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Sánchez sale aislado de la primera votación pero entre gestos de distensión con Iglesias
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SOLO EL DIPUTADO DE REVILLA VOTA CON EL PSOE

Sánchez sale aislado de la primera votación pero entre gestos de distensión con Iglesias

La abstención a última hora de Unidas Podemos abre un resquicio a la esperanza de que haya acuerdo. Los partidos se emplazan a dos días de negociación frenética

Foto: Pedro Sánchez en la segunda jornada del debate de investidura. (EFE)
Pedro Sánchez en la segunda jornada del debate de investidura. (EFE)

La primera votación de investidura dejó a un Pedro Sánchez aislado. Solo cosechó 124 votos a favor, de los que 123 eran socialistas. En su primera ronda, el líder de los socialistas europeos, el que negocia en la UE el reparto de cargos en jornadas maratonianas, solo logró apoyo del diputado del PRC, el partido de Revilla. El balance llegó en pleno juego con Unidas Podemos sobre el reparto de carteras y en el que se abrió alguna esperanza después de que a última hora Podemos decidiera abstenerse. Dos días de debate en el Congreso dejan la impresión de que Moncloa juega fuerte: o Podemos pasa por el aro y acepta ministerios menores o irá a nuevas elecciones aunque queda un mundo, 48 horas que decidirán todo después de tres meses de parálisis.

Votación de la sesión de investidura

La bronca entre Pablo Iglesias y Pedro Sánchez el día anterior dejó réplicas en el Congreso. Los diputados seguían intentando calibrar el roto. ¿Era solo teatro? ¿Una forma de rebajar el acuerdo? ¿O realmente Sánchez quiere nuevas elecciones antes que gobernar con Podemos? “Nos valen las dos cosas. O pasan por el aro o a elecciones, que nosotros no vamos a bajar”, resume con crudeza un socialista de los que no ve nada claro que Podemos entre en el Gobierno. Pasar por e aro es aceptar lo que Podemos definió como ministerios decorativos, carteras sin apenas competencias.

Unidas Podemos temió verse votando con Vox pero el no de ERC y Bildu aisló a Sánchez


La vicepresidenta, Carmen Calvo, hizo un intento por rebajar la tensión. O por seguir culpando a Unidas Podemos si hay fracaso. “El PSOE no tiene políticas decorativas nunca”, dijo a la prensa en el patio del Congreso en su tono solemne. Respondía medio día después a la reprimenda de Iglesias en el pleno que dejó callados a todos y en el que acusó al PSOE de ofrecerles sillones solo decorativos. Calvo vino a admitir que el PSOE aceptaba que Irene Montero fuese vicepresidenta aunque Podemos considera que la oferta es un cascarón vacío. Por si hay nuevas elecciones, PSOE y Podemos siguen instalados en lo que llaman “el relato”, ver quién sería visto como responsable por los electores de que España parezca condenada a encadenar Gobiernos precarios y repetir elecciones.

Dentro de ese relato, Unidas Podemos quería presentar a Sánchez aislado. Dar un baño de humildad al líder de los socialistas europeos, que si no hay acuerdo solo pueda volar a París o Bruselas con plomo en las alas, sin más apoyo que sus diputados. Al final, y como gesto, Unidas Podemos optó por abstenerse. La decisión la tomaron tras escuchar a la portavoz del PSOE, Adriana Lastra, que hizo un discurso mucho más templado que el de Sánchez el día anterior. Fue tan de última hora el cambio que Irene Montero, número dos del partido y previsible vicepresidenta si hay acuerdo, votó que no desde casa.

