Casado desafía a sus barones con Álvarez de Toledo y se rodea de incondicionales

Un año después de llegar a la presidencia del PP y tres meses después del fracaso electoral del 28-A, Pablo Casado ha terminado de formar su equipo de oposición en el Congreso y el Senado con dirigentes de su absoluta confianza personal en todos los cargos, el mismo criterio que aplica y amplía al tiempo para remodelar la dirección del partido. Cayetana Álvarez de Toledo al frente del Grupo Popular en la Cámara Baja, Javier Maroto de portavoz en el Senado y los ascensos de Ana Beltrán, Antonio González Terol y Pablo Montesinos en el comité de dirección conforman las novedades y los refuerzos del nuevo aparato casadista del PP.

Sobre el desmantelamiento del marianismo acometido en las listas electorales, Casado se libera en la sede de Génova de las antiguas cuotas de partidarios de María Dolores de Cospedal y de Alberto Núñez Feijóo, los dos dirigentes decisivos que le ayudaron a imponerse a Soraya Sáenz de Santamaría en la pugna por suceder a Mariano Rajoy.

La Junta Directiva Nacional, máximo órgano del PP entre congresos, se reunió en Madrid para que Casado presentara las decisiones sobre los cambios y nombramientos en su equipo sin margen para la crítica. Los dirigentes que habían expresado en público o en privado sus recelos ante el nombramiento de Álvarez de Toledo no pudieron o no quisieron asistir a la reunión. Son los casos del presidente de la Xunta de Galicia, de Juan Manuel Moreno (tenía reunión de su consejo de gobierno) y del presidente del PP en el País Vasco, exministro y exportavoz parlamentario de Rajoy, Alfonso Alonso.

Feijóo se ocupó de hacer llegar el mensaje de que aceptaba e invitaba a aceptar por disciplina de partido la elección de la ahora diputada por Barcelona como responsable del grupo parlamentario. El tiempo permitirá juzgar si Casado acierta, vino a decir el presidente autonómico, consciente de la demostración de autoridad interna que hacía su jefe.

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El presidente del PP vuelve sobre los fichajes más llamativos y rompedores que hizo para los comicios generales con el fin de ponerlos al frente de las responsabilidades de imagen y comunicación del partido. Álvarez de Toledo se ocupará de esa tarea desde el Congreso y el periodista Pablo Montesinos, ahora diputado por Málaga, desde la sede de Génova. Releva en esa función a Marta González, vicesecretaria y teórica portavoz del partido en el último año, que nunca llegó a ejercer como tal y que regresa a la dirección del Grupo Popular como portavoz adjunta.

Recolocado Maroto como portavoz en el Senado previa designación por las Cortes de Castilla y León, pasa a ser vicesecretaria de Organización y en la práctica número tres otra dirigente del PP (presidenta del partido en Navarra) que añade la cualidad de ser una apuesta personal de Casado: Ana Beltrán.

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El sucesor de Rajoy mantiene como vicesecretarias a la exministra Isabel García Tejerina en el área de Sectorial y a Concepción Gamarra al frente de Política Social. El exalcalde de Boadilla del Monte (Madrid) y casadista de primera hora Antonio González Terol sustituye a Vicente Tirado (número dos de Cospedal) en la vicesecretaría de Política Autonómica y Local.

Queda amortizada la vicesecretaría de Estudios y Programas que dirigía Andrea Levy y, en su lugar, nace la vicesecretaría de Participación, de la que se encargará el diputado Jaime de Olano, del PP gallego. Levy, ahora concejala de Cultura, Deportes y Turismo del Ayuntamiento de Madrid, sigue en la dirección, pero como responsable del comité de derechos y garantías.