Condenado a dos años de cárcel por abusar de una niña de 7 años amiga de su hija

La Audiencia Provincial de Murcia ha condenado a dos años de prisión a un hombre que abusó de una niña de 7 años que era amiga de su propia hija. Los hechos sucedieron en la localidad murciana de Totana en el año 2005, pero no se denunciaron hasta diez años después, dado que la niña no se lo contó a nadie.

La sentencia considera probado que el condenado, que ahora tiene 57 años, aprovechaba que la niña se quedaba en su casa algunas noches para abusar sexualmente de ella. Tal y como recoge La Opinión de Murcia, en alguna ocasión se sentó en su cama y le dijo que “se callara y se quedara quieta mientras que le tocaba la cabeza, el pelo, el pecho, la barriga y le acariciaba los genitales por encima de la ropa”.

No solo eso: también aprovechaba la relación de amistad y confianza con la familia para abusar de ella: alguna vez que la llevó en su coche la condujo hasta un lugar apartado, donde “cogió la mano de la víctima y se la acercó a su pene para acariciárselo, hasta que la niña retiró la mano”. Después la convenció para que “se sentara encima para enseñarle a conducir y empezó a tocar las partes íntimas de la niña”.

No entrará en prisión

La niña, que hoy tiene 21 años, nunca quiso que esos hechos se conocieran, por lo que nunca se los contó a sus padres. Sin embargo, se confesó con su hermana diez años después de los hechos y la suerte quiso que su madre la escuchara, por lo que decidió presentar la denuncia en el año 2015.

La niña, que sufre secuelas psicológicas, nunca quiso que se conocieran los hechos, pero se los confesó a su hermana diez años después

La sentencia es firme, dado que ninguna de las partes ha recurrido, pero el hombre no ha entrado en prisión y es posible que no lo haga: la condena a dos años le permite que se le pueda conmutar por una multa y no ingresar en la cárcel si no reincide. Sin embargo, sí tendrá que pagar 15.000 euros de indemnización a la víctima y tiene prohibido acercarse a ella.

En su defensa, el hombre reconoce que la niña durmió en su casa y que la llevó en su coche, pero asegura que nunca la hizo nada. La joven, por su parte, declaró que no recuerda muchas cosas de lo sucedido entonces, por lo que es posible que aquellos hechos sucedieran muchas veces. Sufre secuelas psicológicas desde entonces por lo ocurrido.