El PP, Ciudadanos, Vox, ERC, Junts, Navarra Suma y Coalición Canaria votaron en contra y se abstuvieron Unidas Podemos, PNV, Bildu y Compromís. En total, 124 votos a favor, 52 abstenciones y 170 votos en contra. En 48 horas se repite y le vale tener más síes que noes.

placeholder El secretario general de Podemos Pablo Iglesias (i), en el hemiciclo. (EFE)
El secretario general de Podemos Pablo Iglesias (i), en el hemiciclo. (EFE)

ERC se decantó finalmente por el no, aunque advirtió de que si hay acuerdo PSOE-Unidas Podemos podría abstenerse el jueves. El portavoz de los republicanos, Gabriel Rufián, mostró su nuevo tono de portavoz responsable e hizo autocrítica sobre sus antiguos 'shows' en la Cámara. En el Parlamento ha habido muchas transformaciones -Esteban González Pons era el perro de presa del PP y hoy es de los mejores oradores de Bruselas- pero la de Rufián está en la cumbre.

Rufián pidió una mesa de partidos para aterrizar el 'procés' y Sánchez lo aceptó, aunque recordó que ya hay una mesa en Cataluña que de poco sirve. Sánchez iba menos revolucionado que el día anterior aunque en un momento dejó escapar que el acuerdo con Podemos está en el alambre. “Propongo que si no hay acuerdo porque es muy difícil, por no decir imposible, lo que se está planteando por parte de alguna fuerza política, que eche a andar la legislatura y empezamos a resolver las urgencias que tienen los españoles”.

Lastra fue más conciliadora que Sánchez el día anterior: "La izquierda sabe entenderse"


La portavoz del PSOE, Adriana Lastra, también fue más conciliadora e insistió en que “la izquierda sabe entenderse” para que “mejoren las condiciones de la mayoría social del país”. Tradicionalmente el discurso del portavoz del partido del Gobierno es inane, pero en este caso había interés por ver el tono, por si había algún guiño a Podemos después de que el día anterior Sánchez se enzarzara con Iglesias. Lastra, que tiene buena relación con Irene Montero, ofreció una mano tendida. En Unidas Podemos han lamentado que no haya tenido más protagonismo en las negociaciones. Su discurso cambió el semblante y el voto en Unidas Podemos y con ello el ambiente en el Congreso.

Antes de eso, la oposición fue desfilando para criticar a Sánchez. El segundo día le tocó el turno a los partidos minoritarios pero incluso los que estaban dispuestos a abstenerse o a votar a favor le reprocharon su inmovilismo. Ana Oramas, portavoz de Coalición Canaria, partido que ha sido expulsado por el PSOE en las islas, fue crítica: “Sus apoyos solo los ve usted porque no los tiene y sube a esta tribuna a culparnos a todos. No, señor, se está demostrando que no ha pactado nada con nadie. Ha montado un teatrillo. Quiere un gobierno gratis total”.

Joan Baldoví (Compromís), uno de los diputados más favorables al acuerdo pero que al final se abstuvo, le espetó: “Sus intervenciones parecen buscar la rendición al amado líder que nos llevará al paraíso con 123 diputados porque su partido tiene 140 años y los partidos de 140 años saben gobernar y los demás no”. El PNV se sumó a la abstención y pidió a Sánchez que ceda. Pero advirtió de que la legislatura podía entrar en una repetición del último año, con un Gobierno legislando por decreto ley para sortear al Parlamento y sin apoyos firmes. El jueves a la una y media, el Congreso está citado de nuevo para votar una segunda investidura. Si Sánchez no sale elegido empezará el descuento para nuevas elecciones.

La primera votación de investidura dejó a un Pedro Sánchez aislado. Solo cosechó 124 votos a favor, de los que 123 eran socialistas. En su primera ronda, el líder de los socialistas europeos, el que negocia en la UE el reparto de cargos en jornadas maratonianas, solo logró apoyo del diputado del PRC, el partido de Revilla. El balance llegó en pleno juego con Unidas Podemos sobre el reparto de carteras y en el que se abrió alguna esperanza después de que a última hora Podemos decidiera abstenerse. Dos días de debate en el Congreso dejan la impresión de que Moncloa juega fuerte: o Podemos pasa por el aro y acepta ministerios menores o irá a nuevas elecciones aunque queda un mundo, 48 horas que decidirán todo después de tres meses de parálisis.

Pedro Sánchez Gabriel Rufián Carmen Calvo PNV Esquerra Republicana de Catalunya (ERC)
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