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"Estos no son los nuestros": los presos del 'procés' se desvinculan de los violentos
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"Están destrozados", asegura su entorno

"Estos no son los nuestros": los presos del 'procés' se desvinculan de los violentos

Los reclusos están viviendo con enorme preocupación lo que sucede en las calles de Barcelona y otras ciudades del territorio

Foto: Concentraciones de apoyo a los dirigentes del 'procés' en el exterior del centro penitenciario de Lledoners. (EFE)
Concentraciones de apoyo a los dirigentes del 'procés' en el exterior del centro penitenciario de Lledoners. (EFE)

Los presos del 'procés', condenados por el Tribunal Supremo a penas de entre nueve y 13 años, no quieren ser la coartada. Fuentes cercanas a los políticos catalanes en prisión mandan un claro mensaje de desvinculación de los episodios violentos que se desarrollan por tercera noche consecutiva en Cataluña. "Estos no son los nuestros", repiten e insisten en que los reclusos están viviendo con enorme preocupación lo que sucede en las calles de Barcelona y otras ciudades del territorio. "Están destrozados", aseguran.

Batalla campal en otra noche de protestas en Barcelona

La sentencia hecha pública este lunes supuso el pistoletazo de salida de las protestas que se le han ido evidentemente de las manos al Govern de la Generalitat. Desde el Palau, y también desde Lledoners, se quiere trazar una línea divisoria entre las concentraciones y marchas pacíficas y los disturbios con barricadas incendiadas y lanzamiento de objetos. Se rechazan los segundos y se alientan las primeras, en un equilibrio complicado. Los condenados insisten, una y otra vez, en que los violentos no les representan ni actúan en su nombre. "Lo más penoso es que se use la violencia para apoyar a gente de paz", dicen.

Otras de las fuentes consultadas indica que, tras meter "a los pacifistas en prisión", en la calle quedan los descontrolados. Recuerdan que, por ejemplo, Jordi Sànchez y Jordi Cuixart dirigieron, durante hace años, protestas en las que no se producían incidentes de ningún tipo. Ahora contemplan desolados la mecha que se ha prendido y que provoca que arda Cataluña.

Foto: Disturbios en Barcelona durante las protestas convocadas por los CDR. (EFE)

Desde las redes sociales, todos han hecho llamamientos a la calma, con continuos mensajes de repulsa. Marcando ese límite que se desdibuja y que el propio Quim Torra quiso imponer en una brevísima comparecencia al filo de la medianoche: 48 horas después del inicio de la violencia, el presidente salió a recordar que el proyecto independentista no es violento. "No se pueden permitir los incidentes que estamos viendo en nuestro país". "Esto se tiene que parar ahora mismo", dijo.

"La trampa de la violencia"

También Junqueras mandó reiterados mensajes rechazando la violencia. "Este país es fruto de las luchas sociales, un país que ha costado mucho construir. Necesitamos la república y os necesitamos a todos y todas. Os necesitamos movilizados, pero rechazando la violencia venga de donde venga. No nos dividirán ni caeremos en la trampa de la violencia", decía en el último de ellos.

El exlíder de la ANC Sànchez también ha hecho un llamamiento a la movilización rechazando, "sin ningún complejo", la violencia, tras los enfrentamientos de ayer en Barcelona entre algunos manifestantes y la Policía Nacional y los Mossos d'Esquadra, en una manifestación convocada por los CDR. "El Estado nos quiere violentos porque es desde la violencia donde se legitima. Por eso hoy, tras las movilizaciones de ayer, os invito a no renunciar a salir a la calle, a seguir movilizados, a participar en marchas, en movilizaciones, pero hacerlo sin ningún complejo rechazando la violencia", ha dicho Sànchez en un mensaje de voz grabado desde la cárcel de Lledoners.

Los mensajes se entremezclan con una permanente acusación, velada la mayor parte de las veces, de que esta situación conviene al Estado y se teledirige, de hecho, desde el mismo. O no tan velada. El presidente de la Generalitat culpó en la noche del miércoles a “infiltrados y a provocadores” de los violentos disturbios que está viviendo Cataluña, en especial en Barcelona.

La ex de la CUP Mireia Boya aseguró la noche del miércoles en un mensaje en Twitter que todos saben que los jóvenes de las calles no son grupos violentos. "Son nuestros hijos, hijas, nietos, nietas, que han perdido el miedo y se defienden de la violencia policial", decía.

Los presos del 'procés', condenados por el Tribunal Supremo a penas de entre nueve y 13 años, no quieren ser la coartada. Fuentes cercanas a los políticos catalanes en prisión mandan un claro mensaje de desvinculación de los episodios violentos que se desarrollan por tercera noche consecutiva en Cataluña. "Estos no son los nuestros", repiten e insisten en que los reclusos están viviendo con enorme preocupación lo que sucede en las calles de Barcelona y otras ciudades del territorio. "Están destrozados", aseguran.

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