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Artur Mas pidió a la OTAN su apoyo al 9-N y le ofreció una subsede en Cataluña
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REUNIONES SECRETAS CONOCIDAS AHORA

Artur Mas pidió a la OTAN su apoyo al 9-N y le ofreció una subsede en Cataluña

Un 'lobby' a sueldo de la Generalitat se reunió con altos cargos de la mayor alianza militar del mundo para buscar su respaldo al primer referéndum independentista de 2014

Foto: El expresidente de la Generalitat Artur Mas. (EFE)
El expresidente de la Generalitat Artur Mas. (EFE)

El primer referéndum secesionista de 2014 no tuvo nada de simulacro. El Govern de Artur Mas contactó de forma insistente con altos cargos de la OTAN en los meses previos a la consulta del 9-N para que la mayor alianza militar del mundo apoyara una hipotética declaración unilateral de independencia de Cataluña. El Ejecutivo de CiU ofreció incluso espacio para que el organismo, que tiene sus cuarteles generales en Bruselas, abriera una subsede en suelo catalán. Sus máximos responsables declinaron la propuesta porque en ese momento no entraba en sus planes aumentar su presencia en el sur de Europa.

Los detalles de estas gestiones han sido revelados ahora por Independent Diplomat (ID), un 'lobby' de Estados Unidos especializado en procesos secesionistas que fue contratado por la Generalitat entre 2013 y 2015 para que recabara apoyos internacionales a su hoja de ruta para la independencia. El resultado de sus gestiones fue más bien discreto, pero el Govern de Mas le pagó en esos tres ejercicios un total de 1.391.000 euros a través de Diplocat, el ente público encargado de canalizar la acción exterior del secesionismo, y otros 92.843 euros desde la Delegación de la Generalitat en Nueva York.

Los responsables de la OTAN declinaron la propuesta porque no buscaban aumentar su presencia en el sur de Europa

Gran parte de la labor de Independent Diplomat se habría centrado precisamente en establecer contacto con líderes de la alianza atlántica, un objetivo que fue prioritario para el Ejecutivo de Mas, según la documentación desvelada en las últimas semanas. El relanzamiento de la ofensiva independentista en 2012, con el segundo Gobierno de CiU, coincidió con los momentos más duros de la guerra separatista en el este de Ucrania, un auténtico desafío para la seguridad de Europa. Rusia se apoyó en los movimientos independentistas de la región del Donbáss para poner contra las cuerdas la política de defensa del Viejo Continente y frenar el avance de la OTAN en la región. En marzo de 2014, Putin culminó la primera fase de su plan de desestabilización con la convocatoria de un referéndum 'fake' en la provincia ucraniana de Crimea que le sirvió para anexionarse ese enclave.

Lo último que quería Mas, en la recta final de los preparativos de la consulta independentista del 9 de noviembre de 2014, es que la comunidad internacional interpretara su desafío a la legislación española en la misma clave. La primera gestión del 'lobby' norteamericano se produjo en agosto de 2013, solo unos días después de que fuera contratado por primera vez por Diplocat. La oficina de relaciones logró que Roger Albinyana, que ocupaba entonces el cargo de secretario general de Acción Exterior y Unión Europea del Govern —germen del Departamento de Relaciones Exteriores creado por Puigdemont en 2016 que pasó a liderar Raül Romeva—, mantuviera una reunión no oficial en Bruselas con responsables de la OTAN.

Foto: Artur Mas. (EFE)

En septiembre de 2013, Independent Diplomat gestionó un nuevo acercamiento de la Generalitat a la alianza militar, en este caso, entre Albinyana y el entonces asesor adjunto del secretario general para Desafíos Emergentes de Seguridad, el inglés Jamie Shea, un todopoderoso funcionario que se retiró en 2018 tras 32 años en la OTAN y se hizo famoso en 1999 por su controvertido papel como portavoz del organismo durante la guerra de Kosovo.

