Siguen la pista de un cuarto cómplice de la banda que asesinó al hombre enterrado vivo

En el marco de la investigación en torno al asesinato del vecino de Getxo (Vizcaya) en la localidad de Pedrola (Zaragoza), la Guardia Civil detuvo la pasada semana a una pareja como presuntos responsables del crimen mientras buscan a otras dos personas que podrían haber actuado como cómplices del delito. Este martes, los investigadores han revelado que uno de los integrantes de la violenta banda criminal a la que se enfrentan se encuentra en la prisión de Castellón desde el pasado mes de agosto por otros delitos.

El grupo criminal responsable del asesinato de José Antonio Delgado Fresnedo, de 54 años, está especializado en el atraco a sus víctimas, con quienes contactan a través de una aplicación de contactos y que se sirven de una "violencia extrema" en sus emboscadas para robarlas y obtener las claves de sus tarjetas. Así es como dieron con el vecino de Getxo y con otros damnificados que sí pudieron sobrevivir a los ataques.

En uno de estos saqueos estuvo implicado el miembro de la banda a la que las autoridades buscan. Según han indicado fuentes jurídicas a Efe, el recluso de Castellón participó en el atraco a un hombre de la Almunia de Doña Godina que cayó en la trampa del grupo pero que pudo salvar la vida tras recibir una fuerte paliza.

Al igual que este presunto cómplice, la pareja que fue detenida el pasado miércoles — M.A.D., marroquí de 35 años de edad, y H.C.A.L., venezolana de 34 años de edad — se encuentra en prisión desde el sábado como acusados del asesinato de Delgado Fresnedo y de dos asaltos anteriores, el del vecino de La Almunia de Doña Godina en julio y el de un residente de Tudela (Navarra) ya en septiembre, que también salvó la vida tras ser fuertemente golpeado.​

Por su parte, la Unidad de Policía Judicial de la Guardia Civil de Zaragoza y la Unidad Central Operativa (UCO) del Cuerpo continúan con la búsqueda e identificación de un cuarto miembro de la banda cuya participación en los hechos no se descarta. Este sospechoso fue captado por las cámaras de varios cajeros automáticos de poblaciones cercanas al lugar del crimen, pero no pudo ser identificado ya que ocultaba su rostro con una gorra.

Asimismo, las fuentes citadas no descartan que el instructor del caso cite a declarar en los próximos días al miembro de la banda que permanece en prisión para informarle de la detención por los hechos denunciados.

Atraídos por falsas citas

Los familiares de José Antonio Delgado Fresnedo denunciaron su desaparición el pasado 9 de septiembre ante la Ertzaina, la cual solicitó unos días después la colaboración de la Guardia Civil tras comprobar que con la tarjeta del desaparecido se habían realizado extracciones de efectivo en distintos cajeros automáticos de la provincia de Zaragoza. Dichas extracciones fueron captadas por unas cámaras de seguridad, gracias a las cuales descubrieron que el autor era una persona encapuchada.

Además, las autoridades supieron que el coche del desaparecido era un Mercedes rojo de alta gama que fue posteriormente vendido a través de un portal en Internet. Las labores de investigación focalizaron el operativo de búsqueda del fallecido en una amplia zona desértica al suroeste de Pedrola, donde fueron hallados sus restos semienterrados el pasado viernes, a unos ocho kilómetros de la población.

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EC/Agencias

La fase de ejecución de la operación se llevó a cabo el pasado miércoles con la detención de la referida pareja y tres registros en una nave y dos domicilios ubicados en las poblaciones de Pedrola y Luceni, donde se localizaron pertenencias personales y evidencias biológicas del asesinado y de las otras dos víctimas. Además, fueron incautados vehículos, armas, dispositivos electrónicos, documentación y abundantes indicios de la participación de los detenidos en los hechos denunciados.

El grupo criminal investigado se servía de un misma forma de actuar en todos sus golpes, que se iniciaba con la publicación de fotos de la detenida en un portal de citas en Internet, con mensajes claros de su intención de conocer a hombres para mantener relaciones sexuales.

Una vez establecido el contacto, la mujer citaba a sus víctimas en lugares poco concurridos cercanos a Pedrola, donde eran asaltadas a su llegada de forma violenta y retenidas contra su voluntad.

El objetivo del grupo era sustraer las pertenencias y los vehículos de sus víctimas y la utilización de una intensa violencia para obtener las claves de sus tarjetas de crédito. Una vez logrados sus objetivos, los miembros de la banda abandonaban maniatadas y encapuchadas a sus víctimas en parajes rurales de la zona alejados de zonas habitadas.