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La abstención que Sánchez pide a Iglesias deja la investidura en manos de ERC y JxCAT
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RUPTURA DE PUENTES ENTRE PSOE Y PODEMOS

La abstención que Sánchez pide a Iglesias deja la investidura en manos de ERC y JxCAT

Solo las formaciones conservadoras han adelantando ya su voto en contra, mientras que nacionalistas e independentistas se inclinan ahora por la abstención, sin descartar el voto favorable

Foto: La portavoz del grupo socialista en el Congreso, Adriana Lastra, y su homólogo de ERC, Gabriel Rufián, durante la reunión en el Congreso. (EFE)
La portavoz del grupo socialista en el Congreso, Adriana Lastra, y su homólogo de ERC, Gabriel Rufián, durante la reunión en el Congreso. (EFE)

El PSOE ha redoblado durante las últimas horas su ofensiva sobre Unidas Podemos para que se abstenga en la investidura, después de que el pasado lunes Pedro Sánchez lanzase el mensaje de que Pablo Iglesias debía ceder o, de lo contrario, acabaría "votando con Abascal no a la investidura de un candidato socialista a la presidencia del Gobierno". Solo las formaciones conservadoras han adelantado ya su voto en contra, mientras que nacionalistas e independentistas se posicionaron a favor de facilitar una investidura si había un acuerdo entre Sánchez e Iglesias y ahora se inclinan por la abstención aunque el líder socialista se presente con un proyecto en solitario. En el caso del PNV, en estos momentos se mueven entre la abstención y el sí. Gabriel Rufián tampoco descartaba este martes un voto afirmativo. Hasta JxCAT debate internamente el sentido de su voto, con un sector liderado por Artur Mas que defiende no ser parte del bloqueo. En esta tesitura, la abstención que el PSOE reclama de Unidas Podemos para gobernar en solitario podría tener un efecto bumerán al dejar la investidura en manos de los partidos independentistas, que sumarían con los socialistas más síes que los noes de PP, Ciudadanos, Navarra Suma y Coalición Canaria.

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La ficción retórica al pedir la abstención de los 42 diputados de Unidas Podemos surge exclusivamente de la sala de máquinas de los relatos y el 'marketing', pero aun así tiene el riesgo de chocar con la realidad de la aritmética. La sobreactuación puede acabar convertida en un teatro del absurdo con el foco sobre las formaciones independentistas, aunque se asegure en público tras reunirse con fuerzas como ERC que no se les reclama el voto. Y es que descontando los tres diputados suspendidos que no han renunciado a su acta (Jordi Sànchez, Jordi Turull y Josep Rull), el PSOE suma tres votos más con ERC, PNV, JxCAT, Bildu, Compromís y PRC que el bloque de la derecha (PP, Cs, Vox, NA+ y CC).

Si en la segunda votación es suficiente para sacar adelante la investidura obtener más síes que noes, el resultado sería 154 contra 151 a favor de Sánchez. Valdría también la abstención de CC y JxCAT. Lo que bien podría llamarse una 'investidura trol' que dejaría a Sánchez prácticamente inhabilitado antes de arrancar la legislatura.

El líder de Unidas Podemos se defendía de las presiones de Sánchez en una entrevista en 'La Sexta', este martes, asegurando que nada tenían que ver con Vox, aunque coincidiesen en votar no a la investidura. Con todo, en la misma entrevista se cuidaba de no cerrar la puerta a que su grupo se abstuviese en lugar de votar en contra, aunque el resultado de la consulta ratifique la opción de buscar un gobierno de coalición y Sánchez siga sin avenirse a ello. "Lo que nosotros votemos lo van a decidir los inscritos", reiteraba el líder de Podemos sin responder a la pregunta de si su voto sería no o abstención.

La ficción retórica de pedir la abstención surge de la sala de máquinas del 'marketing', pero aun así tiene el riesgo de chocar con la realidad de la aritmética

Antes de ello, la vicepresidenta Carmen Calvo había vuelto a cargar en la dirección indicada por Sánchez, afirmando que "todo apunta a que Abascal e Iglesias van a estar en la misma posición la semana que viene". El mensaje está fijado y el presidente en funciones ya anunció que esta semana llamaría a los líderes de los principales grupos para volver a solicitarles su abstención. Lo verbalizaba también la portavoz del Gobierno, Isabel Celaá: "Lo que les pedimos es que no quiebren la voluntad expresada en las urnas, que no bloqueen la investidura. Se lo estamos pidiendo por razón de Estado".

