desbloqueo en las 48 horas siguientes a las urnas, y por eso cerró un preacuerdo de coalición, inédito en España desde la II República, con una fuerza "semejante", Unidas Podemos.
"No quiero poner ninguna fecha"
Ahora, el "desbloqueo y la gobernabilidad" del país "no dependen solo del PSOE ni de UP", sino que "dependen de todos, de todas las fuerzas parlamentarias", incidió. "Si no hay alternativa a la propuesta de Gobierno" de coalición de socialistas y morados, entonces, coligió, es "responsabilidad" de todos los partidos con asiento en el Congreso facilitar que pueda haber un nuevo Ejecutivo en España, y "cuanto antes", para hacer frente a todos los desafíos domésticos y a urgencias como la lucha contra el cambio climático, bandera que desea que su Gabinete enarbole, en la UE y en todo el mundo.
"Nadie está pidiendo a ningún partido político que renuncie a ser alternativa del PSOE", subraya, señalando al PP y pidiéndole su abstención
¿Y cuándo es ese 'cuanto antes'? "No lo sé. No sé si debe ser el 12 o el 20 de diciembre o el 8 de enero. No le quiero poner ninguna fecha", respondió, reconociendo por tanto que la investidura, si llega, puede ir a comienzos de 2020.
Sánchez se afanó en descargar la presión sobre sus hombros. Y también sobre los de ERC, a la que no citó en ningún momento, pese a que la prensa española, en sus dos turnos de preguntas, le inquirían por ella. "Todos tenemos que aportar al desbloqueo y a la gobernabilidad de nuestro país. Nadie está pidiendo a ningún partido político que renuncie a ser alternativa del PSOE o del Gobierno del Partido Socialista. Al contrario, lo único que estamos proponiendo es que asuma cada uno de ellos su responsabilidad, que desbloqueen la situación política en nuestro país y permitan que haya un Gobierno en España pronto", replicó, para acabar asegurando que espera encontrar "generosidad" en los grupos cuando comience la ronda de contactos del Rey y reciba el encargo del jefe del Estado. El presidente estaba dirigiendo su tiro, aunque sin mentarlo, al PP. Esos avisos combinados a ERC, y también a populares y naranjas, se completaban con este otro: "Lo que no puede haber ni habrá son terceras elecciones".
Mensajes para todos pero no un cambio de estrategia. O no, al menos, por ahora. Fuentes de Ferraz insistían, a preguntas de este periódico, que la vía para alcanzar la investidura sigue siendo la misma, y por tanto el presidente no contempla pactar por la derecha, lo que supondría romper su alianza con Pablo Iglesias. Lo que sí estaba haciendo, añadían, era multiplicar la presión sobre los demás. A ERC, para indicarle que no la mira exclusivamente a ella, y a PP y Cs, para que ellos también se muevan. Esto es justo lo que le pedían algunos barones y cuadros del partido: que empujara a la derecha a mojarse, que naranjas y conservadores sintieran el agobio que los socialistas padecieron en 2016, que la opinión pública vea que si reclama la colaboración de los republicanos es porque ambas fuerzas no le dejan otra salida.
Cita a Arrimadas en la Moncloa
La mejor prueba de que no ha habido un viraje es que Sánchez no ha llamado aún a Pablo Casado, como este ha venido recalcando. Sí se mostró dispuesto este lunes, según informaron fuentes de la Moncloa, a despachar con Inés Arrimadas, que le había remitido una carta en la que le pedía una reunión a tres, con ella y con el jefe del PP. El líder socialista no tiene problema en verse con la probable futura responsable de Cs, "en los próximos días", cuando haya atendido sus compromisos internacionales, porque este martes viaja a Londres para acudir a la cumbre de la OTAN y está en marcha la COP25 en Madrid.
