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26 suicidios, 25 sobredosis... Las cárceles de España superan ya los 100 muertos este año
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"Seguramente haya más que no están"

26 suicidios, 25 sobredosis... Las cárceles de España superan ya los 100 muertos este año

Los sindicatos señalan que muchas de estas muertes se podrían evitar si aumentasen las plantillas. En 2018, hubo 210. Supone una tasa de tres fallecimientos por cada 1.000 internos

Foto: Cárcel de Mansilla de las Mulas (León). (EFE)
Cárcel de Mansilla de las Mulas (León). (EFE)

12 de agosto de 2019: muere un interno por enfermedad en la prisión de Estremera (Madrid). 10 de agosto de 2019: un recluso del centro penitenciario de Badajoz se autolesiona. Atendido por los servicios médicos de la propia prisión y tras varios intentos de reanimación, muere. 7 de agosto de 2019: una interna del Hospital Psiquiátrico de Fontcalent (Alicante) se ahorca con un trozo de sábana en una zona donde no hay cámaras de seguridad. 30 de julio de 2019: dos presos se pelean en su celda de la prisión de Foncalent porque los ronquidos de uno molestan al otro. Uno de ellos muere. 28 de julio: uno de los presos más peligrosos de España (condenado a 138 años y con fugas en su historial) fallecía en el Hospital de León a los 54 años tras no superar una larga enfermedad.

La lista se completa con 103 nombres, 103 historias, las de los reclusos que han muerto este año en las cárceles españolas, una estadística que supera ya la simbólica cifra del centenar. El recuento lo lleva la asociación de trabajadores penitenciarios Tu Abandono Me Puede Matar, que recalca que "no se trata del número oficial, ya que solo contabilizamos las muertes que nos comunican los compañeros. Seguramente haya más que no están", según Manuel Galisteo, coordinador general de dicha organización. El listado intenta incluir la causa del fallecimiento: 26 suicidios, la mayoría por ahorcamiento, 25 por supuestas sobredosis, varios infartos y otros 25 por causas naturales o enfermedades.

Foto: Piscina cubierta de la nueva cárcel de Archidona, en Málaga, abierta este año pero que aún no funciona porque hay pocos presos. Foto: Agustín Rivera

También hay casos sin resolver y sucesos extraños. Como el del pasado 7 de julio en la cárcel de Murcia, cuando un recluso fue encontrado gravemente herido en su celda con cortes en el cuello y en los brazos, al parecer producidos por una de las latas de atún que se venden en el economato de la cárcel. Se investiga si fue un suicidio o no. A finales de mayo, otro recluso fallecía por inhalación de humo en la cárcel de Teixeiro (A Coruña) después de que prendiera fuego dentro de su celda con la intención de agredir a los funcionarios que acudiesen alertados por el fuego.

Desde Instituciones Penitenciarias, que no confirma los datos contabilizados por la asociación de funcionarios, señalan que las cifras no son nada alarmantes, ya que la tasa de muertes en las prisiones se sitúa en tres por cada 1.000 reclusos, muy por debajo de la mortalidad de la población española, que según el INE es de nueve por cada 1.000 habitantes. En 2018 fallecieron 210 presos, cuando en 2017 hubo 147 muertes, según una reciente respuesta parlamentaria al diputado de Bildu Jon Iñarritu.

El dato más llamativo de la respuesta parlamentaria es que entre los fallecidos de 2018 había 61 muertos por drogas, algo más de un 29%. En 2017 solo hubo 28 muertos por sobredosis. 2018 también se cerró con 33 suicidios. Donde más, en la cárcel de Badajoz, con cuatro casos. 2017 contabilizó 27 suicidios. En lo que va de año, el 'ranking' lo encabeza la prisión de Navalcarnero, con dos. Ambos por ahorcamiento. Un informe realizado por el sindicato Acaip revela que entre los años 2000 y 2017 se produjeron en las cárceles españolas 470 suicidios. El listado lo lidera el hospital psiquiátrico de Alicante, con 31 casos.

Los sindicatos penitenciarios destacan que la población reclusa asume muchos de los factores de riesgo asociados al suicidio, como el aislamiento social, problemas jurídicos, abuso de alcohol y drogas, trastornos mentales... Galisteo, de la asociación Tu Abandono Me Puede Matar, señala a El Confidencial que muchas de las muertes que se producen en prisión podrían evitarse si aumentase la plantilla de funcionarios. "Obviamente, no nos referimos a las muertes por causas naturales o enfermedades, sino a los suicidios o las sobredosis".

placeholder Exterior de la cárcel de Estremera. (J.C.)
Exterior de la cárcel de Estremera. (J.C.)

"No olvidemos que este trabajo conlleva interactuar con el recluso, y una mejora de la plantilla supondría más personal y medios para controlar a los internos y poder detectar esos casos que terminan en suicidios o problemas con las drogas. Si no hay personal, se reducen los cacheos, la observación y la vigilancia, y eso se traduce en sobredosis, peleas y suicidios", concluye Galisteo. Su asociación contabiliza en 3.400 las vacantes de la plantilla penitenciaria. "Hemos estado cinco años sin oposiciones. Estas se ha producido en 2017, 2018 y 2019, pero son insuficientes". En 2019, por ejemplo, se producirán 654 bajas en el cuerpo de ayudantes, cuando Interior solo ha sacado 831 nuevas plazas. "Así es imposible reducir la brecha".

Desde el sindicato mayoritario de prisiones, Acaip-UGT, coinciden en señalar que el déficit de funcionarios influye a la hora de no detectar, por ejemplo, muchos casos de suicidio que se podrían evitar. "Se está dejando que el sistema penitenciario se vaya degradando. Quizá para justificar una privatización. Los sindicatos no solo somos críticos, también ofrecemos soluciones, pero estas nunca se ponen en marcha", señala el portavoz de Salud Laboral de Acaip-UGT. Ese déficit de la plantilla no solo se está produciendo en los funcionarios de vigilancia, también en el personal médico y de enfermería.

No solo faltan funcionarios de vigilancia, también personal médico y de enfermería. La reducción ha sido de un 40% en los últimos tres años

Según la Confederación Estatal de Sindicatos Médicos (CESM), solo hay 212 facultativos trabajando en las cárceles españolas para una población reclusa de 59.300 internos (datos de mayo de 2019), una reducción del 40% de médicos en los últimos tres años. Desde Acaip señalan, por ejemplo, que en la prisión de Picassent (Valencia) debería haber 21 facultativos y solo hay seis. "¿Cuántas de esas muertes se producen por ingesta masiva de medicamentos? Hay internos que reciben su tratamiento el viernes para todo el fin de semana, para que se autodosifiquen las pastillas porque no hay personal para dárselas sábados y domingos".

12 de agosto de 2019: muere un interno por enfermedad en la prisión de Estremera (Madrid). 10 de agosto de 2019: un recluso del centro penitenciario de Badajoz se autolesiona. Atendido por los servicios médicos de la propia prisión y tras varios intentos de reanimación, muere. 7 de agosto de 2019: una interna del Hospital Psiquiátrico de Fontcalent (Alicante) se ahorca con un trozo de sábana en una zona donde no hay cámaras de seguridad. 30 de julio de 2019: dos presos se pelean en su celda de la prisión de Foncalent porque los ronquidos de uno molestan al otro. Uno de ellos muere. 28 de julio: uno de los presos más peligrosos de España (condenado a 138 años y con fugas en su historial) fallecía en el Hospital de León a los 54 años tras no superar una larga enfermedad.

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