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Casado y Montero constatan ante la empresa familiar su alianza imposible en política fiscal
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DE LA REBAJA GLOBAL AL MODELO REDISTRIBUTIVO

Casado y Montero constatan ante la empresa familiar su alianza imposible en política fiscal

El líder del PP ofrece una "reforma fiscal global" con rebajas de impuestos en Sociedades e IRPF y supresión de Patrimonio y la ministra advierte que quien más tiene debe contribuir más

Foto: Francisco J. Riberas, presidente del Instituto de la Empresa Familiar, y la ministra de Hacienda. (EFE)
Francisco J. Riberas, presidente del Instituto de la Empresa Familiar, y la ministra de Hacienda. (EFE)

Dos partidos dos visiones opuestas de la política fiscal. Así quedó en evidencia en segunda jornada del XXII Congreso de la Empresa Familiar que desde el lunes y hasta este martes se celebró en el Palacio de Congresos Víctor Villegas de Murcia. PSOE y Partido Popular afrontan la cita de las urnas del próximo 10 de noviembre con dos modelos en materia de impuestos diametralmente opuestos, al menos en lo que ha discurso se refiere, otra cosa es lo que luego cada una de las dos formaciones ejecuta realmente cuando llega al poder.

Ante los más de 600 presidentes y directivos de empresas familiares interesados en escuchar sus propuestas, el líder del popular y aspirante a la presidencia del Gobierno, Pablo Casado, y la ministra de Hacienda en funciones, María Jesús Montero, que acudió en sustitución de Pedro Sánchez, dejaron claro que se mueven en terrenos aparentemente irreconciliables. El dirigente conservador llegó al auditorio con una propuesta de "rebaja fiscal global" y el manual de la curva de Laffer bajo el brazo. Prometió a los asistentes una rebaja del impuesto de sociedades al 20% y del tipo máximo del IRPF al 40%. Propuso eliminar los impuestos de sucesiones y donaciones y el de patrimonio, que consideró anacrónico, y se mostró partidario de rebajar, "en la medida de lo posible" las cotizaciones a la Seguridad Social para las empresas.

El paquete, explicó, permitiría liberar para la economía productiva 16.000 millones de euros y propiciar la creación de 300.000 nuevos puestos de trabajo. Se trataría de un ajuste fiscal a la baja similar al que acometió José María Aznar en 1998, cuando los impuestos bajaron de media un 5% y "se duplicó la recaudación", según Casado, que defendió la medida para dar "ventajas competitivas al país en un momento de incertidumbre internacional".

placeholder El presidente del Partido Popular Pablo Casado, en intervención en la segunda jornada del XXII Congreso Nacional de la Empresa Familiar. (EFE)
El presidente del Partido Popular Pablo Casado, en intervención en la segunda jornada del XXII Congreso Nacional de la Empresa Familiar. (EFE)

El candidato popular a ocupar la Moncloa no hizo sino poner números al mantra neoliberal de que a menor presión fiscal, mayor actividad económica y, por efecto inducido, mayor recaudación, un axioma muy discutido por muchos economistas de corte keynesiano cuando los nubarrones y los riesgos de desaceleración sobrevuelan sobre la economía. Sin embargo, es una música que gusta a la gran empresa y Casado aprovechó el momento para hacer campaña entre los patronos, aunque no explicó ni el efecto que la rebaja fiscal tendría sobre el déficit ni cómo compensaría la segura disminución de ingresos que, al menos a corto plazo, sufrirían las arcas públicas o el sistema de pensiones en caso de rebajar las cotizaciones.

Foto: El presidente del Partido Popular, Pablo Casado. (EFE)

Muy poco tardó Montero en pinchar el globo del presidente del PP y demostrar que será difícil que los dos grandes partidos se pongan de acuerdo en materia fiscal. Recibida con más frialdad que Casado, aunque también fue aplaudida al entrar en el auditorio, la dirigente socialista no se dejó intimidad por el contexto. Si los empresarios esperaban un discurso contenido en materia de impuestos por la ministra de Pedro Sánchez se equivocaban.

La titular de Hacienda defendió la postura de ir acercando el tipo real del impuesto de sociedades al nominal, algo que justificó en que en la actualidad las grandes empresas pagan "relativamente menos que las pymes". "Sería bueno y conveniente", insistió Montero, quien defendió que las rebajas fiscales recaigan en las clases medias y trabajadoras, en contraste con los planteamientos del PP, que apuesta por ese tipo de bajadas "a la riqueza y los grandes patrimonios". Montero remarcó que quien más tiene debe contribuiar con más impuestos y lanzó: "La pregunta más importante es cómo con la propuesta de reforma fiscal a la baja se puede mantener la excelencia en los servicios públicos y la igualdad de todos los ciudadanos", incidió.

La ministra, que apostó además por introducir medidas de fiscalidad verde, defendió el estado del bienestar como "un elemento y un factor" añadido "de competitividad" del país porque, según dijo, proporciona un red de seguridad gracias al sistema sanitario y la existencia de una educación de calidad. "Tan importante es el crecimiento económico como su distribución para llegar a que no existan desigualdades, que se produzcan estallidos sociales o que una parte de la población esté obligada a vivir en condiciones peores".

Dos partidos dos visiones opuestas de la política fiscal. Así quedó en evidencia en segunda jornada del XXII Congreso de la Empresa Familiar que desde el lunes y hasta este martes se celebró en el Palacio de Congresos Víctor Villegas de Murcia. PSOE y Partido Popular afrontan la cita de las urnas del próximo 10 de noviembre con dos modelos en materia de impuestos diametralmente opuestos, al menos en lo que ha discurso se refiere, otra cosa es lo que luego cada una de las dos formaciones ejecuta realmente cuando llega al poder.

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