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El acusado de matar a la viuda de la CAM se escuda en su estado anímico para no declarar
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SU ABOGADO DIJO QUE ESTÁ MEDICÁNDOSE

El acusado de matar a la viuda de la CAM se escuda en su estado anímico para no declarar

Antes de que el interrogatorio del acusado del asesinato quedara descartado, la segunda jornada sirvió para que las dos versiones del crimen se oyeran contradictoria y públicamente por primera vez

Foto: Miguel López, acusado de matar a la viuda del expresidente de la CAM. (EFE)
Miguel López, acusado de matar a la viuda del expresidente de la CAM. (EFE)

El yerno de la viuda del expresidente de la Caja de Ahorros del Mediterráneo asesinada en Alicante, de cuyo crimen está acusado y por el que lo fotografían cada vez que entra y sale del edificio donde se está juzgando, tuvo este martes la oportunidad de tomar la palabra. Su abogado dio a entender que no lo iba a hacer: “Miguel [López] está en una situación psicológica muy frágil, medicándose. De los hechos han pasado tres años. La declaración del acusado solo tiene sentido cuando hay que rebatir cuestiones serias, pero las que tenía que rebatir ya lo hemos hecho documentalmente”. La declaración de Miguel López, 52 años, era la única que el tribunal iba a permitir que se grabara en vídeo y se distribuyera la imagen a los medios, pero él se limitó a poner un pie de foto: “Mire, señoría, anímicamente prefiero no declarar”, dijo con un hilo de voz.

Antes de que el interrogatorio del acusado del asesinato de María del Carmen Martínez quedara descartado, la segunda jornada sirvió para que las dos versiones del crimen se oyeran contradictoria y públicamente por primera vez. El abogado del hijo varón de la víctima expuso primero la suya; luego, el letrado del yerno acusado. La magistrada que preside el desarrollo de la vista —el veredicto es cosa del jurado— había avisado de que durante las “alegaciones previas” de lo que se trata es de explicar lo que el secretario había leído el primer día —los escritos de acusación y defensa—, y de justificar la prueba que proponen.

Foto: Miguel López, investigado como presunto autor del asesinato de su suegra, María del Carmen Martínez. (EFE)

Lejos de caer en el error del fiscal del lunes, tanto el abogado del hijo que acusa a su cuñado, Francisco Ruiz Marco, como el defensor del acusado, Javier Sánchez-Vera, estuvieron brillantes y precisos, tratando de llevar cada uno el agua a su molino. La presidenta tuvo que pronunciarse en tres ocasiones sobre divergencias entre las partes —dos respecto de la prueba y una coletilla de Ruiz Marco al preguntar a los testigos—. Y en las tres, la defensa se llevó el gato al agua.

“Yo represento al hijo de la víctima, a Vicente Sala [Martínez], a quienes ustedes tendrán la ocasión de conocer, porque está citado a declarar”, arrancó, solemne, Ruiz Marco. Un colaborador suyo, sentado entre el público, sufría porque el letrado se había olvidado de activar el micrófono, pero no le hacía falta. Con la voz grave, el énfasis y las pausas justos, Ruiz Marco puso al hijo de la víctima en el centro de la sala. “Él está porque han matado a su madre, de 72 años; Vicente Sala, su hijo, solamente quiere que se cumpla la ley”, dijo. “Vicente Sala, su hijo, no quiere dinero”. “El hijo de la víctima no quiere sacar de este procedimiento ni un euro”, repitió por tercera vez, aludiendo a la renuncia a la indemnización a la que tendría derecho en caso de condena. La cuarta vez, al tiempo que pronunciaba la frase —“no quiere obtener ningún dinero”— fue girando hasta quedarse mirando al acusado: “Del asesino de su madre”.

placeholder Imagen de la inspección del vehículo en el que se asesinó a la viuda del expresidente de la CAM. (EFE)
Imagen de la inspección del vehículo en el que se asesinó a la viuda del expresidente de la CAM. (EFE)

“La vida de mucho lujo de la que disfrutaba el acusado”, volvió a retomar el mismo agujero por el otro lado del tabique, “dependía de las decisiones de su suegra en las empresas ejercitando la acción de oro”. Ahora miraba de frente al jurado. “Y como esas decisiones podían ir en contra de sus intereses, créanme, créanme, la mató”. “Las cosas ocurren así en la vida: se mata por dinero. Y cuando se sabe utilizar una pistola, se usa”. Los nueve miembros del jurado, vestidos de calle, a diferencia de las partes, la presidenta y el secretario, que van togados, escuchaban atentamente. Marco concluyó dirigiéndose a ellos: “Entre lo hizo ese y lo hizo una persona desconocida hay una diferencia; la misma que entre los hechos y las hipótesis, y esa diferencia acaso les resulte de utilidad en esta ardua tarea” que les han encomendado. Un animal escénico.

