El confidente vivo, el imán muerto y la teoría zombi de los atentados de La Rambla
El imán Abdelbaki Es Satty murió en una explosión en Alcanar (Tarragona) la noche antes de los atentados. El testigo B-5 sigue vivo y habla de vez en cuando con el autor de este artículo
El jefe de los terroristas de La Rambla y Cambrils no es el confidente que colaboró con la policía judicial en una operación antiterrorista en 2006. Durante esta semana, el diario 'Público' ha asegurado tener nuevas evidencias de la supuesta vinculación del Centro Nacional de Inteligencia con el líder de la célula que atentó en Cataluña el 17 de agosto de 2017. El problema es que lo que está probado no es nuevo; y lo que es nuevo no está probado. Que el imán de Ripoll y el confidente de Vilanova sean la misma persona, como sostenía ese diario el miércoles, es radicalmente falso.
El confidente de Vilanova declaró como testigo protegido en el caso Chacal de 2006. El imán de Ripoll radicalizó a los jóvenes terroristas de 2017. Los dos se conocían y alguna vez se fueron juntos de putas. Pero son dos hombres distintos. Y solo uno sigue vivo.
Que el imán de Ripoll y el confidente de Vilanova sean la misma persona es radicalmente falso
El imán Abdelbaki Es Satty murió en una explosión en Alcanar (Tarragona) la noche antes de los atentados. El testigo B-5 sigue vivo y habla de vez en cuando con el autor de este artículo. De hecho, El Confidencial publicó un reportaje sobre yihadismo en marzo que incluía declaraciones de ese testigo y confidente que, entre otras cosas, se referían a una visita conjunta a las prostitutas de la autopista de Castelldefels, lejos de los valores que el imán predicaba. El testigo B-5 es marroquí, está casado, vive entre dos aguas entre su país y el extrarradio de Barcelona y tiene tres hijos. Las conversaciones se enmarcan en el contexto de una investigación que dará como resultado la publicación de un libro por la editorial Ariel en 2020.
El 31 de enero de 2019 nos vimos en una cafetería de Barcelona. Le pregunté por el imán de Ripoll.
PREGUNTA. ¿Tú lo conociste?
RESPUESTA. Hombre, vivió conmigo un mes y medio o dos meses en Vilanova. Pero no estaba mucho, él siempre estaba de paso… Este hombre está muerto, pero qué te digo, tenía como una doble vida.
Con lo de "doble vida" el confidente se refería a las putas y al tráfico de drogas. "Su tierra es la tierra del hachís", apuntó más adelante. Entonces, ¿era el imán también informante policial? Ni el confidente de Vilanova lo sabe, ni en los 16.000 folios que he leído del sumario de aquel caso Chacal de 2006 existen pruebas para afirmarlo.
Fuera del sumario, las tres fuentes policiales (dos de Mossos d’Esquadra y una de Guardia Civil) y las siete personas del entorno de Es Satty entrevistadas, tampoco lo afirman.
Con lo de "doble vida" se refería a las putas y al tráfico de drogas. "Su tierra es la tierra del hachís"
Es cierto que Es Satty, el imán que lideró el grupo de yihadistas imberbes de Ripoll, recibió una visita de dos agentes del CNI en marzo de 2014, mientras estaba recluido en la cárcel de Castellón cumpliendo una condena de cuatro años por tráfico de hachís. No fueron los únicos agentes que se reunieron con él en prisión. Dos años antes, entre abril y junio de 2014, Es Satty había recibido la visita de dos agentes de información de la Guardia Civil. Ocurrió en tres ocasiones. Todo ello consta oficialmente en el sumario de los atentados del 17A que deberá enjuiciar la Audiencia Nacional en fecha por determinar. Y todo se sabía ya.
¿Significa eso que el CNI tuvo a sueldo al imán de Ripoll, y este habría actuado como un agente doble, en el sentido de informar al Centro al mismo tiempo que preparaba los atentados? No hay un ningún indicio que permita sostener esa ac@usación y aún menos insinuar que los atentados de La Rambla y Cambrils podrían haber sido acciones de terrorismo de Estado. Que los servicios de información -sean del cuerpo que sean- contacten con delincuentes y sospechosos radicales es parte esencial de su trabajo.
Al mismo tiempo, es verdad que las huellas de Es Satty en el sumario de Chacal de 2006 suscitan interrogantes sobre cómo pudo salir indemne de aquella operación en la que fueron detenidos una veintena de sospechosos de su entorno. El dato más sorprendente es que la policía solicitó "el cese" de las escuchas a su línea telefónica antes de que concluyera el primer plazo, algo absolutamente excepcional y que no se dio en ninguna de las otras 200 intervenciones telefónicas del caso. Se trataba de los mismos policías que un mes antes lo habían señalado entre varios "elementos radicales islámicos" de Vilanova y, en concreto, lo calificaban como "uno de los más importantes".
Pero entre 2006 y 2017 transcurrieron 11 años. Además, la Policía Nacional y el CNI tienen dos estructuras de información muy distintas.
