Los vídeos de la Manada se repasaron en el juicio: "Son repugnantes"
El juicio vivió su día clave con el visionado y análisis pormenorizado de los 96 segundos grabados por los acusados con sus teléfonos móviles
El juicio contra los cinco acusados de violar presuntamente a una joven de 18 años durante la primera noche de los Sanfermines de 2016 vivió el martes 21 de nobiembre de 2017 una de sus jornadas clave con el visionado en la sala de los siete vídeos que grabaron los integrantes de 'La manada' con sus móviles mientras tenían lugar los hechos. Dada su gran relevancia y la enorme disparidad de criterios en torno a las imágenes entre las diferentes partes (la acusación sostenía que los vídeos dejaban claro que se trató de una violación grupal, mientras que la defensa aseguraba que evidenciaban que fueron relaciones sexuales consentidas), los 96 segundos de grabaciones fueron analizados de forma minuciosa segundo a segundo, fotograma a fotograma, en una sesión que superó las cinco horas largas de duración.
Cada uno de los siete vídeos fue visto en numerosas ocasiones durante la declaración de los dos agentes de la Policía Foral que realizaron un estudio de los archivos extraídos de los móviles de los acusados y la posterior comparecencia de los peritos de la defensa que analizaron el contenido de los vídeos. Las imágenes de los vídeos grabados por dos de los cinco acusados fueron sucediendo una y otra vez. La defensa interpeló por cada movimiento de la denunciante, por la interpretación de sus gestos, para tratar de desmontar la tesis de la violación grupal y acreditar que no hubo agresión sexual en ningún momento.
Fueron más de 300 minutos de sesión para escudriñar 96 segundos de grabaciones que se antojaban clave en el devenir del proceso, ya que la interpretación hiciese el tribunal de estos 96 segundos inclinaría hacia un lado u otro la sentencia. Los dos policías se ratificaron en esencia en el contenido de su informe, que en su primera versión con la descripción de las imágenes superaba las 100 páginas y luego se fue ampliando hasta sobrepasar las 200: la joven madrileña mantuvo una posición "neutra o pasiva" y su actitud "no fue participativa", estando en todo momento con los "ojos cerrados".
Los policías forales que analizaron los vídeos de los móviles aseguran que las imágenes evidencian "humillaciones y vejaciones" hacia la joven
Los policías dieron cuenta durante casi cerca de cuatro horas de declaración de lo que significaba cada segundo de unos vídeos que "son repugnantes", aseguró de forma expresiva uno de los dos letrados de la joven, Carlos Bacaicoa, durante un receso de la vista. Una vez finalizada la sesión, el abogado insistió en la crudeza de las siete grabaciones (también se realizaron dos fotografías que fueron igualmente analizadas). Es más, aseguró que los policías forales interpretaron que las imágenes de los archivos evidenciaban "humillaciones y vejaciones" hacia la joven.
La ratificación de los dos policías forales en su planteamiento de que la denunciante mantuvo una posición neutra vinieron a confirmar el testimonio de la propia joven, que en su declaración aseguró que no opuso resistencia al entrar en "estado de 'shock" ante la actitud de los cinco imputados nada más acceder al portal donde se acometió la presunta violación, lo que la llevó a "someterse" a ellos y ser forzada a mantener relaciones sexuales grupales. Según aseguró, cerró los ojos y "solo deseaba que todo acabara cuanto antes". Una vez finalizada la presunta agresión sexual, de la que la joven no recuerda el tiempo que duró, los integrantes de 'La manada' abandonaron el lugar dejándola desnuda y tras haberle robado el móvil uno de ellos para impedir que realizara alguna llamada.
La defensa replica que "las imágenes acreditan al 100% que fue sexo consentido. En ningún momento se percibe ni fuerza ni intimidación de los jóvenes"
Esta sesión del juicio se celebró a puerta cerrada para proteger el "derecho fundamental a la intimidad" de la denunciante y para salvaguardarlos —tanto a ella como a los cinco imputados— de "una indeseada e indeseable exposición pública aireando aspectos relativos a su intimidad corporal y vida sexual que pertenecen a la esfera personal", la defensa de los cinco sevillanos imputados hacía una lectura radicalmente opuesta de lo que había sucedido en la sala de vistas 102. "Las imágenes acreditan al 100% que fue sexo consentido. En ningún momento se percibe ni fuerza ni intimidación de los acusados", sostuvieron fuentes de la defensa.