Sánchez, al ejercer presión sobre PP y Cs, sigue el consejo de algunos barones y cuadros del PSOE, que le pedían evidenciar que no tiene más salida
Desde Ferraz, explicaban que Sánchez sí recibe a Arrimadas, y no a Casado, porque ella se incorpora al escenario de jefes de fuerzas políticas. Además, él en toda su comparecencia hizo referencia a su pacto con Unidas Podemos, a esos 155 diputados que son insuficientes pero que sí cuentan con la complicidad de partidos minoritarios (PNV, Más País, PRC, BNG, Teruel Existe, Coalición Canaria), que quieren arrimar el hombro y facilitar la investidura. "Estamos muy cerca de los 176 escaños", llegó a afirmar, dando a entender que su camino, por el que ha apostado firmemente, es este, y no otro. Los 169 síes posibles y la abstención de ERC. Su plan A.
En la cúpula del PSOE tienen, además, la sensación de que la ayuda de ERC, aunque costosa, puede llegar. Este lunes, fuentes de la dirección indicaban que las palabras de Aragonès responden más a un intento de hacerse fuerte de cara a sus bases y vigilando su competencia con JxCAT. "Si realmente va en serio y pone por delante la negociación de un referéndum de autodeterminación, entonces es evidente que no habrá investidura porque no traspasaremos esa línea roja", reflexionaban desde Ferraz. Lo que puede ofrecer el presidente es un catálogo limitado de propuestas: inversiones para Cataluña, un nuevo modelo de financiación, rescatar aquello que el Tribunal Constitucional tumbó del Estatut en 2010, plantear una reforma de la carta autonómica. Y reconocer, como el PSOE ya ha hecho, que el problema catalán es un "conflicto político". En resumidas cuentas, la receta de siempre, "diálogo dentro de la ley". Si no obstante el camino con ERC se obstruye, entonces Sánchez podría abrir la vía con PP y Cs, pero ese viaje le supondría deshacer su entente con UP. En el cuartel general sí reconocen que alargar los tiempos entraña el riesgo de que la situación se pudra, que al final los de Junqueras sientan más la presión de JxCAT y no faciliten la reelección de Sánchez.
Un pacto verde
Para el presidente, su comparecencia ante los medios, acompañado del secretario general de la ONU, António Guterres, fue la última estación de un largo día repleto de fotos con líderes de la UE y mandatarios internacionales. Esta cumbre es para él una oportunidad, por el "liderazgo" que quiere demostrar en la lucha contra el cambio climático, por su "compromiso con el multilateralismo" y por la condición de España de país iberoamericano. "Chile necesitaba la ayuda de España. Madrid es Chile, porque España es América Latina", indicaban desde su entorno.
Sánchez quiere liderar la lucha por el clima y tirar de la UE: promete aumentar las reducciones, lanzar un 'green deal' y poner más fondos para la ONU
Tanto en su intervención de apertura ante el plenario como después en la rueda de prensa, Sánchez se comprometió a "ir más allá de lo que la Comisión Europea exige en cuanto a reducción de emisiones para 2030". "Vamos a reducir una de cada tres toneladas de las que se emiten en la actualidad, lo que va a suponer un 20% menos que en el año 1990". La segunda medida será el impulso de un 'green deal', un pacto verde, para que las personas "estén en el centro de las políticas de energía y clima", con el fin de que la transición energética sea "sobre todo justa" y no se deje a gente atrás. Y por último, España aumentará su contribución financiera al Fondo Verde y al Fondo conjunto de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, como muestra del compromiso "firme" con Naciones Unidas y con la agenda multilateral.
Sánchez apremió a la UE a liderar la lucha contra el clima, y deseó que esta COP25, aunque en realidad es una conferencia puente antes de la cumbre de Glasgow de 2020, se convierta en un "punto de inflexión", para evitar que la humanidad se halle en un "punto de no retorno" y se una contra un desafío común como es la mitigación y la adaptación al cambio climático. Guterres, por su parte, agradeció la organización "impecable" del evento en Madrid, en un tiempo récord, y la creación de un ambiente propicio para la adopción de acuerdos y para dar un impulso "muy fuerte" a la acción climática. En ese sentido, urgió a los países a que imiten el ejemplo español y aumenten los compromisos contraídos en París en 2015 (COP21), y aceleren así la reducción de gases contaminantes.
