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Alarm Phone: así funciona la centralita a la que piden socorro las pateras desde 2014
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Han atendido SOS de 2.700 barcos

Alarm Phone: así funciona la centralita a la que piden socorro las pateras desde 2014

La pasada semana, la organización fue alertada de cinco embarcaciones que se encontraban en peligro, tras lo que el Open Arms y el Viking Ocean acudieron al rescate de dos de ellas

Foto: Imagen de archivo de un rescate de Médicos sin Fronteras en el Mediterráneo. (EFE)
Imagen de archivo de un rescate de Médicos sin Fronteras en el Mediterráneo. (EFE)

No cuentan con barcos ni helicópteros, pero su labor se ha vuelto crucial para salvar vidas en el Mediterráneo. El trabajo de Alarm Phone, una organización compuesta por alrededor de 200 activistas, se resume en once dígitos: +334 86 51 71 61. Ese es el número que teclean los migrantes que necesitan ser rescatados en mitad del mar, llamadas que llegan desde pateras que están a punto de hundirse o a la deriva. Una vez reciben el aviso, los miembros de Alarm Phone ponen en marcha su maquinaria: contactan a los guardacostas para decirles dónde se encuentran y, si tienen conocimiento de que alguna ONG navega por la zona, intentan hacerle llegar su mensaje. "Desde que empezamos en octubre de 2014, hemos atendido llamadas de socorro de unos 2.700 barcos", comenta Maurice Stierl, miembro de la organización.

Múltiples rescates de ONG como Open Arms han sido posibles gracias a la centralita de Alarm Phone. Sin ir más lejos, la pasada semana sus activistas fueron alertados de cinco embarcaciones que se encontraban en peligro, tras lo que avisaron a las correspondientes autoridades marítimas. Tres de ellas las interceptó Libia, pero el Open Arms y el Ocean Viking, de Médicos Sin Fronteras y SOS Méditerranée, dieron con las otras dos a tiempo y rescataron a 120 migrantes. Según explica Stierl, la operación más complicada la llevó a cabo el segundo barco: tras una primera llamada, perdieron la comunicación con los migrantes durante varias horas, temiendo entonces que su teléfono se hubiese quedado sin batería y ya no pudiesen encontrarles.

Más que una ONG, Alarm Phone se presenta como "una red de activistas", comenta Stierl. Su trabajo, de hecho, les lleva a tratar con países como Libia, a cuyas autoridades se ven obligadas a avisar "de mala gana" cada vez que una embarcación se encuentra en peligro en sus aguas. "Además de los barcos rescatados por Open Arms y SOS Méditerranée, otros grupos no tuvieron la misma suerte. Ayer estuvimos en contacto con un bote interceptado y llevado nuevamente a Libia", denunciaba la organización este mismo sábado a través de Twitter. "Nos rogaron que no se informara a Libia. Entre ellas, mujeres embarazadas que estaban enfermas y una persona gravemente herida. Solo querían continuar hacia el norte y llegar a Europa. Regresar a Libia significaba volver al infierno, pero no pudimos ayudarlos".

Desde su puesta en marcha en 2014, la organización pone el foco en las tres principales rutas del Mediterráneo: de Turquía a Grecia, de Marruecos a España y de Libia o Túnez a Italia. En lo que se refiere a las dos primeras, Stierl comenta que las conexiones "no son tan malas" y que es habitual que lleven algún teléfono móvil, lo que les facilita su trabajo a la hora de conocer la ubicación exacta de la patera. En la zona central del Mediterráneo, sin embargo, las opciones se reducen: "Ahí necesitan un teléfono vía satélite". Respecto a cómo consiguen los migrantes este tipo de dispositivos, Stierl no descarta que en ocasiones las propias mafias se los faciliten: "Son muchas las preguntas que nos gustaría hacerles cuando llegan y no podemos... Pero al final nuestro objetivo es conseguir que se les rescate".

El Open Arms evacúa a dos mujeres enfermas y a sus familiares a Malta

El teléfono de Alarm Phone se ha dado a conocer gracias a las redes sociales y al boca a boca entre comunidades de migrantes. "Algunos de los miembros que conforman la red tuvieron que cruzar en su día las mismas rutas, por lo que tenemos contactos que nos han permitido que el número sea conocido", asegura Stierl. Las llamadas de socorro, sin embargo, no siempre llegan desde las propias pateras, a veces también les contactan personas que se presentan como familiares o conocidos de los migrantes. "En esos casos, nuestro trabajo se complica, porque hasta que no sabemos el lugar exacto en que se encuentra la embarcación y confirmamos el aviso, no podemos avisar para que lleven a cabo el rescate".

Al erigirse como una centralita para pateras, Alarm Phone depende en gran medida de la respuesta que dan las autoridades marítimas a sus avisos. Pese a ello, sus promotores no dudan en criticar la gestión que llevan a cabo los países del Mediterráneo de la gestión migratoria, denuncia que se refleja en la fecha en que decidieron crear la organización: octubre de 2014, un año después de que 268 sirios se ahogaran frente a Lampedusa mientras Malta e Italia se pasaban de una a otra la responsabilidad de acudir a su rescate. Este afán por desmarcarse de las autoridades les ha permitido alcanzar un objetivo que Stierl subraya una y otra vez a lo largo de la entrevista: "Hemos ganado mucha confianza en las comunidades de migrantes". A punto de cumplirse cinco años desde su creación, llamar al +334 86 51 71 61 se ha convertido en el último recurso para los migrantes que necesitan ayuda en el Mediterráneo.

No cuentan con barcos ni helicópteros, pero su labor se ha vuelto crucial para salvar vidas en el Mediterráneo. El trabajo de Alarm Phone, una organización compuesta por alrededor de 200 activistas, se resume en once dígitos: +334 86 51 71 61. Ese es el número que teclean los migrantes que necesitan ser rescatados en mitad del mar, llamadas que llegan desde pateras que están a punto de hundirse o a la deriva. Una vez reciben el aviso, los miembros de Alarm Phone ponen en marcha su maquinaria: contactan a los guardacostas para decirles dónde se encuentran y, si tienen conocimiento de que alguna ONG navega por la zona, intentan hacerle llegar su mensaje. "Desde que empezamos en octubre de 2014, hemos atendido llamadas de socorro de unos 2.700 barcos", comenta Maurice Stierl, miembro de la organización.

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