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Sánchez aparca su promesa electoral de recuperar el delito de referéndums ilegales
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COMPARECENCIA CONJUNTA CON CHARLES MICHEL

Sánchez aparca su promesa electoral de recuperar el delito de referéndums ilegales

El presidente subraya que el nuevo Gobierno está a favor de superar la "crisis política" en Cataluña siempre dentro de la ley. Pregunta a ERC qué alternativa tiene al Gobierno de coalición PSOE-UP

Foto: Pedro Sánchez recibe al presidente electo del Consejo Europeo, el belga Charles Michel, este 14 de noviembre en la Moncloa. (EFE)
Pedro Sánchez recibe al presidente electo del Consejo Europeo, el belga Charles Michel, este 14 de noviembre en la Moncloa. (EFE)

El presidente del Gobierno en funciones empieza a girar en su discurso respecto a Cataluña tras su preacuerdo con Unidas Podemos. Mantiene su principio de que el Gobierno mantiene su oferta de diálogo dentro de la Constitución y de la ley. Pero ya no reitera su promesa electoral de recuperar el delito de convocatoria de referéndums ilegales y no incorpora la expresión "crisis de convivencia" en Cataluña, la que ha utilizado innumerables ocasiones en todos los meses anteriores. La redefine como una "crisis política" que requiere de una solución "política", siempre, eso sí, dentro de los márgenes de la legalidad. Es la respuesta que da a ERC, de quien necesita su abstención (o, alternativamente, el muy improbable sí de Ciudadanos) para salir investido.

La de este jueves era la primera comparecencia de Pedro Sánchez tras la firma del pacto relámpago con Pablo Iglesias. La hizo desde la Moncloa tras la reunión con el presidente electo del Consejo Europeo, el belga Charles Michel. La rueda de prensa tasada de ambos se producía pasadas las dos de la tarde, después de que hubiera concluido el encuentro entre la portavoz socialista, Adriana Lastra, con su homólogo de ERC, Gabriel Rufián, tras el que los republicanos aseguraron en un comunicado [aquí en PDF] que mantenían el no a la investidura de Sánchez porque no había indicios de que el PSOE haya abandonado la "vía represiva". Eso sí, habrá más contactos.

Sánchez, preguntado por los periodistas, se dirigió directamente a ERC. Le advirtió de que el PSOE y Unidas Podemos son las "dos únicas organizaciones a nivel nacional que apuestan por el diálogo dentro de la Constitución para resolver la crisis política en Cataluña. Las dos únicas". "Somos las dos únicas fuerzas que aspiramos a superar esta crisis política con el diálogo, naturalmente dentro de la Constitución y del Estatuto de autonomía de Cataluña. Por tanto, aquellos que se oponen a un Gobierno progresista formado por el PSOE y Unidas Podemos, que es por cierto es el único posible, porque así lo han querido los españoles, tendrán que explicar qué solución proponen, qué alternativa proponen, qué Gobierno quieren. Desde luego, nosotros siempre vamos a defender el diálogo dentro de la legalidad y vamos manifestar siempre nuestra voluntad, y así queda reflejado en el preacuerdo, de superar esta crisis política mediante el diálogo dentro de la Constitución".

Sánchez dice a ERC que PSOE y UP "son las dos únicas organizaciones nacionales que apuestan por el diálogo dentro de la Constitución" en Cataluña


La elección de las palabras no es baladí, ya que el secesionismo rechaza hablar de "crisis de convivencia", como hasta ahora hacía Sánchez, y prefiere que se defina como una "crisis política" que requiere de una solución "política". ERC exige una mesa de negociación "entre iguales", entre partidos de ámbito nacional, incluido un relator, figura que el PSOE llegó a aceptar (no sin tensiones internas), justo antes de la ruptura con el Govern por los Presupuestos del Estado. A Sánchez se le preguntó si estaba dispuesto a aceptar esa mesa de partidos fuera del Parlament. Él dio señales de que no es su prioridad —mantiene que primero el diálogo ha de conducirse dentro de Cataluña—, pero tampoco la rechazó de plano.

