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La difícil estrategia de Rivera para gobernar con el PP... sin mancharse de corrupción
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CIUDADANOS, EN EL PUNTO DE MIRA

La difícil estrategia de Rivera para gobernar con el PP... sin mancharse de corrupción

La dificultad estará en separar y diferenciarse. Cómo defender su argumentario regenerador contra la corrupción del PP y explicar al mismo tiempo los pactos en CCAA y ayuntamientos

Foto: El líder de Ciudadanos, Albert Rivera, durante la reunión del comité ejecutivo permanente del lunes. (EFE)
El líder de Ciudadanos, Albert Rivera, durante la reunión del comité ejecutivo permanente del lunes. (EFE)

El ofrecimiento del PP a Ciudadanos para constituir una posible coalición electoral —en caso de que finalmente las elecciones se repitieran en noviembre— bajo la marca España Suma tiene una respuesta más que oficial. Dirigentes de la formación llevan días descartando por completo esa posibilidad y el propio líder naranja —que el lunes reapareció formalmente en el curso político tras más de un mes de silencio— lanzó el mensaje que acompañará a su partido durante las próximas semanas: "España suma, pero la corrupción resta". La frase no era casual. Horas después, la Audiencia Nacional confirmó la imputación de Esperanza Aguirre y Cristina Cifuentes en una pieza separada de la trama Púnica adelantada por este diario hace días. Empieza el baile de otro otoño caliente en el juzgado.

El tono de Rivera, igual que el de sus rivales políticos, empieza a tener tintes preelectorales. Y no es para menos: la posibilidad de que el 10 de noviembre los españoles estén llamados de nuevo a las urnas toma cada vez más fuerza. Ciudadanos tiene claro que si los comicios llegan, concurrirá con su proyecto y bajo sus siglas (más allá de casos puntuales como Navarra, extensible al País Vasco, y sin descartar una lista conjunta para el Senado). La corrupción del PP jugará una vez más un papel fundamental en el discurso de los naranjas, convencidos de que los populares quieren librarse de unas siglas "a la baja" frente a un proyecto, el suyo, que en todas las citas electorales "ha ido al alza, a pesar de las encuestas".

Foto: El presidente de Ciudadanos, Albert Rivera (d). (EFE)

El líder de Ciudadanos avanzaba el lunes su postura en Onda Cero: "Mucha gente se niega a votar a un partido que tiene cuarenta y tantos casos sin resolver". En el partido saben que una gran parte de su electorado —procedente sobre todo del PP— bebe del discurso regenerador y de lucha contra la corrupción. No votarán a la izquierda y tradicionalmente apoyaron a los populares, pero están cansados de la retahíla de casos que afectan a la formación conservadora y una parte importante está decidida a no volver.

Esos son los datos que manejan en la cúpula naranja, y en ese posible escenario, Ciudadanos se encontrará una disyuntiva evidente: insiste en decir que España Suma no puede salir adelante por la corrupción del PP, pero gobierna en coalición con ese partido en comunidades autónomas y ayuntamientos de toda España. Fuentes del partido reconocen que ante las "ciertas contradicciones" que puedan aparecer, deberán encontrar el equilibrio para defender sus postulados sin llegar a una beligerancia total que haga inexplicable el hecho de que gobiernen juntos.

"Una cosa son los partidos y otra los gobiernos. Los segundos se hacen en torno a programas que pactamos en cada territorio y los contenidos van por delante", explican, haciendo hincapié en el paquete relativo a la regeneración democrática que han incluido en cada acuerdo firmado (los de la legislatura de 2015 y los de gobierno de este año): la expulsión de cualquier imputado en un Gobierno regional o municipal. "Ahí se va a ver la diferencia", insisten, afirmando que no "pasarán ni una" y defendiendo que "gracias" a ellos "ya no hay imputados" en listas electorales ni en los gobiernos. En realidad, así debe ser, recuerdan otros dirigentes del partido, si realmente quieren diferenciarse de los populares.

Foto: Las expresidentas de la Comunidad de Madrid Esperanza Aguirre y Cristina Cifuentes. (EFE)

En el partido sí existe cierta incertidumbre de cara a una repetición electoral, con los pactos del pasado mes de mayo tan recientes. Son conscientes de que la izquierda utilizará ese argumento en su contra y, por eso, confían en poder mantener su discurso regenerador aunque compartan asiento en muchas juntas de gobierno con los populares. "Somos la garantía de que haya ese cortafuegos tan necesario", repiten, justificando al mismo tiempo la necesidad de pactar para poner en marcha las comunidades y los ayuntamientos.

Dicho de otra manera: la dificultad de Ciudadanos estará en separar. Explicar al electorado que los pactos con el PP se constituyen en torno a los programas, a las propuestas y sin perder la autonomía y los principios que rigen en la formación, sobre todo en materia de regeneración. De ahí que se den circunstancias tan particulares como apoyar una comisión de investigación contra la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, por el caso de Avalmadrid, mientras Ignacio Aguado ejerce como vicepresidente.

Este posicionamiento será la hoja de ruta de los naranjas en los próximos días, y si hay repetición el 10-N, usarán el arma de la corrupción para atacar a los populares, exactamente igual que hicieron en todas las citas electorales anteriores. En todo caso, lo que muchos dirigentes en el partido tienen claro es que la estrategia de la formación para afrontar unas nuevas generales será con toda seguridad la misma que la del pasado 28-A.

placeholder Rivera reúne a su nuevo comité ejecutivo permanente en el nuevo curso político. (EFE)
Rivera reúne a su nuevo comité ejecutivo permanente en el nuevo curso político. (EFE)

Aunque la ejecutiva permanente no abordó el lunes este escenario —"aún faltan muchas pantallas para llegar a eso", dicen—, en el seno del partido comienza a existir un runrún sobre las líneas de actuación si entran finalmente en el escenario preelectoral.

La cúpula naranja está convencida de que la estrategia del no a Sánchez fue la correcta, a tenor de los propios resultados del mes de abril, y, aunque insisten en no hacer caso a las encuestas, la realidad es que unas nuevas generales abren un periodo de dudas inevitable. En este contexto, la imputación de Aguirre y Cifuentes (madrinas políticas de los actuales líderes del PP de Madrid), que desfilarán por el juzgado para declarar los días 1 y 18 de octubre, llegarán en un momento clave. "Es algo absolutamente inoportuno para el PP", insisten algunos miembros de algunos gobiernos de coalición.

El ofrecimiento del PP a Ciudadanos para constituir una posible coalición electoral —en caso de que finalmente las elecciones se repitieran en noviembre— bajo la marca España Suma tiene una respuesta más que oficial. Dirigentes de la formación llevan días descartando por completo esa posibilidad y el propio líder naranja —que el lunes reapareció formalmente en el curso político tras más de un mes de silencio— lanzó el mensaje que acompañará a su partido durante las próximas semanas: "España suma, pero la corrupción resta". La frase no era casual. Horas después, la Audiencia Nacional confirmó la imputación de Esperanza Aguirre y Cristina Cifuentes en una pieza separada de la trama Púnica adelantada por este diario hace días. Empieza el baile de otro otoño caliente en el juzgado.

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