Sánchez amaga con ir a la investidura aun sin el apoyo de Podemos tras atascarse el diálogo

Casi dos meses después de las elecciones del 28 de abril, casi todo el trabajo sigue por hacer. No hay investidura viable a la vista. El PSOE reivindica sin cesar que los españoles le dieron la victoria en cuatro urnas en apenas un mes —generales, autonómicas, municipales y europeas—, que no hay "alternativa posible" a Pedro Sánchez. Pero las declaraciones no propician votos. Y lo está sufriendo el propio candidato. Las negociaciones con Unidas Podemos siguen encalladas porque Pablo Iglesias sigue demandando la entrada de su formación en el Consejo de Ministros, y el intento de procurarse la abstención de PP y Ciudadanos ha fracasado una y otra vez.

No hay fecha, ni acuerdo, ni avances palpables. Pero la dirección socialista sí va dejando descubiertas algunas de sus cartas. Sánchez no solo está dispuesto a ir a una investidura fallida. También podría ir al Congreso aun sin el apoyo amarrado del que ha señalado como socio preferente, Unidas Podemos. Lo que busca Ferraz es mostrar determinación, que se "retraten todos los grupos", también el de Iglesias y, en definitiva, poner en marcha el reloj: solo con la primera votación de investidura comienza la cuenta atrás de dos meses para encontrar un nuevo presidente. De no hallarlo, las Cámaras se disolverían y el país se conduciría a nuevas elecciones.

El secretario de Organización, José Luis Ábalos, recibió este lunes, tras la reunión de la ejecutiva del PSOE —a la que no acudió Sánchez—, la pregunta directa de si el presidente se someterá a la votación del Congreso aun sin el respaldo de los morados. El número tres no lo descartó. "Se irá a la investidura, porque tiene un encargo del Rey y tiene un resultado electoral expresado en las urnas que también le obligan a presentarse. Pedro Sánchez no va a huir de esa responsabilidad y por tanto comparecerá. Si no lo ha hecho antes es precisamente porque estamos trabajando para ir con apoyos. Y la idea es ir con apoyos. Los que podamos ir sumando, pero ir con apoyos", mantuvo.

El Gobierno no pone aún a Iglesias entre la espada y la pared ya que no señala fecha concreta, aunque insiste en que será "pronto", en julio

Ferraz lanza pues su advertencia, aunque sin acabar de presentarla como un órdago. Enseña la patita, pero no pone a Podemos, al menos por el momento, entre la espada y la pared. No pone fecha aún. Es consciente de que si fijara de antemano el día del arranque de la sesión de investidura, la presión hacia Iglesias aumentaría exponencialmente. Ábalos respondió que espera que dentro de poco el PSOE pueda ofrecer un plazo, pero el debate llegará, en cualquier caso, "pronto", porque España necesita un Gobierno "pronto".

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Que Podemos haga "lo propio"

El secretario de Organización no precisó si se optará por la segunda quincena de julio —la opción que, como informaba este lunes El Confidencial, se está barajando—, lo que supondría un pequeño retraso respecto al calendario oficial. Pero parece ya poco probable que la sesión pueda tener lugar en la primera mitad del próximo mes, dado que las negociaciones siguen muy verdes y Sánchez inaugura este martes la línea AVE Madrid-Antequera-Granada, viaja mañana miércoles a Osaka (Japón) para asistir a la cumbre del G-20, y después enlazará, el domingo, con una larga y decisiva reunión extraordinaria del Consejo Europeo, en la que los líderes habrán de repartir los principales puestos institucionales de la UE.

Ábalos recuerda que "cooperación no es coalición" y urge a Podemos a dar una respuesta. En Ferraz dicen que no les pondrán "contra las cuerdas"

En Ferraz subrayan que no hay una decisión tomada, pero sí reconocen que cada vez gana posiciones la opción de poner "ya en marcha el reloj". "Por supuesto que vamos a seguir buscando los apoyos de Unidas Podemos, pero también es cierto que esto no tiene sentido alargarlo. Así que la idea es tirar con la investidura. Que tenemos un acuerdo, mejor, desde luego, pero si no hay que ir, porque está claro que si no hay una presión real del tiempo nadie se mueve", sostienen fuentes del aparato federal.

Los socialistas cada vez digieren peor la actitud de los morados. Iglesias y su equipo insisten en la entrada de Unidas Podemos en el Consejo de Ministros, pero Sánchez mantiene su oferta "sensata" y "ambiciosa" de que ocupen cargos intermedios en el Gobierno, y no carteras. Y no piensa ceder. Ferraz argumenta que ya se ha movido respecto a su posición inicial, que era la de gobernar en solitario, y que ahora a Podemos le toca hacer "lo propio", ceder en sus líneas rojas. "Es que ellos no han cambiado su postura ni un milímetro y ya es que nos están tomando el pelo. Siguen con su pelea por los carguitos y quizás hay que decírselo. No vamos a dejarnos pelos en la gatera. No nos van a poner contra las cuerdas", inciden en la sede federal.

Puertas para fuera, los máximos responsables del partido procuran cuidar las formas. Ábalos llamó a Podemos a completar "sin dilación" la "relación de colaboración positiva" que han mantenido las dos fuerzas en los últimos meses, "consolidando una relación de mutua confianza, por el bien del país". El número tres reiteró que la "cooperación" que ofrece el PSOE se extiende a tres niveles: parlamentario, programático e institucional. "Pero cooperación no es coalición. No es cuestión de semántica, de nombres o vetos personales, sino de planteamientos de fondo", rubricó el también ministro de Fomento en funciones. La dirección quiere trasladar que no impide el acceso al Consejo de Ministros solo a Iglesias, sino a toda su organización.