Foto: Adriana Lastra y Gabriel Rufián antes de una de las reuniones negociadoras para la investidura del pasado mes de julio. (EFE)

Vuelta a la retórica de Pedralbes

En concreto, insistió en que el Gobierno "siempre va a ofrecer diálogo dentro de la Constitución y de la legalidad democrática". Recordó que el propio texto del preacuerdo firmado con Unidas Podemos se remarca que "se fomentará el diálogo en Cataluña, buscando fórmulas de entendimiento y encuentro" en los márgenes de la ley. Sánchez apuntó que hay una mesa en el Parlament de Catalunya que "tiene que ser activada por los líderes independentistas, que tienen que hablar con la parte no independentista de Cataluña, que por cierto no fue la mayoritaria en estas últimas elecciones generales" del 10-N. "A partir de ahí, el Gobierno de España siempre, siempre, siempre estará a favor de encontrar una solución política a esta crisis territorial que desgraciadamente vivimos hace ya unos cuantos años". Crisis que, como ha asegurado en diversas ocasiones, no se resolverá ni en uno ni en dos meses, sino que requerirá "responsabilidad, generosidad, sentido de Estado por parte de todos". "Y a eso es a lo que apelo", concluyó, antes de volver a preguntar a ERC qué alternativa ofrece a un Ejecutivo de coalición de PSOE y UP.

El presidente no contempla una mesa de partidos entre iguales de negociación. Pide que se active el foro de diálogo primero en el Parlament

El cambio operado por el presidente es, por el momento, retórico. Rebaja el tono de firmeza hacia los soberanistas y vuelve en cierta medida al lenguaje de la declaración de Pedralbes de hace casi un año. Entonces, el Ejecutivo socialista y el Govern convinieron la existencia de "un conflicto sobre el futuro de Cataluña" y la necesidad de apostar por un "diálogo efectivo que vehicule una propuesta política" que cuente con un amplio apoyo en la sociedad catalana. Por ello, las dos partes se comprometían a "potenciar los espacios de diálogo" para avanzar hacia una solución "en el marco de la seguridad jurídica". Entonces no se citaba la Constitución, aspecto que fue muy criticado. Ahora sí. Lo dijo Sánchez en su comparecencia de este jueves y también figura en el documento firmado con Iglesias el martes.

Sánchez recuerda a ERC que PSOE y Podemos son los únicos que quieren diálogo

A raíz de aquella declaración, la vicepresidenta, Carmen Calvo, negoció con el Govern la activación de una mesa de partidos en la que podían sentarse representantes catalanes y estatales, y a cuyo frente se situaría una persona que facilitase la "coordinación de los trabajos", las convocatorias y la fijación del orden del día. O sea, un "relator". Sánchez no ha vuelto a esa fórmula —que no tuvo mayor recorrido porque sobrevino la disolución anticipada de las Cortes y el anticipo electoral del 28 de abril—, como le requiere ERC, aunque tampoco la rechazó de plano este jueves.

Durante el debate electoral a cinco del 4 de noviembre, Sánchez, en su búsqueda del centro, prometió que su Ejecutivo recuperaría el delito de convocatoria ilegal de referéndums, que José María Aznar introdujo en 2003 y que José Luis Rodríguez Zapatero derogó en 2005. Los periodistas preguntaron al presidente si mantenía ese compromiso. Él respondió que aún estamos en los "primeros días" transcurridos tras las generales del 10-N, cuando se acaba de firmar un acuerdo "histórico" para la gobernabilidad del país y que permite salir del bloqueo.

Foto: Pedro Sánchez, iz., y Pablo Iglesias,d., se abrazan tras la firma del preacuerdo. (EFE)

Acuerdo "ilusionante" entre las izquierdas

Aseguró que en el programa de gobierno y en el discurso de investidura que está elaborando con sus socios de UP, tendrán que llegar ambas formaciones a acuerdos sobre "propuestas en múltiples ámbitos: desde el punto de vista social, de la transición ecológica, crecimiento económico, creación de empleo, dignidad salarial, y también lógicamente de la cohesión territorial y de la crisis territorial". "Pero vamos paso a paso", dijo, pidiendo paciencia. Entendió que, por ahora, había cumplido su compromiso de ofrecer, 48 horas después de las elecciones, una propuesta de desbloqueo. Ahora el reto es sumar apoyos suficientes y construir ese programa conjunto a fin de que haya un nuevo Ejecutivo "en diciembre". No había en sus palabras, por tanto, reivindicación de aquella promesa electoral formulada hace menos de dos semanas.