“El crimen fue horrible, estamos completamente de acuerdo; en lo que no estamos de acuerdo es en que fue Miguel”, dijo Sánchez-Vera al inicio de sus alegaciones previas. “Y yo sí confío en ustedes”, dijo para contrarrestar al fiscal, que había señalado la preferencia de la defensa por que el caso fuera juzgado por jueces profesionales. “De hecho, si ustedes están aquí es porque nadie les ha recusado”, añadió. Luego empezó a devolver los golpes de Marco. “El abogado de la acusación no representa al hijo de la víctima, representa a un hijo de la víctima, porque la víctima también tenía tres hijas y dos de ellas han estado personadas durante todo el procedimiento, porque querían que se investigaran los hechos, pero no han acusado a Miguel, porque consideran que no ha sido él”. La tercera es la esposa de López: también defiende su inocencia, y la ley la dispensa de la obligación de testificar. El jurado lo forman seis mujeres y tres hombres.

Foto: Miguel López, a su llegada al juzgado. (EFE)

Sánchez-Vera no fue mucho más allá en la confrontación directa, quizá porque no es su estilo, o porque su estilo consiste precisamente en atacar al contrario, pero que no lo parezca. Así, para oponerse a una nueva prueba que propuso el abogado del hijo, el abogado del yerno citó un argumento que el propio fiscal, sentado a la derecha de Ruiz Marco, había usado durante la instrucción. La magistrada descartó la prueba por “sorpresiva”, además de que la consideró improcedente: una disquisición “teórica que no aportaría nada” concreto al análisis de ADN del casquillo, que ya se sabe que no es ni de López ni de ninguna de las otras 38 personas que pisaron aquel día la escena del crimen y con los que el fiscal, en efecto, había pedido cotejarlo.

La presidenta también dispensó a la mujer y a los hijos de López de tener que venir al juicio a decir que no quieren declarar, como sugirió la defensa y a pesar de la formal oposición de las acusaciones. Lo harán ante la secretaría del tribunal en otro edificio, evitando así las cámaras. Por último, aceptó la protesta de Sánchez-Vera, que primero había dejado que Marco repitiera varias veces la palabra 'correcto' cada vez que los primeros testigos respondían a sus preguntas. La ley prohíbe que se exprese “ni aprobación ni desaprobación” de lo que el testigo diga, según la magistrada, así que aceptó la protesta y añadió: "El apunte de la defensa me parece correctísimo".

A preguntas del fiscal, el primer testigo del proceso fue el único relevante de los dos testimonios que se escucharon este martes. El jefe de taller Israel Fernández, empleado en las empresas de la familia desde hacía más de nueve años, negó que en su paseo por el 'parking' del concesionario junto a su jefe, Miguel López, fuera este quien “marcaba el paso”. El fiscal supone que el acusado ya había disparado a su suegra y que trataba de alejar a su empleado del coche donde agonizaba la víctima. Pero no: “Fui yo el que le saqué conversación: era última hora y era mi jefe”, aclaró Israel, como diciendo, peor sería trabajar. "¿Y cuando usted le preguntó si su suegra ya se había ido, qué le dijo Miguel?". “Que no sabía, y nos asomamos al lavadero”. "¿Y la vieron, estando a oscuras?". “A mí me pareció ver su silueta por la luz interior del coche. El recuerdo que tengo es de ver como la señora, su cabeza, dentro del coche”. “No es la primera vez que se quedaba mirando el móvil, dentro del coche”. Luego “Miguel se alejó, como yéndose”. Veinte minutos después, Israel se encontró a la señora agonizando de pie junto al coche, ensangrentada, y llamó a su jefe, que volvió al concesionario.

Este miércoles, declara el hijo varón de la víctima, Vicente Sala Martínez.

El yerno de la viuda del expresidente de la Caja de Ahorros del Mediterráneo asesinada en Alicante, de cuyo crimen está acusado y por el que lo fotografían cada vez que entra y sale del edificio donde se está juzgando, tuvo este martes la oportunidad de tomar la palabra. Su abogado dio a entender que no lo iba a hacer: “Miguel [López] está en una situación psicológica muy frágil, medicándose. De los hechos han pasado tres años. La declaración del acusado solo tiene sentido cuando hay que rebatir cuestiones serias, pero las que tenía que rebatir ya lo hemos hecho documentalmente”. La declaración de Miguel López, 52 años, era la única que el tribunal iba a permitir que se grabara en vídeo y se distribuyera la imagen a los medios, pero él se limitó a poner un pie de foto: “Mire, señoría, anímicamente prefiero no declarar”, dijo con un hilo de voz.

Caja de Ahorros del Mediterráneo (CAM)
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