Los peritos que habían realizado un informe a partir del análisis de las imágenes a petición de la defensa, expertos en lenguaje no verbal, certificaron durante su declaración esta conclusión de que hubo "consentimiento" entre la joven y los cinco integrantes de 'La manada'. Para ello, se basaron principalmente en seis segundos de grabación en los que se percibe una "sincronización de relaciones" que "no podría darse si no fueran relaciones sexuales consentidas", según especificaron las mismas fuentes. "La conducta de ella no acredita la violación en ningún momento y encaja con el planteamiento de que fue consentido", remarcaron.
En esta línea, Agustín Martínez, abogado de tres de los cinco acusados, aseguró que los policías forales que realizaron una descripción de las imágenes habían tenido que corregir "múltiples veces" el contenido de su informe, a pesar de que se hubiesen ratificado en el contenido del mismo. "Han sido múltiples las veces que han tenido que modificar lo que aparecía en el texto o explicar de una manera de forma completamente diferente lo que estaban diciendo", expuso sin querer entrar a valorar el contenido de las declaraciones. En este sentido, Martínez aludía en su escrito de defensa a que los dos policías forales observaban en su informe "determinados audios en los cuales se refieren jadeos y gemidos de mujer" y que en uno de los vídeos podía "observarse una cierta iniciativa de la denunciante cogiendo el pene de Boza (Ángel) a la vez que hace una felación a Alfonso (Jesús Cabezuelo)".
Aunque existía la posibilidad, la defensa no solicitó finalmente un careo entre los policías forales que hicieron el informe y sus peritos una vez finalizadas las declaraciones de ambas partes para confrontar las visiones. Los siete vídeos grabados por dos de los cinco acusados durante los hechos se visionaron en la séptima sesión del juicio después de que la defensa no pidiera proyectar las grabaciones durante la declaración de la denunciante, el martes 14, en la segunda jornada. "No hacía falta hacer una recreación sobre los hechos, ha quedado claro bajo nuestro punto de vista", argumentó Martínez al finalizar la comparecencia de la joven madrileña.
A la vista de estas lecturas tan contradictorias entre las partes, Martínez señaló que la clave iba a radicar en la interpretación de los tres jueces, más allá de lo que hubiesen declarado los diferentes comparecientes en la sesión de este martes: "¡Qué mejor interpretación de las imágenes que la propia visualización por parte del tribunal! Ellos [los tres magistrados] tendrán que sacar sus propias conclusiones. No es necesaria la aportación de nadie para la interpretación de los vídeos. Lo más lógico es que las personas que tengan que interpretar las imágenes no tengan las lecturas de otros sino que por su propia visión saquen sus propias conclusiones", insitió. Estas palabras, en las que vino a dejar en un segundo plano lo ocurrido ese martes en la sala de vistas con las diferentes declaraciones, pudieron ser interpretadas como que lo ocurrido en esa séptima sesión del juicio no había sido favorable a sus intereses.
El contenido de los vídeos fue un factor determinante para que los cinco integrantes de 'La manada' estuvieran estado en prisión provisional durante 16 meses a la espera del juicio. El juez instructor del caso, tres magistrados de la Sección Primera de la Audiencia de Navarra y dos de los tres de la Sección Segunda que juzgó el caso se ampararon en las grabaciones para mantener en la cárcel a los imputados y desestimar sus diferentes peticiones para lograr su libertad provisional bajo fianza. A este respecto, el juez instructor del caso fue muy claro y en uno de sus autos reflejó: "No se oye ninguna petición expresa de consentimiento para determinados actos ni la actitud de los procesados durante las grabaciones indica que esperen ese consentimiento específico para nada de lo que ejecutan, ni para una grabación de la que la víctima no da muestras de ser consciente en ningún momento y que se produce en posiciones especialmente vejatorias para las que es impensable que hubiera podido prestar tal consentimiento".
