La Audiencia condena a 20 años de cárcel a la auxiliar clínica de Alcalá por asesinato

La Audiencia Provincial de Madrid ha condenado a 20 años de cárcel a Beatriz López por asesinato, la auxiliar de enfermería que trabajaba en el Hospital Príncipe de Asturias de Alcalá de Henares. El juez impone esta pena después de que el jurado popular la declarase culpable por la muerte de Consuelo Doblado en agosto de 2017, una anciana de 86 años a la que introdujo aire en el sistema circulatorio aprovechándose de su condición de personal sanitario. Respecto al asesinato en grado de tentativa sobre otra paciente y el supuesto asesinato de una tercera mujer que incluían las acusaciones en sus escritos, el tribunal sigue la misma línea que el jurado y le absuelve de ambos hechos al considerar que no ha quedado probada su implicación en los mismos.

Además de la condena de cárcel, la sentencia prohibe a López desempeñar actividades como auxiliar en cualquier hospital o centro médico por un periodo de diez años, a lo que se suma que tendrá que indemnizar a los hijos de la fallecida con el pago de más de 40.000 euros. Queda también establecida la responsabilidad civil subsidiaria del Servicio Madrileño de Salud y la directa de la entidad Societé Hospitalaire Assurances Mutuelles de España S.L.

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"El día 2 de agosto de 2017, Consuelo D. F., de 86 años de edad y que se encontraba en estado de avanzada ceguera, estaba ingresada en la habitación 528 en la planta de Medicina Interna del Hospital Príncipe de Asturias a cargo de los cuidados de la acusada. En esa fecha, Beatriz L. D., con el ánimo de ocasionar la muerte a Consuelo D. F., le introdujo gas en el sistema circulatorio lo que provocó su fallecimiento a causa del fracaso cardiaco agudo desencadenado por una embolia gaseosa masiva", explica la sentencia. "Beatriz L. D. realizó los hechos aprovechando su condición de personal sanitario y la confianza generada, impidiendo así la defensa de Consuelo D. F. . La indefensión de la fallecida se deriva además de su edad, estado de salud y dependencia, y por presentar una discapacidad visual".

El sistema de grabación oculto

Durante los interrogatorios, las acusaciones pusieron el foco en una de las principales pruebas que incriminan a la auxiliar de enfermería: el sistema de grabación oculto que se instaló en 2015 en la zona del hospital en la que trabajaba y muestra cómo entró en la habitación de la paciente fallecida dos años después, en agosto de 2017. Tras mostrarse el correspondiente vídeo en la sala, López se refirió entonces a una mujer con coleta a la que vio entrar en el cuarto de la paciente: "Esa persona no la reconozco, pero sí tiene la puerta cerrada. Yo la tengo abierta en todo momento". Pero sus palabras no han convencido al tribunal.

Aunque la grabación de 2017 apuntaba de forma directa a Beatriz López, a las acusaciones les ha resultado complicado encontrar pruebas que implicaran a la auxiliar de enfermería en la muerte de Luisa Moragón en 2015 y en la supuesta tentativa de homicidio contra Josefa L. P., una paciente que, según varias de las acusaciones, sobrevivió a su ataque en 2013. El propio fiscal, que no incluía el caso de Josefa en su escrito de acusación, reconoció en la primera sesión del juicio las dificultades que entrañaba este juicio: "¿De qué se acusa a doña Beatriz? El fiscal la acusa de haber inyectado aire en las venas a dos personas que estaban enfermas, bastante mayores, y haber ocasionado con ello su muerte", comenzó diciendo. "¿Hay alguna imagen inyectándolo? No. ¿Hay algún testigo que la vio inyectarlo? No".