El serial de artículos de 'Público' sobre la supuesta vinculación del CNI con el jefe de los terroristas de Ripoll se apoyaba hasta el miércoles 17, sobre todo, en un informe que el propio Centro habría elaborado para la Fiscalía y los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado, los Mossos d’Esquadra incluidos. Todo ello en el marco de la investigación sobre los atentados del 17A. Los terroristas asesinaron a 16 personas e hirieron a más de un centenar.
En teoría, dicho informe demostraría que el CNI seguía de cerca los pasos de los terroristas y que incluso escuchaba sus conversaciones hasta pocos días antes de los atentados. Pero hasta el pasado jueves por la noche, 'Público' no admitió que ese informe se había realizado después de los atentados, fruto de una investigación a 'posteriori' de los hechos.
Pablo Iglesias da por buena la teoría
Por lo general, los medios editados desde Madrid han ignorado los artículos de 'Público' tal y como denuncian desde ese mismo diario. Pero el miércoles el líder de Unidas Podemos, Pablo Iglesias, se unió al coro de los que dan por buena la teoría de las relaciones estrechas entre el imán y el CNI. Criticó que otros medios no se hicieran eco de la información del diario que dirige Ana Pardo de Vera. Mientras, la radio y la televisión catalanas han desayunado cada mañana comentando lo publicado la noche anterior por 'Público'.
En la entrega del miércoles 17, el diario remontaba la colaboración de Es Satty con los Cuerpos y Fuerzas de seguridad del Estado hasta la llamada Operación Chacal, desarrollada en Vilanova i la Geltrú en 2006. Es Satty, que había sido imán también en la llamada "mezquita de la playa" de esa ciudad de la comarca del Garraf, no fue detenido ni citado como testigo, a pesar de sus –estos sí— evidentes y probados vínculos con los principales sospechosos que se recogen en el sumario del caso.
A raíz de esa omisión y aventurando juicios de probabilidad sobre hechos no demostrados, 'Público' afirma que Es Satty era el testigo protegido de la Guardia Civil en la Operación Chacal. "Es inexplicable, si no, el hecho de que al ejecutarse la operación policial que conllevó la detención de más de 20 personas investigadas, justamente Es Satty no estuviese entre ellas", asegura 'Público'. Todo encajaba, salvo la realidad.
El 29 de enero de 2019, en el contexto de la investigación que llevo a cabo para escribir el libro, entrevisté también al capitán de la Guardia Civil que en noviembre de 2005 había solicitado al juez que reconociera la condición de testigo protegido a B-5. El jueves pasado, después de leer lo último publicado sobre el imán de Ripoll, lo llamé por teléfono: "Es Satty no era el testigo protegido", reiteró. "Lo sé yo y lo sabe su señoría", añadió en referencia a Fernando Andreu, el juez que otorgó esa protección al confidente el 14 de noviembre de 2005. La identidad de B-5 es comprobable porque consta en el expediente de la causa de la Audiencia Nacional.
"Es Satty no era el testigo protegido", reiteró. "Lo sé yo y lo sabe su señoría" aseguró el capitán de la Guardia Civil
La gravedad de la acusaciones periodísticas sin contrastar radica en el argumento de que esos supuestos descubrimientos movilizan a los adeptos de una causa ideológica partiendo de un infundio. Que el Centro Nacional de Inteligencia, es decir, el Estado, tenía controlados a los terroristas de La Rambla y Ripoll y que no hizo lo necesario para evitar los asesinatos es una afirmación no demostrada y de la que no hay pruebas. Dado que los atentados tuvieron lugar un mes y medio antes del referéndum del 1 de octubre, la teoría cuadra el círculo de la conspiración: los asesinatos fueron orquestados por el Gobierno central para golpear las aspiraciones independentistas.
Pero la primicia de esa supuesta doble identidad de Es Satty, que convertiría su presunta colaboración con los servicios de Inteligencia en una relación confidencial de trece años, de Vilanova a Alcanar, no solo no es veraz, sino que tampoco es nueva. No es una exclusiva de 'Público'.
El 3 de septiembre de 2018, 'The Intercept', el medio dirigido por el afamado reportero de investigación Glenn Greenwald y ganador de un premio Pulitzer, ya publicó un reportaje que incluía ese mismo error que ahora reproduce Carlos Enrique Bayo en 'Público': "La documentación judicial sugiere que un confidente de Chacal –cuyo nombre en código era 'B-05'— era de hecho Es Satty", sostenía aquella pieza. El reportaje, 'The Road to Las Ramblas', firmado por un reportero afincado en Barcelona, amortiguaba, sin embargo, su tesis con declaraciones de una de las abogadas del caso. Según la letrada María Teresa Olmeda, B-5 "podría ser cualquiera a quien la policía hubiera presionado". Cualquiera podría ser, pero no era Es Satty.
El jefe de los terroristas de La Rambla y Cambrils no es el confidente que colaboró con la policía judicial en una operación antiterrorista en 2006. Durante esta semana, el diario 'Público' ha asegurado tener nuevas evidencias de la supuesta vinculación del Centro Nacional de Inteligencia con el líder de la célula que atentó en Cataluña el 17 de agosto de 2017. El problema es que lo que está probado no es nuevo; y lo que es nuevo no está probado. Que el imán de Ripoll y el confidente de Vilanova sean la misma persona, como sostenía ese diario el miércoles, es radicalmente falso.