La víctima de la 'Manada de Bilbao' admite que estuvo esa tarde con el presunto agresor
Reconoció que ella y su amiga habían pasado varias horas de la tarde con el hombre del tatuaje en el cuello en la estación del tren
La joven que ha denunciado haber sido víctima de una supuesta agresión sexual grupal en Bilbao se ha retractado de su primera declaración y ha reconocido ahora ante la Ertzaintza que, pese a lo que dijo en un primer momento, sí había pasado la tarde en la estación de autobuses con el supuesto agresor —al que identificó por el tatuaje de un búho en el cuello— y con una amiga. Al parecer, el testimonio de esta confirmando que los tres habían pasado varias horas esa tarde juntos ha sido decisivo para que la joven cambiara su declaración.
La muchacha, que sufre un 33% de discapacidad intelectual, había declarado ante los investigadores, en un primer momento y tras presentar la denuncia, que nunca antes de la noche de los hechos había visto a ninguno de los seis supuestos agresores. Pese a la insistencia de los policías, la víctima, de 18 años, mantuvo en todo momento que nunca antes los había visto ni estado con ellos —cuatro hombres de origen marroquí y dos de origen argelino—.
En un primer momento y tras presentar la denuncia, dijo que nunca antes de la noche de los hechos había visto a los seis supuestos agresores
Sin embargo, ayer, los agentes interrogaron a la amiga de la chica, que reconoció que las dos habían pasado varias horas de la tarde con el hombre del tatuaje en el cuello en la estación del tren. Ella, según su declaración, se fue luego a su casa y nunca más volvió a verle. La víctima habría acudido luego sola al parque donde habrían tenido lugar las agresiones.
Con estos nuevos datos, los agentes recabaron ayer de nuevo la versión de la víctima que, después de ratificarse en su primera versión y asegurar que nunca había visto antes de esa noche al hombre del tatuaje, acabó reconociendo el encuentro de la estación al saber que su amiga así lo había afirmado. Este cambio en la declaración de la joven vuelve a hacer que todo el caso dependa de las pruebas de ADN que se están llevando a cabo ante los muchos puntos confusos que quedan aún por dilucidar.
La víctima habría acudido luego sola al parque donde habrían tenido lugar las agresiones
La chica aseguró que tras llegar al parque fue agredida sexualmente, pero no pudo precisar el número de los agresores. También habló de que fue obligada a punta de pistola, un arma que nunca se encontró. La joven identificó a los seis supuestos agresores esa madrugada después de acudir a la comisaría y desde una furgoneta con los cristales tintados. Identificó al hombre del tatuaje del búho en el cuello y el chándal negro que vestía otro de los hombres. No hubo una rueda de reconocimiento posterior.
Los sospechosos niegan conocerla
Ahora, el juez ha tomado declaración tanto a estos dos encarcelados como a los cuatro que han quedado en libertad con medidas cautelares. De los dos sospechosos en prisión, uno no ha querido declarar, y los otros cuatro en libertad han asegurado que jamás habían visto a la muchacha.
Por todo lo anterior, es vital ahora lo que pueda determinar el ADN analizado del cuerpo de la muchacha. Los forenses ya han establecido lesiones que pueden ser compatibles con una agresión sexual, pero será el ADN el que determine desde el número de agresores a su identidad y convierta a los sospechosos en culpables o los acabe exonerando.
La joven que ha denunciado haber sido víctima de una supuesta agresión sexual grupal en Bilbao se ha retractado de su primera declaración y ha reconocido ahora ante la Ertzaintza que, pese a lo que dijo en un primer momento, sí había pasado la tarde en la estación de autobuses con el supuesto agresor —al que identificó por el tatuaje de un búho en el cuello— y con una amiga. Al parecer, el testimonio de esta confirmando que los tres habían pasado varias horas esa tarde juntos ha sido decisivo para que la joven cambiara su declaración.