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"Angela, ¿y si declaran a España bono basura?": Rajoy revive el fantasma del rescate
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LAS MEMORIAS DEL EXPRESIDENTE

"Angela, ¿y si declaran a España bono basura?": Rajoy revive el fantasma del rescate

Rajoy recuerda en sus memorias las presiones para que pidiera el rescate y defiende su independencia de los medios

Foto: El expresidente del Gobierno Mariano Rajoy conversa con Angela Merkel en un acumbre europea. (EFE)
El expresidente del Gobierno Mariano Rajoy conversa con Angela Merkel en un acumbre europea. (EFE)

Mariano Rajoy se reivindica. En su libro, 'Una España mejor', de Plaza y Janés, el expresidente defiende a los tecnócratas, su gestión durante la crisis, sus rectificaciones.. hasta su gestión en el Prestige y la Gürtel y sus lecturas del Marca. Aunque el libro no revela apenas conversaciones privadas, sí recuerda aquellos días en los que el fantasma del rescate sobrevolaba España y cómo avisó a Merkel: "Angela, ¿te imaginas cómo sería nuestra conversación en estos momentos si ayer nos hubieran declarado como basura?'".

-POLÍTICO SIN VOCACIÓN. Rajoy repasa sus casi 40 años de política y admite que, pese haberlo pensado en muchas ocasiones, nunca ha encontrado esa primera llama que le hizo entrar en política. "Yo no he sentido eso que se suele denominar una llamada vocacional". Quizá por eso defiende a los tecnócratas. "Nunca he compartido la carga peyorativa que se adjudica a los términos 'gestor' o 'tecnócrata'. [...] Los denostados tecnócratas, que tan grandes favores le han hecho a la historia de nuestro país, si por algo se caracterizan es por transformar las condiciones en realidades en la medida de lo posible".

placeholder Portada del libro de Mariano Rajoy.
Portada del libro de Mariano Rajoy.

-DESIGNACIÓN. Rajoy se libra de padrinos del pasado. Según su relato, no fue José María Aznar quien le designó candidato a la presidencia del Gobierno. "Fui candidato a la presidencia del Gobierno en 2004. Así lo decidió la Junta Directiva Nacional, como lo había hecho en su día con mi antecesor". La omisión tiene una importante lectura interna dada la distancia de los dos expresidentes.

Rajoy insiste en presentarse como un gestor. "El gobernante debe moverse por sus ideales, pero de igual manera ha de someterse al principio de realidad. Es una ley de hierro. Es la realidad la que te enseña a ser humilde, la que en tantas ocasiones te obliga a comerte tus propias palabras, la que te pone límites, la que obliga a actuar con prudencia y con responsabilidad". La subida de impuestos al llegar al poder "fue la primera de muchas veces que desde la presidencia del Gobierno viví en carne propia la contradicción weberiana entre mis principios y lo que me imponía una realidad bastante inmisericorde".

-LLEGADA A MONCLOA. Aunque afirma que el traspaso de poderes fue ejemplar, el Gobierno socialista saliente escamoteaba la cifra real del déficit público. Rajoy señala la buena relación que mantiene con Zapatero, al que define así: "No era malintencionado, pero sí creo que estaba muy equivocado: pensaba que podía resolver de forma casi mágica, con buena intención pero bastante ligereza, problemas de extraordinaria dificultad que arrastrábamos desde hacía décadas".

Cuando por fin el PP tomó el mando descubrió que el problema era mayor del previsto. "No resulta nada fácil describir la magnitud del desastre que nos encontramos". Rajoy usa para recordar la imagen de España en el exterior un reportaje sobre el hambre en España publicado en el 'New Yotk Times', "un periódico que, en lo que se refiere a España, tiende a desafinar bastante en sus informaciones. [...] Dejando aparte algunas exageraciones, lo cierto es que la desconfianza hacia nuestro país existía".

"No rescatar a la banca, esa 'boutade' que recetan los activistas de extrema izquierda, hubiera sido tan irresponsable como dejar de quebrar a una comunidad autónoma, algo por lo que clamaban algunos liberales 'enragés'. Cualquiera de las dos opciones hubiera acabado con los últimos restos de confianza en el país y desatado el pánico entre ahorradores e inversores".

-NO PEDIR EL RESCATE. Los primeros años de Rajoy en Moncloa estuvieron centrados en la economía, y especialmente en intentar evitar el rescate. "En mi fuero interno había decidido hacer lo posible y lo imposible por defender la soberanía económica de España". Felipe Calderón pidió por carta a Rajoy que pidiera un rescate antes de una cumbre del G-20 en México. En aquel día, cuando España recibió el rescate blando de 100.000 millones para la banca el Ibex se desplomó. "Ninguno de los que asistimos a aquél desayuno, que inmediatamente derivó en un insospechado gabinete de crisis, podremos olvidar el calor, la incertidumbre y la angustia de sentir cómo tu país parece desplomarse al otro lado del mundo sin poder hacer nada para evitarlo".

placeholder Rajoy (i), y Luis de Guindos (d), en la sede de la Cámara de Comercio de España. (EFE)
Rajoy (i), y Luis de Guindos (d), en la sede de la Cámara de Comercio de España. (EFE)

El libro no revela muchas conversaciones, pero sí un encuentro con Merkel en el que Rajoy le pidió que no hiciera caso al 'Financial Times', que había publicado que iba a pedir el rescate tras las elecciones gallegas. En aquel momento Moody's había estado a punto de calificar el bono español como basura. "Angela, ¿te imaginas cómo sería nuestra conversación en estos momentos si ayer nos hubieran declarado como basura?'. No dijo nada, pero por su expresión intuí que el argumento había hecho mella en su ánimo".