Sin apenas cambios en las Mesas de Congreso y Senado (salvo Llop)
Este lunes, la permanente de la ejecutiva federal del PSOE aprobó las propuestas para las Mesas de Congreso y Senado y para las direcciones de los grupos parlamentarios de ambas Cámaras. Apenas hay modificaciones respecto a la legislatura fallida. La más relevante, sin lugar a dudas, es el relevo, en la presidencia del Senado, de Manuel Cruz por la jueza especializada en violencia de género Pilar Llop, diputada en la Asamblea de Madrid.
🏛️ La permanente de la CEF ha ratificado la propuesta para los miembros del #PSOE en la:
🦁 Mesa del Congreso:@meritxell_batet @gomezdcelis
@Hernanzsofia
🏛️ Mesa del Senado:
Pilar Llop@CristinaNarbona
Francisco Manuel Fajardo pic.twitter.com/gFtwUHsWhz
Así, las propuestas para la Mesa del Congreso son la catalana Meritxell Batet para la presidencia, el andaluz Alfonso Rodríguez Gómez de Celis para una vicepresidencia, y la balear Sofía Hernanz para una secretaría. En el Senado, se postula a Pilar Llop para encabezar la Cámara, con la madrileña Cristina Narbona para una vicepresidencia y el canario Francisco Manuel Fajardo para una secretaría. En el Senado, el PSOE pierde un puesto, al quedarse sin la mayoría absoluta, y saldrán de la Mesa tanto el almeriense Fernando Martínez como la canaria Olivia Delgado.
🏛️ La permanente de la CEF ha ratificado la propuesta de dirección del grupo Parlamentario Socialista en el @Congreso_Es:@Adrilastra @SimancasRafael @BelenFCasero @felipe_sicilia @J_Zaragoza_ @susana_ros @guillermomeijon pic.twitter.com/QKMGpt33gr
Las direcciones de los dos grupos no cambian. En el Congreso, la portavoz vuelve a ser Adriana Lastra, con Rafael Simancas como secretario general, y Belén Fernández, Felipe Sicilia, José Zaragoza, Susana Ros y Guillermo Meijón como portavoces adjuntos.
🏛️ La permanente de la CEF ha ratificado la propuesta de dirección del grupo Parlamentario Socialista en el @Senadoesp:@Ander_Gil
Antonio Julián Rodríguez Esquerdo@JAragonAriza
María Fernández Álvarez @riansares92@merceberenguer pic.twitter.com/ShhqvKzTuA
En la Cámara Alta, continuará Ander Gil como portavoz y Tontxu Rodríguez como su secretario general. Como portavoces adjuntos, Francisco Javier Aragón, María Fernández, Riansares Serrano y Mercedes Berenguer. Salen Ramón Morales y María José Villalba y se incorpora María Fernández.
Las propuestas de la cúpula del PSOE serán este martes ratificadas, como es preceptivo, en la reunión de los grupos socialistas de Congreso y Senado. Pedro Sánchez tiene convocados a sus parlamentarios a las 8:30 en la Cámara Baja para dar el pistoletazo de salida a la XIV Legislatura.
"La apuesta es la misma". No hay cambios de fondo, repiten en Ferraz. El presidente quiere armar su investidura, definitivamente sin fecha, con los votos de su partido, Unidas Podemos, una constelación de formaciones regionalistas y nacionalistas minoritarias y la abstención de ERC. Pero ante la falta de prisas de los republicanos, y para construir un relato más potente —y también por lo que pueda pasar—, Pedro Sánchez abre el escenario. De un lado, lanza un mensaje indirecto a la formación de Oriol Junqueras, al avisarle de que no aceptará condiciones inasumibles. De otro, desvía la presión hacia la derecha, a PP y Ciudadanos, traspasándoles la "responsabilidad" de ayudar a que España, tras dos elecciones consecutivas, tenga Gobierno "cuanto antes".
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