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"Movimientos" para empezar a trabajar

El jefe de la formación morada, no obstante, siguió empujando al PSOE por su parte, sin dar una respuesta a la oferta de Sánchez. Ya desde la mañana del lunes, en una entrevista en Radiocable, aseguró que no concibe ni siquiera como hipótesis que el presidente quiera dejar fuera del Consejo de Ministros a Podemos. "No me creo que vaya a plantear semejante barbaridad y que nos falte el respeto". Después, la portavoz de la ejecutiva, Noelia Vera, subrayó que la formación está a la espera de los "movimientos" de los socialistas para comenzar a trabajar.

Iglesias insiste en el Gobierno de coalición y pide "respeto" para Podemos. Rechaza responder a la oferta de Sánchez a través de los medios

Por la tarde, Iglesias se reunió con los líderes de CCOO y de UGT, Unai Sordo y Pepe Álvarez, para ganarse el apoyo de los sindicatos a su propósito de armar un Ejecutivo de coalición. Para entonces, ya había trascendido que horas antes se había reunido Sánchez en la Moncloa con el jefe del PP, Pablo Casado, a quien volvió a reclamar la abstención en la investidura. Sin éxito. El mandatario socialista había intentado un nuevo encuentro discreto con el máximo responsable de Cs, Albert Rivera, pero este se negó con el argumento de que ya había reiterado su negativa a facilitar su reelección.

Iglesias afeó a Sánchez que busque la complicidad de la derecha. A los votantes socialistas, dijo, no les "haría mucha gracia" que la investidura saliera adelante gracias a populares o naranjas. "Creo que en España han cambiado suficientes cosas como para esa opción no fuera la preferida por parte del electorado socialista, pero esa pregunta no me toca responderla a mí. Pregunten ustedes a Pedro Sánchez si está trabajándose la investidura con el PP y con Ciudadanos en vez de con nosotros", deslizó. De nuevo, pidió un Gobierno "estable y progresista". Cuando se le preguntó si estaría dispuesto a renunciar a tener ministros de Podemos después de la advertencia lanzada por el PSOE, insistió en que las propuestas que "se hacen a los socios de gobierno no se deben hacer a través de los medios de comunicación". Ábalos respondió, desde Ferraz, que el PSOE no había demandado "discreción", aunque "respeta" ese criterio.

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En línea con Vera, mantuvo que los mensajes de los socialistas en los últimos días han sido "contradictorios". "Han dicho que el problema no eran los ministros, que el problema era yo. Después dicen que no, que el problema es que son los cargos intermedios. Y bueno, no sabemos exactamente qué es lo que está diciendo el Partido Socialista porque parece que cada día dicen cosas diferentes a través de los medios". Iglesias subrayó que no entrará en una "dinámica de pimpón" en la que el PSOE lance un "ultimátum" y los morados tengan que "contestar". El jefe de la formación no desveló si tendrá nuevos contactos esta semana con Sánchez, pero sí destacó que mientras las derechas se ponen de acuerdo enseguida para armar coaliciones los partidos progresistas "parece" que tienen problemas, informa EFE. "Por nosotros no va a ser. Nosotros estamos dispuestos a negociar un programa progresista y un Gobierno de coalición progresista que dé estabilidad".

Pero nada avanza por ahora. Y aunque PSOE y Unidas Podemos hablen de programa, nada parece haberse adelantado en ese terreno. Ábalos sostuvo que ahí no debería haber dificultades, porque las dos fuerzas acumulan "experiencia" de trabajo juntas en este último año: acordaron la agenda del cambio y pactaron los Presupuestos de 2019. "No partiríamos de cero", recordó el ministro. Lo que ahora tocaría sería "actualizar" la lista de tareas, quizás incorporar "más ambición", añadir elementos de regeneración democrática... Pero los cimientos están construidos, vino a decir. Puede haber una base, pero hoy por hoy la obra está parada. A la espera de que alguno de los dos impulsores, Sánchez o Iglesias, ceda. O no.

UGT y CCOO no se mojan con la fórmula concreta para el Gobierno estable y progresista

Unidas Podemos quiere presionar a Pedro Sánchez buscando aliados. Lo hizo el pasado viernes, persiguiendo la complicidad de los ecologistas, y reprodujo el movimiento este lunes sentándose con los jefes de los dos grandes sindicatos. 

Unai Sordo y Pepe Álvarez, tras verse con Pablo Iglesias y con la portavoz de Trabajo del grupo confederal, Yolanda Díaz, sí reclamaron en el Congreso un Gobierno estable y de carácter progresista con una participación importante de Unidas Podemos, aunque no quisieron determinar cuál debería ser el papel desempeñado por los de Iglesias. Álvarez habló de "papel fundamental" de Unidas Podemos para dar estabilidad al Ejecutivo, y Sordo pidió un "acuerdo fuerte" entre las dos formaciones de izquierdas. 

El jefe de UGT sí advirtió de la "simplificación" en que se puede convertir la negociación si se reduce a un "baile de sillas", porque además de "deslegitimar" no ayuda a construir un programa de medidas sociales. Lo importante, siguió, es que se garantice la implementación de ese programa. Si debe haber o no ministros de Podemos, dijo, "es la pregunta del siglo". 

Sordo apuntó, por su parte, que la responsabilidad de si debe haber o no un Gabinete de coalición es "de los negociadores", aunque sí cree conveniente que haya un Ejecutivo estable porque España necesita "reformas estratégicas", informa EFE. Entre las medidas urgentes, UGT citó la necesidad de derogar las reformas del PP, la laboral y la de pensiones entre ellas, modificar la fiscalidad para que paguen más los más ricos, atender las urgencias del país o hacer de España un país "plenamente democrático".