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'Operación enchufar a Maite': Artur Mas, Xavier Trías y las miserias de JxCAT
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TRÁFICO DE INFLUENCIAS PARA COMPRAR SILENCIO

'Operación enchufar a Maite': Artur Mas, Xavier Trías y las miserias de JxCAT

La Guardia Civil ha descubierto todo el partido se movilizó para colocar en un organismo público a una antigua edil del Ayuntamiento de Barcelona que podía tener información comprometedora

Foto:  Xavier Trias, Maite Fandos y Artur Mas en un montaje de El Confidencial.
Xavier Trias, Maite Fandos y Artur Mas en un montaje de El Confidencial.

El sumario de la última gran trama corrupta desarticulada en Cataluña es un viaje por el lado más tenebroso y chusco del PDeCAT y su marca política, JxCAT. La Guardia Civil ha descubierto que altos cargos del partido de Artur Mas y Carles Puigdemont se movilizaron entre los pasados meses de mayo y septiembre para colocar en un organismo controlado por la formación a una antigua concejala de Deportes del Ayuntamiento de Barcelona. Según medio centenar de conversaciones intervenidas, los dirigentes del PDeCAT querían asegurarse de que la exedil, Maite Fandos, no se “desbocara” y soltara información que “no toca”.

El instructor de la causa, el titular del Juzgado de Instrucción número 1 de Barcelona, Joaquín Aguirre, imputa por estos hechos un delito de tráfico de influencias a la propia Fandos y al presunto cerebro de esta operación de enchufismo, el hasta ahora secretario general de Deportes de la Generalitat, Gerard Figueras, aunque las escuchas salpican a otros muchos altos cargos de la antigua Convergencia Democrática de Cataluya (CDC).

La primera pista sobre esta red saltó el pasado 27 de mayo. Agentes de la Policía Judicial de la Guardia Civil de la demarcación de Cataluña escucharon una conversación de Figueras con el actual presidente de Ferrocarriles de la Generalitat, Ricard Font, sobre la situación laboral de Fandos. Esta se había quedado sin su acta de concejal de la oposición en el Ayuntamiento de la Ciudad Condal tras las municipales y reclamaba a su partido que le concediera un puesto en otro organismo público. Figueras contó a Font, también del PdeCAT, que había pensado en aprovechar su poder en el área de Deportes para crear una plaza y contratarla en el Centro de Alto Rendimiento de Sant Cugat.

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Font añadió que también existía la posibilidad de meterla en su empresa pública, responsable de las infraestructuras de los trenes de cercanías de la comunidad. “Yo… por mí… ningún problema… ningún problema… me… mientras… se mantengaaaaa… controlada… que no se… que no se nos desboque… que empiece a explicar los que no toca… pues ya ésta”, aseguró Font, según recoge el sumario del caso, al que ha tenido acceso El Confidencial.

A partir de ese momento, las gestiones de Figueras para encontrar acomodo en un organismo controlado por el PDeCAT se aceleraron. Las intervenciones telefónicas desvelan hasta qué punto era prioritario para el partido garantizarle un salario a Fandos y las estrecheces que estaba sufriendo la antigua todopoderosa formación fundada por Jordi Pujol para colocar a todos sus cuadros por su progresiva pérdida de poder institucional.

Ni la opción del CAR ni la de Ferrocarriles salieron adelante por problemas legales, así que Figueras contactó con la secretaria general del Departamento de Presidencia, Meritxell Masó, para averiguar si había alguna opción de hacer hueco a Fandos en una plaza de personal de confianza. Según Figueras, Fandos estaba muy enfadada porque no entendía que la consejera, Meritxell Budó, no le hubiera reservado un puesto. “Madre de Dios… está histérica”, dijo el secretario general de Deportes. “Lo estamos intentando todo… sí… sí… es que eso… ya lo hemos mirado todo… las alternativas...”, expuso Masó. Pero Figueras insistió: “¿Y no hay ninguna plaza de confianza en ningún otro departamento?”. La secretaria general de Presidencia respondió que era imposible y que, de hecho, ya habían tenido muchos problemas para reubicar a Joana Ortega, exconsejera de Gobernación.

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Con todo, Masó prometió que seguiría haciendo gestiones para encontrar una vacante en algún sitio, aunque advirtió de que, para cualquier solución, necesitaría el visto bueno de los exconsejeros condenados por el 1-O Jordi Turull y Joaquim Forn y el de la también exconsejera de Presidencia y actual concejala del Ayuntamiento de Barcelona Elsa Artadi, otra prueba de la inexplicable trascendencia que tenía para JxCAT la búsqueda de un cargo para alguien como Fandos.

El 30 de mayo de 2019, Figueras telefoneó directamente a Artadi para exponerle la situación. El secretario de Deportes contó que Fandos se había hecho la idea de que la “nombarían cargo de confianza” en Presidencia con un sueldo de 2.000 euros mensuales y que estaba muy cabreada porque Budó había olvidado de ese “compromiso”. “Está histérica perdida”, afirmó Figueras. Artadi le respondió que, en esos momentos, el partido tenía casi imposible asegurar sueldos de 2.000 euros mensuales y que aún peor que Fandos estaban todos los candidatos de la lista de JxCAT al consistorio de la Ciudad Condal que se habían quedado sin acta por los pésimos resultados del partido en las municipales.