La abstención y el coste de la "pinza"

En las mismas coordenadas que Pablo iglesias se movía la portavoz del grupo confederal, Irene Montero, unas horas antes en el Congreso tras participar en la reunión de la junta de portavoces. Preguntada sobre si votarían no o abstención en caso de que las bases ratificasen el rechazo a una investidura en solitario del PSOE, respondía que "dependerá de la propuesta que Sánchez lleve al hemiciclo" en la investidura. Fuentes cercanas a la coportavoz insistían 'a posteriori' que no se abría la puerta a nada, que el sentido del voto dependería del resultado de la consulta a las bases y que si se produce una propuesta de acuerdo de Sánchez se definirá el sentido del voto. Así las cosas, en Unidas Podemos se evitaba este martes descartar la abstención, aunque combatiendo los argumentos que los vinculan con Vox si finalmente votan lo mismo.

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La imagen de Unidas Podemos votando junto a PP, Cs y Vox supondría un desgaste para la formación morada, asociando su imagen a la intransigencia. Las acusaciones a Unidas Podemos de hacer pinza con las derechas para evitar un gobierno socialista tendrían su fundamento en ello. Un marco discursivo que figuras con innegable peso mediático como Felipe González ya han puesto en circulación.

Adriana Lastra: "No me gustaría hablar en los términos de reeditar la pinza de los años 90, pero se le empieza a parecer mucho"

"La investidura fallida de Pedro Sánchez tras el acuerdo con Rivera, en marzo de 2016, que hizo fracasar la 'pinza' PP y Podemos", afirmaba el expresidente socialista en una tribuna en 'El País' publicada este martes. Ahora se ha actualizado el argumento recurriendo a la posibilidad de una pinza Podemos y Vox. La portavoz socialista, Adriana Lastra, desarrollaba esta idea tras reunirse con su homólogo del ERC, Gabriel Rufián, denunciando que "no me gustaría hablar en los términos de reeditar la pinza de los años 90, pero se le empieza a parecer mucho. Y esa es la opción que parece haber elegido el señor Iglesias". Al mismo tiempo, Lastra agradecía "el tono de ERC", aplaudiendo que "hay un cambio" en los republicanos" y coincidiendo con Rufián en que "esta debería ser la legislatura del diálogo y del entendimiento".

En este contexto, la formación morada no cierra la puerta a la abstención ante el coste que podría suponer la repetición de este mensaje durante todo el verano tras la investidura fallida. Asimismo, la abstención deja más puentes tendidos que el voto en contra para retomar las negociaciones de cara a un segundo intento en septiembre.

El PSOE ha redoblado durante las últimas horas su ofensiva sobre Unidas Podemos para que se abstenga en la investidura, después de que el pasado lunes Pedro Sánchez lanzase el mensaje de que Pablo Iglesias debía ceder o, de lo contrario, acabaría "votando con Abascal no a la investidura de un candidato socialista a la presidencia del Gobierno". Solo las formaciones conservadoras han adelantado ya su voto en contra, mientras que nacionalistas e independentistas se posicionaron a favor de facilitar una investidura si había un acuerdo entre Sánchez e Iglesias y ahora se inclinan por la abstención aunque el líder socialista se presente con un proyecto en solitario. En el caso del PNV, en estos momentos se mueven entre la abstención y el sí. Gabriel Rufián tampoco descartaba este martes un voto afirmativo. Hasta JxCAT debate internamente el sentido de su voto, con un sector liderado por Artur Mas que defiende no ser parte del bloqueo. En esta tesitura, la abstención que el PSOE reclama de Unidas Podemos para gobernar en solitario podría tener un efecto bumerán al dejar la investidura en manos de los partidos independentistas, que sumarían con los socialistas más síes que los noes de PP, Ciudadanos, Navarra Suma y Coalición Canaria.

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