La labor del 'lobby' de la Generalitat con la OTAN se reactivó en septiembre de 2014, a las puertas ya de la consulta del 9-N. Fue en ese momento, según los documentos revelados por la firma de relaciones públicas, cuando el Govern de Mas pidió explícitamente a la alianza que apoyara el proceso independentista que esperaba poner en marcha tras la consulta. Para tratar de aproximar posiciones, el Ejecutivo de CiU ofreció su máxima predisposición a que Cataluña acogiera una subsede de sus cuarteles generales en Bélgica. La propuesta fue planteada directamente por Albinyana. Sin embargo, el organismo declinó ese doble ofrecimiento. Ni dio su apoyo al primer referéndum secesionista de Cataluña ni mostró interés en contar con una oficina en su territorio. Contestó diplomáticamente que tenía otras prioridades.

El resultado de sus gestiones fue más bien discreto, pero el Govern de Mas pagó en esos tres ejercicios un total de 1.391.000 euros a través de Diplocat


Un año después, poco antes de que el 'lobby' dejara de trabajar para Diplocat, se establecieron los últimos contactos. Independent Diplomat logró cerrar una reunión informativa de Albinyana con un subsecretario general adjunto de la OTAN que se habría producido el 7 de septiembre de 2015. El Govern trató de conseguir una segunda cita ese mismo mes, pero tuvo que cancelarse a última hora.

El detalle de estos contactos confirma que, ya en 2013, la Generalitat desplegó su acción exterior para contraprogramar la diplomacia española e intentar que la agenda independentista calara en los principales organismos internacionales, también en el plano militar. Sin embargo, la falta de resultados habría movido al Ejecutivo de Puigdemont a virar a partir de 2016 su búsqueda de alianzas.

Foto: Rueda de prensa de Carles Puigdemont en Bruselas. (EFE) Opinión
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Como reveló este diario el pasado octubre, la Guardia Civil encontró pruebas de que el Govern de Junts pel Sí contactó en mayo de ese año con autoridades chinas para cerrar un préstamo de 11.000 millones de euros con el que financiar la puesta en funcionamiento del Banco Central de Cataluña, destinado a ser la máxima autoridad monetaria en la región tras su hipotética independencia. Además, se están investigando conexiones de la Generalitat con Rusia. Como también desveló este diario, uno de los ideólogos del 'procés', el exdirigente de ERC Oriol Soler, viajó en 2016 y 2017 a San Petersburgo para supuestas reuniones de trabajo. Asimismo, Soler se reunió tras el 1-O con Julian Assange en su refugio de la embajada de Ecuador en Londres, unas gestiones que evidencian la apuesta del Govern por la búsqueda de apoyos alternativos a los del eje occidental.

La imagen exterior del independentismo no pasa por su mejor momento, a pesar de sus enormes inversiones en 'lobby', medios de comunicación y agencias de publicidad. Twitter anunció hace dos semanas el cierre de 130 cuentas falsas vinculadas al movimiento secesionista y ERC por un uso fraudulento de la red social para influir en procesos electorales. Incluyó esta medida en un cierre más ambicioso, que ha afectado a más de 4.000 cuentas de Irán, Rusia y Venezuela, que no son los mejores socios en estos momentos para convencer a la sociedad internacional.

El primer referéndum secesionista de 2014 no tuvo nada de simulacro. El Govern de Artur Mas contactó de forma insistente con altos cargos de la OTAN en los meses previos a la consulta del 9-N para que la mayor alianza militar del mundo apoyara una hipotética declaración unilateral de independencia de Cataluña. El Ejecutivo de CiU ofreció incluso espacio para que el organismo, que tiene sus cuarteles generales en Bruselas, abriera una subsede en suelo catalán. Sus máximos responsables declinaron la propuesta porque en ese momento no entraba en sus planes aumentar su presencia en el sur de Europa.

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