En esta misma línea, el Ministerio Público hizo un relato pormenorizado de los abusos sexuales a los que fue forzada la joven y que incluía felaciones, penetraciones anales y vaginales, y eyaculaciones sin preservativo. La sucesión de penetraciones y felaciones que se refleja en los vídeos constituyó para las acusaciones la prueba de cargo de la violación que cometieron en grupo los cinco acusados, que se enfrentaban entonces a penas de prisión de hasta casi 26 años cada uno.
La defensa celebró que "no hay secuelas"
La larga sesión de visionado y análisis pormenorizado de los vídeos pospuso para la tarde la declaración de los peritos psicólogos del juzgado y de las defensas, quienes disendieron en sus análisis sobre el estado de la joven tras los hechos. Mientras que para los primeros la joven de Madrid presentó claros síntomas de un estrés postraumático, los segundos defiendieron que la denunciante no presentaba tales secuelas psicológicas. También existía la posibilidad de un careo entre los diferentes peritos de solicitarlo alguna de las partes, pero finalmente nadie lo solicitó tras dos horas de declaración.
El abogado de la defensa Jesús Pérez habla por primera vez ante los medios para celebrar que "ha quedado acreditado con rotundidad que no ha habido ningún tipo de estrés postraumático"
Al término de la declaración de los peritos psicólogos, quiso hablar a los medios de comunicación Jesús Pérez, el abogado de A. M. G., quien mantuvo absoluto silencio durante todo el proceso. Lo ha hizo para celebrar que había "quedado acreditado al 100% que las relaciones [sexuales] fueron absolutamente consentidas" con los informes de los peritos contratados por la defensa para analizar el contenido de los vídeos y evaluar el estado de la joven tras los hechos. En particular, puso énfasis en el informe psicológico, que "había acreditado con rotundidad que no había habido ningún tipo de estrés postraumático" en relación al informe médico aportado por el juzgado. "Hoy salimos contentos", aseveró.
También se mostró exultante Agustín Martínez, que celebró que la declaración de los peritos de la defensa fue "absolutamente demoledora, ilustrativa y francamente brillante", ya que "de sus explicaciones técnicas y de la prueba ha quedado suficientemente acreditado que no existe estrés postraumático en ningún caso". Por ello, destacó que el informe previo del juzgado, que sostiene que la joven sufrió estrés postraumático y que no exageraba estas secuelas, quedó "desvirtuado". "A día de hoy no ha quedado acreditado absolutamente nada de lo que se nos acusa. Todo lo contrario", enfatizó.
Uno de los dos peritos de la defensa que han firmado el informe psicológico no estuvo presente en la exploración de la joven
Uno de los dos peritos de la defensa que firmaron el informe no estuvo presente en la exploración de la joven. Ante ese hecho, Martínez aseguró que se trataba de un "defecto de forma" que carecía de trascendencia, ya que quien elaboró realmente el documento fue el otro perito, aunque, "como era conjunto, llevaba las dos firmas". Por contra, frente a la valoración de la defensa de la comparecencia de los peritos psicólogos, la acusación sostuvo que las secuelas que sufre la joven por los hechos eran "evidentes".
El juicio contra los cinco acusados de violar presuntamente a una joven de 18 años durante la primera noche de los Sanfermines de 2016 vivió el martes 21 de nobiembre de 2017 una de sus jornadas clave con el visionado en la sala de los siete vídeos que grabaron los integrantes de 'La manada' con sus móviles mientras tenían lugar los hechos. Dada su gran relevancia y la enorme disparidad de criterios en torno a las imágenes entre las diferentes partes (la acusación sostenía que los vídeos dejaban claro que se trató de una violación grupal, mientras que la defensa aseguraba que evidenciaban que fueron relaciones sexuales consentidas), los 96 segundos de grabaciones fueron analizados de forma minuciosa segundo a segundo, fotograma a fotograma, en una sesión que superó las cinco horas largas de duración.
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