"Pagaba en dietas hasta a los futbolistas de Las Palmas" para evitar impuestos
La mano derecha de Miguel Ángel Ramírez, presidente de la entidad, tira de la manta. Aquejado de una grave enfermedad, confiesa cómo funcionaba el "tinglado" de su patrón
El que ha sido número dos del empresario canario Miguel Ángel Ramírez, Héctor de Armas, habló por fin a corazón abierto el pasado viernes ante el Juzgado número 8 de Las Palmas, que le mantiene imputado a él y a su jefe por defraudación tributaria y delito contra la Seguridad Social. De Armas compareció, según él mismo confesó, para contar todo lo que ha visto como escudero de Ramírez durante la última década. Aseguró que lo hace ahora porque su salud es “precaria” -tiene una enfermedad grave y avanzada- y quiere “quedarse en paz”. Le gustaría, aseguró en concreto ante el juez, dejarle a sus hijos un legado de “dignidad”.
El declarante afirmó con rotundidad que era una práctica extendida en el conglomerado empresarial la de pagar a los trabajadores horas extraordinarias y sobresueldos en forma de dietas con el fin de no declarar la cantidad desembolsada a la Agencia Tributaria. Esta praxis, en un grupo conformado por más de 5.000 empleados, al final arrojaba unas sumas nada desdeñables, según explicó De Armas, que empezó a trabajar para Ramírez en 2010 como “falso autónomo” con un sueldo de 4.000 euros mensuales, aunque pronto pasó a figurar como administrador.
El modo de funcionar narrado estaba tan normalizado en las mercantiles propiedad de Ramírez (más de una decena), detalló De Armas, que el empresario lo aplicaba hasta en la Unión Deportiva Las Palmas, entidad deportiva que preside desde que en julio de 2005 la rescató de la intervención judicial. “Los futbolistas de la Unión Deportiva cobraban igualmente con el concepto de dietas lo que no era”, afirmó De Armas, que desde junio de 2018 es propietario del 100% de las acciones de Seguridad Integral Canaria, la principal empresa de seguridad del grupo Ralons, el que aglutina la mayoría de sociedades de Ramírez.
La mano derecha del conocido como 'rey de la seguridad canaria' admitió durante su declaración judicial que “había un pacto” entre los trabajadores y la dirección del grupo para mantener en secreto todo este "tinglado". Ambas partes sabían que los empleados cobraban dietas cuando en realidad se trataba de horas extraordinarias y, sin embargo, ambos lo aceptaban. "Todos contentos, porque ni la empresa ni los trabajadores las declaraban", valoró De Armas durante su declaración como investigado. Sin embargo, la cosa -continuó el administrador- "fue degenerando". "Hubo algún trabajador que llegó a cobrar más horas de las que tiene el mes", sentenció el directivo, que relató que la trampa no solo servía para los subordinados, que el propio convenio "establecía el abono a los trabajadores por debajo de lo establecido".
"Los futbolistas de la Unión Deportiva cobraban en dietas cuando no lo eran", explicó De Armas
"También pasaba en el equipo directivo", aseguró. Los máximos responsables de las mercantiles "cobraban dietas exageradas" que en realidad eran "sobresueldos" que, de este modo, no figuraban sujetos al IRPF ni a la cotización de la Seguridad Social, explicó el número dos de Ramírez, que confesó que durante mucho tiempo su trabajo consistió en "blanquear" la imagen de su 'patrón' y gestionar el cobro de las cantidades que sociedades externas debían al grupo. De Armas, que durante su declaración judicial contestó incluso a las preguntar de la acusación ejercida por la FSTP-USO, sin embargo, se desmarcó completamente de cualquier decisión estratégica que afectara a las mercantiles de Ralons.
Según el declarante, estas las tomaba siempre el propio Ramírez, que se reunía en una finca de La Milagrosa con toda su familia para "impartir las directrices" relativas a la gestión del grupo. De Armas afirmó que él nunca participó en estos encuentros de familia a los que sí acudían el padre, los hermanos y los primos de Ramírez, que conformaban el núcleo duro de las diferentes mercantiles que conformaban el conglomerado. No en vano, todos estos tenían algún puesto directivo en las distintas compañías, como describió el propio imputado el pasado viernes, que puso el ejemplo de Daniel Ramírez, primo del presidente de la Unión Deportiva Las Palmas, que era jefe del departamento de nóminas. "Miguel Ángel le decía que este mes se equivocara en 50 y... multiplicando por muchísimas personas era una gran cantidad", relató el administrador, que dejó meridianamente claro en varias ocasiones durante su declaración que "Miguel Ángel tomaba las decisiones sin ninguna duda".
De Armas relató asimismo que Ramírez controlaba todas las empresas, que algunas de ellas tenían "servicios simulados", no reales, y que el máximo dirigente de todas las compañías hacía extraños movimientos, como despedir a unos directivos, pagarles la indemnización y luego volver a contratarles en otra mercantil del grupo. "Incluso les mantenía la antigüedad que estos tenían en Seguridad Integral Canaria", que era la sociedad que originalmente les tenía contratados, según el que ha sido número dos de Ramírez durante casi una década.
El que ha sido número dos del empresario canario Miguel Ángel Ramírez, Héctor de Armas, habló por fin a corazón abierto el pasado viernes ante el Juzgado número 8 de Las Palmas, que le mantiene imputado a él y a su jefe por defraudación tributaria y delito contra la Seguridad Social. De Armas compareció, según él mismo confesó, para contar todo lo que ha visto como escudero de Ramírez durante la última década. Aseguró que lo hace ahora porque su salud es “precaria” -tiene una enfermedad grave y avanzada- y quiere “quedarse en paz”. Le gustaría, aseguró en concreto ante el juez, dejarle a sus hijos un legado de “dignidad”.
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