Celaá subraya el no a una investidura "gratis" de Podemos: sería un "callejón sin salida"

El Gobierno verbaliza sin rodeos que no quiere una investidura con los votos "gratis" de Unidas Podemos. Es decir, sin un acuerdo que confiera estabilidad al nuevo Ejecutivo de Pedro Sánchez. Sería un "callejón sin salida", llevar la política española a una "deriva" que el presidente no desea.

La portavoz del Gabinete en funciones, Isabel Celaá, confirmó este viernes en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros, en la que compareció con la titular de Industria, Reyes Maroto, lo que ya habían adelantado fuentes de la dirección del PSOE esta semana, y que ya relataba este diario. La rotunda negativa (y hasta el temor) de los socialistas a que en el último momento Pablo Iglesias decida que sus 42 diputados voten sí a Sánchez para inmediatamente después pasar a la oposición, lo que anticiparía un infierno parlamentario, pactar semana a semana cada iniciativa, puesto que el PSOE dispone solo de 123 escaños, a 53 de la mayoría absoluta.

Celaá ratificó que ese escenario sería odioso para el jefe del Ejecutivo. Pero también dio algunas otras pistas de por qué cauces puede discurrir la negociación que se reabrió ayer con los morados. Básicamente, dos cuestiones: garantizó que al final sí habrá un contacto entre Sánchez e Iglesias —no precisó cuándo— y no descartó que en el curso de las conversaciones se ofrezcan fórmulas "potentes" de colaboración a UP para que participen en "tareas de Estado". La puerta a la coalición sigue cerrada a cal y canto. Pero queda la recta final y definitiva antes de saber si España se conduce definitivamente a elecciones y nunca se pueden descartar vuelcos de última hora.

Una investidura sin estabilidad sería "un rincón oscuro que no merece ni la ciudadanía española, ni las fuerzas políticas, ni la política de este país"

"No visualizamos un escenario en el que se pueda a llegar una investidura sin que haya después una colaboración de las fuerzas políticas", dijo Celaá, preguntada por la hipótesis de un voto favorable de Unidas Podemos ya 'in extremis', con el único fin de evitar la repetición electoral. "No creo que haya fuerzas que estén ya en esa deriva. Pensamos que es un 'cul-de-sac' [un callejón sin salida], un rincón oscuro que no merece ni la ciudadanía española, ni las fuerzas políticas, ni la política de este país", aseguró. La razón, aunque no la explicitó en ese punto, es que Sánchez quiere asegurarse tanto la investidura como la estabilidad, porque cree que España necesita certidumbres y tranquilidad después de vivir cuatro años, desde los comicios de 2015 que rompieron con el bipartidismo, en la montaña rusa, sin que apenas se haya podido avanzar en reformas por la fragilidad parlamentaria de los gobiernos de PP y de PSOE.

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"Determinación" de Sánchez

Sánchez, pues, podría conseguir su reelección, pero sin acuerdo sólido con los morados estaría expuesto a los revolcones en el Congreso cada semana, y ni siquiera tendría garantizada la aprobación de unos nuevos Presupuestos, y ya la derrota de los redactados para 2019 le condujo al adelanto de las generales. De ahí que esta semana la cúpula socialista se haya puesto la venda antes que la herida: no quiere que Iglesias le dé su apoyo en esas condiciones que entiende como endemoniadas. Los interlocutores del PSOE ya han trasladado incluso ese mensaje a los morados, según admitían fuentes de Unidas Podemos, informa Iván Gil.

Que no haya coalición "no significa que no se hallen fórmulas de cooperación potentes, para que UP pueda participar en las tareas de Estado"

De modo que Sánchez se aferra por ahora a su última propuesta, que concibe como una "tercera vía", a medio camino entre el Gobierno en solitario que desearía y el Ejecutivo de coalición en el que insiste Iglesias. Esa "tercera vía" fue presentada el pasado martes por el propio presidente, y consiste en un documento programático de 370 medidas, una "triple garantía" de cumplimiento de lo firmado —una oficina dependiente de Hacienda, sendas comisiones de seguimiento del acuerdo en Congreso y Senado y una fiscalización de los colectivos sociales— y la participación de Unidas Podemos en instituciones y organismos del Estado, fuera de la estructura del Gobierno.

Un Gabinete bicolor está descartado: "Hay convicción y determinación por parte del PSOE y del secretario general de que no habrá Gobierno de coalición" con UP "tal y como se ofreció en julio", "lo que no significa que no se encuentren fórmulas de cooperación importantes, potentes, para que UP pueda activamente participar en las tareas de Estado".

La portavoz no quiso ir más allá. Ahora bien, no descartó que, como consecuencia de las conversaciones, pueda emerger "algo nuevo", que es a lo que aspira el Gobierno. ¿Qué es algo "nuevo"? Que nazca la "confianza" que se perdió tras la investidura fallida de julio y que permita llegar a un acuerdo. ¿Puede haber una oferta del PSOE que vaya más allá de la que está sobre la mesa? "Condicionaríamos" los resultados "si dijéramos qué podría salir de ahí", de la propia negociación, respondió.

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Intención "inequívoca"

Hasta ahora, estaba incluso en el aire un contacto de Sánchez con Iglesias. Pero según Celaá no hay duda de que lo habrá. Se producirá "en tiempo", indicó, sin dar más precisiones sobre la fecha. "Que puedan hablar, encontrarse y reunirse se puede dar por garantizado", concluyó.

El Ejecutivo remarca que los ciudadanos tienen "bien interiorizado", en caso de elecciones, que el PSOE es "estabilidad, seguridad y moderación"

Los socialistas continúan aumentando la presión sobre Unidas Podemos, recalcando que solo falta su apoyo para que haya un nuevo Ejecutivo, porque ya están los votos de la ciudadanía expresados en las urnas y está el "interés genuino" del PSOE para que haya Gobierno. "Nuestra intención es inequívoca y esperamos que Unidas Podemos se suba a esa intención. Si Unidas Podemos quiere, habrá Gobierno", resolvió.

Y aunque en la reunión de ayer jueves en el Congreso entre las dos formaciones no hubo avances, Celaá sí indicó que sirvió para "transportar información que UP no tenía de extremos sobre los que se venía hablando", aunque no quiso concretar a qué datos se refería. Sí destacó que es importante que en esta ocasión no solo se sentaran los representantes de Podemos (Pablo Echenique y Ione Belarra), sino también delegados de IU (Enrique Santiago), de Equo (Juantxo López de Uralde) y de las dos confluencias (Yolanda Díaz, de Galicia en Común, y Jaume Asens, de En Comú Podem). "Es importante que todo el mundo tenga toda la información", dijo. Y es que uno de los problemas de la anterior negociación fue que la monopolizó Podemos.

Lo importante de la cita de ayer, siguió Celaá, es que las dos delegaciones quedaron en seguir trabajando, por lo que se ha abierto un "camino por recorrer", sin prejuzgar el final. "Negociar es transar, encontrar resultados donde todavía no existen", subrayó la portavoz, quien no obstante señaló que la oferta de los socialistas está "abierta a cambios y matices".

¿A quién culparán más los votantes de que no haya Ejecutivo y se lleve a España a elecciones? La ministra no se quiso mojar, pero sí remarcó que la ciudadanía "es consciente" de que es el PSOE el que representa "estabilidad, seguridad y moderación" —ahí estaba una de las ideas fuerza de la potencial campaña—. "Eso los ciudadanos lo tienen bien interiorizado", acabó.