El líder socialista sostiene que el acuerdo con UP le garantiza "cohesión, solidaridad y lealtad en la acción de gobierno", y así justifica el volantazo

Para Sánchez, era esta comparecencia la primera ocasión para explicar su velocísimo giro de 180 grados en apenas 24 horas. De abjurar de un Gobierno de coalición con Pablo Iglesias dentro a aceptarlo con naturalidad. El presidente reiteró que se trata de un acuerdo "ilusionante", porque abre "una etapa de esperanza y entendimiento entre la izquierda". Es un pacto "novedoso", porque es la primera coalición que cuaja en estos 40 años de democracia. Será, de hecho, el primer Gabinete bicolor desde la II República. Una alianza, además, entre dos fuerzas "progresistas". "Esto también tiene un plus más de dificultad o de novedad respecto a lo que ha ocurrido en otros países con más tradición de gobiernos de coalición", subrayó, refiriéndose a que en otros ejecutivos no monocolores los socios no pertenecen al mismo espectro político.

Foto: Pedro Sánchez y Pablo Iglesias se abrazan tras firmar el preacuerdo para el Gobierno de coalición, este 12 de noviembre. (EFE)

El líder socialista remarcó que el preacuerdo incorpora "garantías" que eran "fundamentales" para las dos formaciones firmantes. Para UP, porque le permite entrar en el Ejecutivo, como exigía. Y para el PSOE, porque le asegura un "Gobierno cohesionado y solidario en cuanto a las responsabilidades". "Eso está recogido" en el texto. Se garantiza así la "cohesión, solidaridad y lealtad en los elementos sustantivos, esenciales, de toda acción de gobierno". "Por tanto, creo que desde ese punto de vista se justifica". Hay otra razón poderosa: que España ha vivido tres procesos electorales en 2019 (dos generales, las del 28-A y las del 10-N, y unas autonómicas, municipales y europeas, el 26 de mayo), cuatro legislativas en cuatro años, y tanto el PSOE como UP tenían la "ambición" de "superar este escenario de bloqueo" y "ofrecer una salida para resolver la crisis de gobernabilidad que vive España". Lo que no dijo es que ambas formaciones se han dejado votos y escaños en la repetición electoral y ahora, incentivadas además por el auge de Vox, estaban condenadas a entenderse.

Michel elude opinar sobre la euroorden: "No soy el primer ministro belga"

El presidente insistió en que se comprometió a buscar esa salida 48 horas después de las urnas, y a actuar con "responsabilidad y generosidad", cosa que también demanda al resto de formaciones políticas, "sin excepción", salvo los que "se han autoexcluido desde el primer minuto", añadió, en referencia a "la ultraderecha" de Vox. A todas las fuerzas les pide que "dejen paso al único Gobierno posible que se puede formar en nuestro país". Con esa sentencia, Sánchez estaba también aludiendo a Ciudadanos, cuyo apoyo sería necesario para resultar investido, en caso de que ERC persista en el no.

Michel elude opinar sobre la euroorden contra Puigdemont

La reunión en la Moncloa entre Pedro Sánchez y el presidente electo del Consejo Europeo, Charles Michel, duró aproximamente una hora y en ella ambos líderes abordaron cuestiones como el Presupuesto europeo para el periodo 2021-2027, la crisis migratoria o el Brexit. Ambos dirigentes coincidieron en que la lucha contra la emergencia climática ha de ganar peso en la Unión Europea. 

Los periodistas preguntaron a Michel si considera que el mecanismo de la euroorden está funcionando, pues Carles Puigdemont sigue prófugo de la Justicia española. El 'expremier' belga aseguró que España es una democracia de pleno derecho, como lo demuestra el maratón de citas electorales en muy poco tiempo, y expresó su confianza en el "mecanismo institucional" en que se basa el Estado de derecho y constitucional, así como en la "cooperación fructífera" con el Gobierno de Sánchez, con quien le "complace" seguir trabajando. 

El presidente electo defendió que la euroorden afecta a la separación de poderes, "un valor muy importante en el Estado de derecho", y por eso no quiere "intervenir" en un asunto que afecta justo a esa separación de poderes. Tras constatar que el presidente español aboga por el diálogo con Cataluña dentro de la Constitución, agregó que él ya no es primer ministro belga, y prefiere no opinar.

El presidente del Gobierno en funciones empieza a girar en su discurso respecto a Cataluña tras su preacuerdo con Unidas Podemos. Mantiene su principio de que el Gobierno mantiene su oferta de diálogo dentro de la Constitución y de la ley. Pero ya no reitera su promesa electoral de recuperar el delito de convocatoria de referéndums ilegales y no incorpora la expresión "crisis de convivencia" en Cataluña, la que ha utilizado innumerables ocasiones en todos los meses anteriores. La redefine como una "crisis política" que requiere de una solución "política", siempre, eso sí, dentro de los márgenes de la legalidad. Es la respuesta que da a ERC, de quien necesita su abstención (o, alternativamente, el muy improbable sí de Ciudadanos) para salir investido.

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