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El creciente peso de ICV en Catalunya en Comú amenaza con fracturar la confluencia
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EL SECTOR SOBERANISTA, ARRINCONADO

El creciente peso de ICV en Catalunya en Comú amenaza con fracturar la confluencia

A las diferencias estratégicas se suman los contactos entre el entorno de Íñigo Errejón y de ICV, con la pretensión de fondo de extender el proyecto de Más Madrid a otros territorios

Foto: La alcaldesa de Barcelona, Ada Colau (d), junto a los números dos y tres de los 'comuns', Joan Subirats (c) y Janet Sanz (i), durante una asamblea del partido. (EFE)
La alcaldesa de Barcelona, Ada Colau (d), junto a los números dos y tres de los 'comuns', Joan Subirats (c) y Janet Sanz (i), durante una asamblea del partido. (EFE)

El riesgo de fractura vuelve a asomar entre los 'comuns', espoleado por el creciente peso de ICV y el sector federalista que representa en esta confluencia, cuando aún no se han cumplido cuatro meses de la escisión soberanista liderada por la exportavoz del grupo en el parlamento catalán, Elisenda Alamany, y a la que poco después se sumó la del líder de EUiA y también diputado, Joan Josep Nuet. Sus salidas se justificaron principalmente por el cambio de rumbo supuestamente impuesto por ICV y las diferencias insalvables con los ecosocialistas que, poco a poco, han ido logrando hacer prevalecer su estrategia y hoja de ruta política, arrinconando no solo al sector más soberanista sino también a una parte de los promotores de este proyecto político pretendidamente heredero del PSUC.

A todo ello se han sumado los contactos durante los últimos días entre el entorno de Errejón y de ICV en Barcelona, con la pretensión de fondo de extender el proyecto político errejonista a otros territorios. Unos movimientos y reuniones exploratorias que han generado aún más suspicacias entre miembros de peso de los 'comuns' hacia este partido, que desde el último congreso tienen una mayor influencia y control sobre el liderazgo que ejerce Ada Colau. El proyecto político del nuevo partido de Errejón, verde y progresista, además de federalista, tiene claras similitudes ideológicas con ICV, además de que ya contaba con afinidades dentro de este sector durante su etapa como dirigente de Podemos.

Foto: Pere Aragonès, Ada Colau y Quim Torra. (EFE)

La dimisión el pasado mes de septiembre del coordinador de Catalunya en Comú y cabeza de lista en las pasadas elecciones catalanas, Xavier Domènech, que públicamente se vinculó a una decisión personal y por desgaste político, habría tenido sin embargo otras razones más ideológicas: las incoherencias que le produciría seguir la nueva estrategia con sello federalista de ICV. Soberanista convencido, que no independentista, el propio Domènech criticaba esta semana en su columna de opinión en el diario 'Ara' que la entidad Federalistes d'Esquerres (a la que está vinculado el presidente del Senado Manuel Cruz), "agrupa a personas de la órbita del PSC e ICV" y que estarían teniendo "una influencia más que creciente dentro del mundo de los comunes".

Su crítica se centraba así en la tendencia hacia un federalismo que a pesar del nombre podría convertirse en "recentralizador". Un federalismo que entre los sectores del soberanismo —confederal— que todavía forman parte de Catalunya en Comú se suele denominar como "federalismo españolista". "Decía Pi y Margall que 'no por ser descentralizador se es federal', ejemplificaba Domènech en su crítica.

En este contexto de confrontación más o menos soterrada, los 'comuns' tuvieron que afrontar un debate que ensanchó todavía más las diferencias internas en su bastión de Barcelona, al tener que decidir si pactar el gobierno municipal con ERC o inclinarse por la opción del PSC con los votos prestados de Manuel Valls. Finalmente se impuso esta segunda opción, no sin costes. En la consulta a las bases un 28,7% se decantó por un pacto con los republicanos en contra de lo defendido por la dirección, aunque ello supusiese perder la alcaldía. Las dos almas de los 'comuns', federalistas y soberanistas, se enfrentaron así a su histórico debate de prioridades nunca antes resuelto y cabalgar contradicciones. La paradoja es que el hecho de mantener la alcaldía ha ayudado a aplacar la ruptura interna, pero al mismo tiempo ha visibilizado que el riesgo de fractura está cada vez más cerca.

El escenario de las elecciones catalanas

La toma de posiciones orgánicas de ICV en los 'comuns' se ha asociado también a su mayor implantación territorial y experiencia institucional, previa al surgimiento de la confluencia. David Cid, Marta Ribas, Ernest Urtasun o la teniente alcaldesa Janet Sanz son algunos de sus dirigentes con una influencia cada vez mayor en la organización, como ya se vio en las negociaciones para la investidura en el Ayuntamiento de Barcelona.

Catalunya en Comú encara así en una complicada situación las elecciones catalanas, que previsiblemente se adelantarán a otoño. A la amenaza de profundizarse la fractura interna se añade, como consecuencia de ello, una cierta crisis de identidad o, al menos, de cambio de estrategia. Un viraje condicionado por la decisión tomada para la investidura en Barcelona y las dificultades para reeditar un 'tripartit' junto a ERC y PSC. Los republicanos se ven ahora con media campaña hecha contra su rival a la izquierda, que por su componente soberanista se pelea con ERC por un considerable nicho de votantes. Lo mismo ocurre con el PSC, que además recuperaron en las municipales de Barcelona su hegemonía en los barrios obreros del cinturón rojo, que en las municipales de 2015 se habían decantado a favor de los 'comuns'.

La transversalidad que los 'comuns' habían mimado desde sus inicios está en jaque. Una tradición, la de 'un sol poble', que trata de seguir la herencia del PSUC, nunca exenta de generar tensiones internas. Los federalistas de ICV, por un lado, y los más soberanistas, por otro. Una dualidad ya ha condicionado los debates orgánicos, acabando por imponerse la vía federalista de ICV —"recentralizadora" o "españolista" según los críticos— y sobre la que ahora pesa la sombra también del proceso de extensión de Más Madrid a otros territorios.

El riesgo de fractura vuelve a asomar entre los 'comuns', espoleado por el creciente peso de ICV y el sector federalista que representa en esta confluencia, cuando aún no se han cumplido cuatro meses de la escisión soberanista liderada por la exportavoz del grupo en el parlamento catalán, Elisenda Alamany, y a la que poco después se sumó la del líder de EUiA y también diputado, Joan Josep Nuet. Sus salidas se justificaron principalmente por el cambio de rumbo supuestamente impuesto por ICV y las diferencias insalvables con los ecosocialistas que, poco a poco, han ido logrando hacer prevalecer su estrategia y hoja de ruta política, arrinconando no solo al sector más soberanista sino también a una parte de los promotores de este proyecto político pretendidamente heredero del PSUC.

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