En el periodo bajo investigación, Figueras habló en numerosas ocasiones con la interesada. En efecto, estaba molesta con el partido porque la habían dejado tirada. Figueras sugirió que quizá lo mejor era darle una plaza en la Fundación Catalana para el Deporte, que dependía de él. Pero la exedil se negó porque era una entidad privada y podía perder la plaza de funcionaria que tenía en la Generalitat. Fandos necesitaba que su salario lo pagara un organismo público para que le concedieran una excedencia. Es decir, que todavía se ponía más difícil mantener callada a la antigua concejala de Deportes de la corporación de Xavier Trias (2011-2015).

Figueras llamó al propio Trias para informarle de los problemas que estaba teniendo con su discípula. El exalcalde se le adelantó contándole que ella misma le había llamado para quejarse. Trias propuso una salida inquietante que bordea lo delictivo. El exalcalde argumentó con naturalidad que lo mejor era “inventar alguna fórmula de darles dinero a la Fundación... y que... y la Fundación que... que le pague...”, según el sumario.

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Figueras le explicó que ese escenario no era viable porque la exedil necesitaba que la fichara un organismo público, pero el histórico dirigente de CDC, consejero de Presidencia de Jordi Pujol, se mostró convencido de que sería fácil declarar la Fundación Catalana para el Deporte de “interés general”. “Hemos de procurar que ella no se ponga más nerviosa de la cuenta... y nos ponga más nerviosos... que todos nosotros... de la cuenta...”, alertó Trías, antes de admitir que el partido estaba pasando por un momento crítico. “No es fácil... porque... además ahora nos encontraremos con mucha gente descolocada... y que no tendremos manera de encontrar el sillón... ¿eh?... porque... todo esto... lo que pasa, por ejemplo, con la Maite... eso pasa en medio deeee... de todos... de tíos... que la mayoría cesarán en su lugar de trabajo...”.

La salida de la Fundación no prosperó, pero Figueras siguió tirando de contactos. El 3 de julio, la Guardia Civil cazó una conversación de Figueras con Artur Mas para abordar exclusivamente la colocación de la exedil. Esta también había ido a ver al expresidente de la Generalitat para le echara una mano. El secretario general de Deportes aseguró que estaba haciendo todo lo que podía pero ambos decidieron que era mejor dejar de hablar de este asunto por teléfono. “Bueno... ya lo comentaremos... ¿eh?”, zanjó Mas.

El delito de tráfico de influencias acabó perfeccionándose en septiembre. Figueras logró por fin enchufar a Fandos en un organismo controlado por JxCAT, la Diputación de Barcelona, donde gobierna en coalición con el PSC. La exedil ocuparía un cargo de asesora en el departamento de Innovación de la entidad. El nombramiento apareció publicado el 13 de septiembre en el Boletín Oficial de la Provincia de Barcelona.

Llamadas posteriores revelan que Figueras culminó esa misión casi imposible con la ayuda de Neus Munté, exvicepresidente de la Generalitat

Llamadas posteriores revelan que Figueras culminó esa misión casi imposible con la ayuda de Neus Munté, exvicepresidente de la Generalitat y, en la actualidad, concejala en el Ayuntamiento de la Ciudad Condal e integrante de la Junta de Gobierno de la Diputación. Munté confesó a Figueras el 20 de septiembre que le había resultado muy difícil hallar una vacante para Fandos. Hasta el actual presidente del PDeCAT, David Bonvehí, había tenido que mojarse para hacerle sitio, según Munté. Incomprensiblemente, toda la dirección del partido intervino para buscarle un sueldo público a una dirigente que tenía cómo principal hito de su trayectoria política el haber liderado una concejalía en Barcelona.

Ni siquiera así quedó contenta la exconcejala. En otra llamada intervenida en septiembre se escuchó a Fandos quejarse a Figueras de que la hubieran metido en Innovación y no en Deportes, su lugar preferido. También le recriminó que se le hubieran asignado un nivel salarial de unos 70.000 euros al año, menos de lo que se merecía, a su juicio. La mezquindad de este episodio parecía que no iba a terminar nunca, pero la Guardia Civil le puso punto y final el 12 de noviembre, cuando detuvo a Figueras y Fandos por tráfico de influencias y registró sus domicilios en busca de pruebas relacionadas con el caso. Los dos se suman al medio centenar de investigados que ya hay en esta macrocausa, que desde mayo de 2018 investiga presuntas prácticas corruptas generalizadas en la Diputación de Barcelona y otras esferas de poder controladas por el PDeCAT y JxCAT.

El sumario de la última gran trama corrupta desarticulada en Cataluña es un viaje por el lado más tenebroso y chusco del PDeCAT y su marca política, JxCAT. La Guardia Civil ha descubierto que altos cargos del partido de Artur Mas y Carles Puigdemont se movilizaron entre los pasados meses de mayo y septiembre para colocar en un organismo controlado por la formación a una antigua concejala de Deportes del Ayuntamiento de Barcelona. Según medio centenar de conversaciones intervenidas, los dirigentes del PDeCAT querían asegurarse de que la exedil, Maite Fandos, no se “desbocara” y soltara información que “no toca”.

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