-NUEVOS PARTIDOS. "Toda mi vida me he declarado un firme defensor del bipartidismo". "Con el paso del tiempo, sin embargo, hemos llegado a descubrir algunos comportamientos no tan virtuosos en los nuevos partidos y de la nueva política. Me refiero, por ejemplo, al cesarismo, esa forma de dirigir los partidos como si fueran sectas con absoluto desprecio al diálogo y en el que a los discrepantes solo se les deja el camino del exilio o el menosprecio. También rechazo esa obsesión por la táctica, el relato y la imagen como únicos elementos de la actividad política convertida en pura teatralidad"

-LA MOCIÓN DE CENSURA: Al tratar su segundo mandato, después de llegar a rechazar el encargo del rey de intentar formar Gobierno, Rajoy señala que ya lo veía cuesta abajo. "Nuestros socios de Ciudadanos nos brindaban unos apoyos más bien cicateros. No manifestaron ningún interés en entrar en el Ejecutivo y nunca tuvimos la sensación de contar con un socio con el que afrontar de manera sólida las dificultades".

Rajoy defiende que con la corrupción intentó mantener la presunción de inocencia y no actuar como inquisidor. "Tantas veces salimos a defender a gente que no lo merecía, tantas decepciones personales se fueron acumulando a lo largo del tiempo, que cualquier compañero envuelto en un nuevo escándalo aparentemente había perdido el derecho a ser apoyado por la organización".

Fue la corrupción de la Gürtel la que desencadenó la moción de censura. "Yo veía que en aquellas primeras horas que la gente estaba muy tranquila: calculaban que iban a asistir a un debate parlamentario de alto voltaje pero, como tantos otros, sin consecuencias prácticas" porque una mayoría parlamentaria acababa de apoyar los presupuestos. "Desde el primer momento fui consciente de la gravedad de la situación". "En todo momento tuve muy clara la fragilidad de nuestra situación y que el destino político de aquel Gobierno estaba en manos de los nacionalistas vascos".

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Rajoy, sale del Congreso tras la segunda jornada de la moción de censura. (EFE)

El día de la moción, cuando mucha gente de PP descubrió que iba en serio, Rajoy ya había descartado la dimisión, "una añagaza que no conducía a nada". Los análisis jurídicos que había pedido rechazaban que eso fuese a evitar la llegada al poder de Sánchez. "El líder socialista iba a ser presidente porque tenía los votos necesarios para conseguirlo y nosotros no podíamos hacer nada para impedirlo".

-EL PRESTIGE. Rajoy repasa, aunque sin mucho detalle, su dilatada carrera política antes de la presidencia. Recuerda la crisis del Prestige cuando quedó inmortizalido por decir que del barco salían unos hilillos de plastilina. "Tengo para mi modesta (y admito que poco objetiva opinión) que aquella expresión tuvo tanto éxito entre mis críticos porque en lo fundamental, esto es, en la gestión de la crisis y las ayudas a los afectados, no hubo ni un solo motivo para la censura". Lo compara con la crisis de las vacas locas y cómo entonces se apoyó en el veterinario Juan José Badiola. "Recuerdo haber llamado por teléfono a Badiola y decirle: 'Juanjo, ¡qué pena que tú no sepas de hidrocarburos!".

-RELACIÓN CON LA PRENSA. Rajoy, el presidente del plasma, defiende su independencia respecto a los medios de comunicación. "No he mangoneado ni he compadreado, porque la experiencia me ha enseñado que, a la larga, ambas conductas resultan inútiles".

"Nunca he tenido problemas con los medios de comunicación, pero he sido plenamente consciente, en ese asunto y en algunos otros, de que sus prioridades y sus tiempos eran completamente distintos a los míos. Ellos se rigen por el principio de inmediatez y por la servidumbre del titular: exigen respuestas instantáneas a fenómenos que no las tienen o que, sencillamente, se desconocen. Por el contrario, la gestión de los asuntos públicos exige, a mi juicio, bastante reflexión y, las más de las veces, prudencia. Esa es la auténtica tensión entre la política y el periodismo. No es que los políticos queramos ocultar una realidad. A veces se trata sencillamente de que carecemos de respuestas o, si las tenemos, no es prudente darlas a conocer".

Admite que el diario Marca es de sus medios más leídos. "Me gustan todos los deportes, como me gusta leer el Marca, por más que este hecho parezca irritar extraordinariamente a algunas personas, que deben de ser muy restrictivas en sus lecturas".

Pese a todo, Rajoy resume que mereció la pena: "Me han calumniado, sí. Mucho y muy dolorosamente porque es muy difícil defenderse de acusaciones falsas. ¿Me han perseguido? También. Hubo quien se recorrió unos cuantos registros de la propiedad para ver si me encontraba patrimonio oculto. [...] Entré en política teniendo profesión y volví a ella cuando abandoné la política. Por el camino he dejado una vida más cómoda, pero me ha compensado con creces".

Mariano Rajoy se reivindica. En su libro, 'Una España mejor', de Plaza y Janés, el expresidente defiende a los tecnócratas, su gestión durante la crisis, sus rectificaciones.. hasta su gestión en el Prestige y la Gürtel y sus lecturas del Marca. Aunque el libro no revela apenas conversaciones privadas, sí recuerda aquellos días en los que el fantasma del rescate sobrevolaba España y cómo avisó a Merkel: "Angela, ¿te imaginas cómo sería nuestra conversación en estos momentos si ayer nos hubieran declarado como basura?'".

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