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La sentencia ahonda la brecha interna en los 'comuns' y aleja a los federalistas de Colau
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SE SUMA A LAS DIFERENCIAS ESTRATÉGICAS

La sentencia ahonda la brecha interna en los 'comuns' y aleja a los federalistas de Colau

La transversalidad de los 'comuns' sufre con la polarización, que a cada nuevo episodio agranda las diferencias que vienen arrastrando hasta sedimentar un alejamiento difícil de reconducir

Foto: La alcaldesa de Barcelona, Ada Colau (i) junto a la número uno al Senado, Rosa Lluch (2ªd), y el número uno al Congreso, Jaume Asens (d), durante un acto preelectoral. (EFE)
La alcaldesa de Barcelona, Ada Colau (i) junto a la número uno al Senado, Rosa Lluch (2ªd), y el número uno al Congreso, Jaume Asens (d), durante un acto preelectoral. (EFE)

Las discrepancias en el seno de los 'comuns', que ya se saldaron antes de las generales del 28-A con la escisión de buena parte del sector soberanista, han vuelto a visibilizarse tras la sentencia del 'procés'. Los 'comuns federalistes' se han desmarcado de la posición adoptada por la dirección de Catalunya en Comú, en la que también están representados, al considerar que su formación "no debe alinearse reclamando una respuesta transversal a la sentencia", ni siquiera justificándola como una respuesta "del 80%" o una "respuesta de país". "Es natural y respetable que el independentismo salga a la calle y proteste ante la magnitud de las penas", aducen en un comunicado, para concluir que "nosotros no podemos subordinar nuestro espacio en un movimiento que formula el conflicto en términos de enfrentamiento entre una Cataluña independentista homogénea y un Estado autoritario, y olvidar que la mitad de la gente catalana, por no decir la mayoría, no quiere separarse de España".

Foto: La alcaldesa de Barcelona, Ada Colau. (EFE)

Ada Colau sigue tratando de mantener los equilibrios entre los federalistas y el sector más cercano al soberanismo que optó por quedarse en el partido sin sumarse a la escisión liderada por Joan Josep Nuet y Elisenda Alamany, ambos ahora en las filas de ERC. Sin embargo, con quienes hay una mayor oposición es con 'comuns federalistes', sector en el que se referencian la número dos al Congreso, Aina Vidal, la diputada autonómica Marta Ribas o los exdiputados Lluís Rabell y Joan Coscubiela. Las tensiones vienen de atrás, hasta el punto que desde la plataforma Más País que encabeza Íñigo Errejón se exploró la posibilidad de sumar este sector a su candidatura, llegándose a poner sobre la mesa el nombre de Coscubiela como su posible cabeza de lista por Barcelona.

La transversalidad de los 'comuns' sufre en un contexto de creciente polarización, que a cada nuevo episodio agranda las diferencias estratégicas que vienen arrastrándose casi desde su fundación hasta sedimentar un alejamiento difícil de reconducir. La reacción a la sentencia ha marcado un hito en este sentido, como demuestra la pública y notoria oposición de los federalistas a la línea oficial, pero también la cacofonía entre algunos de sus principales dirigentes.

A ello se suma el encaje de bolillos que supone gobernar el Ayuntamiento de Barcelona en coalición con el PSC. De hecho, el portavoz de los 'comuns' en el Congreso y cabeza de lista para el 10-N, Jaume Asens, reconocía esta semana en los micrófonos de RNE que "estamos más lejos del PSOE que ayer", a quien acusaba de echar gasolina al conflicto. En cambio, para el coordinador de Comuns Federalistes, José Luis Atienza, "los socialistas y los comunes están condenados a entenderse porque están solos en el territorio entre el nacionalismo catalán y el español. Ambos tienen que avanzar en una propuesta federalista que permita una España plurinacional".

Colau intenta mantener los equilibrios entre los federalistas y el sector más cercano al soberanismo que no se sumó a la escisión que lideró Nuet

Las diferencias internas volvían a estallar tras la sentencia, tanto por su valoración —legítima para unos y ataque a la democracia para otros— como por la adhesión a las manifestaciones o la 'huelga de país', aunque desde tiempo atrás venían mostrando sus discrepancias respecto a cuestiones como la petición de libertad de los "presos políticos". No en vano, el sector federalista mostró de forma pública e inmediata su oposición a la línea oficial del partido, y este jueves promovían un encuentro abierto para reflexionar sobre el encaje de los federalistas en el "espacio de las izquierdas".

El último episodio que visibilizó las discrepancias internas se produjo en el debate abierto tras las municipales para decidir si pactar el gobierno municipal con ERC o inclinarse por la opción del PSC con los votos prestados de Manuel Valls. Finalmente, se impuso esta segunda opción, no sin costes. En la consulta a las bases, un 28,7% se decantó por un pacto con los republicanos en contra de lo defendido por la dirección, aunque ello supusiese perder la alcaldía. Las dos almas de los 'comuns', federalistas y soberanistas, se enfrentaron así a su histórico debate de prioridades nunca antes resuelto cabalgando contradicciones.

Desde la dimisión del coordinador de Catalunya en Comú y exportavoz de la confluencia en el Congreso Xavier Domènech, las vicisitudes se han sucedido. Domènech vinculó su decisión a una cuestión personal y al supuesto desgaste político, aunque habría tenido sin embargo otras razones más ideológicas, basadas en las incoherencias que le producía seguir la nueva estrategia con sello federalista de ICV. Unos meses después, se produjo la escisión de los soberanistas, que justificaron por el cambio de rumbo supuestamente impuesto por los federalistas.

Las costuras en los 'comuns' parecen reventar ante una situación que se afronta con diferentes perspectivas, en ocasiones opuestas. Todo ello a las puertas de unas elecciones generales y en un contexto en el que se comienza a pedir desde diferentes frentes un adelanto de los comicios catalanes. En las generales repetirá Asens, un perfil soberanista y posiblemente el miembro de los 'comuns' con mayor capacidad para interlocutar con el archipiélago independentista, desde las cárceles a Bruselas y desde la CUP y los republicanos a los posconvergentes de Puigdemont. Su mandato: "Trabajar para construir puentes de diálogo y alianzas con el resto de la izquierda y las fuerzas del cambio del Estado, por la puesta en libertad de los presos políticos y por un referéndum pactado".

Las discrepancias en el seno de los 'comuns', que ya se saldaron antes de las generales del 28-A con la escisión de buena parte del sector soberanista, han vuelto a visibilizarse tras la sentencia del 'procés'. Los 'comuns federalistes' se han desmarcado de la posición adoptada por la dirección de Catalunya en Comú, en la que también están representados, al considerar que su formación "no debe alinearse reclamando una respuesta transversal a la sentencia", ni siquiera justificándola como una respuesta "del 80%" o una "respuesta de país". "Es natural y respetable que el independentismo salga a la calle y proteste ante la magnitud de las penas", aducen en un comunicado, para concluir que "nosotros no podemos subordinar nuestro espacio en un movimiento que formula el conflicto en términos de enfrentamiento entre una Cataluña independentista homogénea y un Estado autoritario, y olvidar que la mitad de la gente catalana, por no decir la mayoría, no quiere separarse de España".

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