Gobierno y PSOE insisten: cabrían Montero o Echenique en el Ejecutivo, pero no Iglesias
Los socialistas dejan ya claramente la puerta abierta a la cúpula dirigente de Podemos, siempre y cuando su líder dé un paso atrás. Él es el "escollo", así que "todo lo demás es un escenario abierto"
El veto es solo a Pablo Iglesias. Nada más. En el Gobierno de coalición que ofrece Pedro Sánchez no cabe el jefe de Podemos, pero sí su cúpula dirigente. Sí podrían entrar cargos de primer nivel como Irene Montero, Pablo Echenique o Rafael Mayoral. Al menos, la puerta para ellos no está cerrada. Una vez que Iglesias dé un paso atrás, "todo está abierto".
Los mensajes tanto de la dirección del PSOE como del Ejecutivo en funciones este viernes fueron coincidentes: el único nombre rechazado ahora mismo es el de Iglesias. Él y solo él. Es el "escollo". El misil de que él era el "único" obstáculo para el acuerdo lo lanzó ya el presidente ayer en 'Al rojo vivo', en una entrevista en la que hablaba con naturalidad de un Gobierno de coalición en el que aceptaba a ministros morados "cualificados". Ya no dijo que tenían que tener un perfil "sectorial", como había dicho el lunes en la SER. De manera indirecta, admitía que pudieran entrar en el Gabinete miembros de la cúpula dirigente de Podemos, ya no solo técnicos.
Esa lectura también se trasladaba posteriormente en el núcleo de confianza de Sánchez, y este viernes ya quedó el escenario mucho más claro. Abrió la puerta Adriana Lastra, la vicesecretaria general, a primera hora en RNE, y también la portavoz del Ejecutivo en funciones, Isabel Celaá, en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros. La número dos no negó la opción de que integrantes "reconocidos" de Podemos como Irene Montero, Pablo Echenique o Rafa Mayoral puedan entrar en el Gabinete. El veto explícito es a Iglesias, es el "escollo". "Hablemos de la participación de otros miembros de Podemos", aseguró la número dos del PSOE. A la vez, en la Cadena SER, la propia Montero remarcaba que vetar a su secretario general es igual que vetar a todo UP.
La número dos admite que pueden entrar dirigentes "reconocidos" de la formación morada. Celaá añade que Sánchez no vetó más que a Iglesias
Celaá calcó ese mensaje de apertura a la cúpula morada. Explicó que Sánchez, durante su entrevista, dejó bien claro que admite un Gobierno de coalición sin Iglesias, porque no reúne las condiciones políticas —discrepancias de fondo en cuestiones como Cataluña—, funcionales —no controla su partido ni las confluencias— y de confianza —Iglesias dice que "no se fía" del PSOE—. "No ha dicho más de nadie. Todo lo demás es un escenario abierto", sostuvo cuando se le preguntó por nombres de la plana mayor de Podemos como el de su portavoz parlamentaria. "Yo no he hablado de Irene Montero con el presidente, pero les puedo garantizar que Pedro Sánchez fue ayer meridianamente claro y la ciudadanía lo ha recibido positivamente", respondió.
"Conocimientos técnicos y políticos"
La ministra no quiso entrar a discutir sobre nombres concretos y cuotas —¿cuántos y qué ministerios podrían corresponder a los "socios preferentes"?—, pero sí insistió en que "no es lo mismo" un perfil como Iglesias a otro como el de Montero. "No es lo mismo que en el interior de un Gobierno se produzca una discrepancia legítima con miembros de otra fuerza que con el líder de esta fuerza representativa, porque los resultados suelen ser diferentes". Es decir, que si hay un choque dentro del Ejecutivo es más difícilmente reconducible si están los dos jefes de los dos partidos que si de la formación minoritaria sólo se integran los segundos y terceros espadas.
"No es lo mismo", arguye Celaá, que dentro del Gobierno haya un choque con el líder del otro partido a que se produzca con segundos espadas
Celaá remarcó que la oferta del presidente tiene "potencia" y es "razonable" y "profundamente generosa y profundamente política", ya que se abre la puerta a "personas representativas [de Podemos] con conocimientos técnicos, desde luego" —porque "no es admisible" que no los tenga—, "y por supuesto políticos". El jefe del Ejecutivo "acepta un Gobierno de coalición, que era lo que se pedía, ¿y ahora se pide otra cosa? No tiene ningún pase".
"Tono paternalista"
Celaá aguijoneó al líder de Podemos, de nuevo reprochándole su ambición personal. "Es una pretensión inasumible sacrificar el interés general al interés de una persona. No creo que el propio Iglesias pase por ahí. No creo que lo quiera". La presión hacia él es máxima. El Ejecutivo quiere dejar claro que solo él tiene la llave del desbloqueo de la investidura, y que no la puede empantanar por su deseo de entrar en el Ejecutivo. Puso el ejemplo de lo que ocurre en Euskadi: allí hay coalición de PNV y PSE, pero la líder de los socialistas vascos, Idoia Mendia, está fuera del Gabinete. Y no es anómala esa fórmula fuera de España, señaló, porque así los máximos dirigentes pueden mantener la "libertad" de movimientos y no estar "subordinados" a la formación mayoritaria.
"Es inasumible" para Sánchez, dice la portavoz, "sacrificar el interés general al interés de una persona. No creo que Iglesias pase por ahí"
El Ejecutivo sigue defendiendo que hay "razones de peso" para decir no a Iglesias. Desde luego, sus desavenencias respecto al abordaje del conflicto soberanista —Sánchez llegó a decir ayer que necesita un vicepresidente que "defienda la democracia española", palabras que hirieron a los morados— y su falta de control sobre su formación. Pero tampoco gusta el "tono paternalista, condescendiente" que emplea respecto a que debe entrar en el Gabinete para que los socialistas "no se desvíen" y "efectivamente cumplan".
Esas apreciaciones "no son de recibo", porque el PSOE, con 140 años a sus espaldas, reivindicó la portavoz, sabe "hacer políticas sociales" y es un "partido consistente". "No hay duda al respecto".
Celaá llamó a los morados y al resto de fuerzas políticas a que no impidan la elección de Sánchez, a que pongan "en verde" la investidura porque de lo contrario habrá un "bloqueo" no deseable e incierto. Y aunque los casi tres meses transcurridos desde las generales del 28 de abril no sea un tiempo "excesivo", ya que ha habido otros comicios en medio, sí que podría haber mayores "costes de oportunidad" si la parálisis persiste. El "precio" por no tener nuevo Ejecutivo "empezaría a pagarse", incluso económicamente.
El siguiente movimiento del líder socialista se producirá "en las próximas horas", cuando telefonee a Pablo Casado, Albert Rivera y Pablo Iglesias, para instarles a que faciliten su investidura la próxima semana. Porque "no hay alternativa", repitió Celaá.
El veto es solo a Pablo Iglesias. Nada más. En el Gobierno de coalición que ofrece Pedro Sánchez no cabe el jefe de Podemos, pero sí su cúpula dirigente. Sí podrían entrar cargos de primer nivel como Irene Montero, Pablo Echenique o Rafael Mayoral. Al menos, la puerta para ellos no está cerrada. Una vez que Iglesias dé un paso atrás, "todo está abierto".