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Sánchez no quiere ministros de Podemos, pero sí ofrece a Iglesias cargos intermedios
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PRIMERA CITA DISCRETA EN LA MONCLOA

Sánchez no quiere ministros de Podemos, pero sí ofrece a Iglesias cargos intermedios

El presidente baja algo más al detalle del "Gobierno de cooperación" que tiene en la cabeza, que incluye pacto de investidura y una alianza firme, pero no la entrada en el Consejo de Ministros

Foto: Pedro Sánchez y Pablo Iglesias, el pasado 7 de mayo en la Moncloa. (Reuters).
Pedro Sánchez y Pablo Iglesias, el pasado 7 de mayo en la Moncloa. (Reuters).

A estas alturas, parece ya bastante claro que Pedro Sánchez no quiere, de entrada, ministros de Podemos. Pablo Iglesias ya lo sabía por las múltiples declaraciones públicas de dirigentes socialistas. Ahora también lo sabe de labios del presidente en funciones. Se lo dijo en su cita discreta de este lunes en la Moncloa. Pero le trasladó una segunda idea más relevante: le ofreció la entrada en el Gobierno, pero en puestos intermedios. Es decir, que los morados podrían integrarse en escalones de mando dentro de la Administración, pero no en el Consejo de Ministros, el punto más sensible de poder de todo el país.

El deseo del Ejecutivo de trenzar un acuerdo rápido con Unidas Podemos se está torciendo. No peligrosamente aún, porque el núcleo duro de Sánchez espera que el pacto cuaje, pero sí se está viendo venir que va a ser más trabajoso de lo que esperaban. Los morados no están dispuestos a ceder en su principal pretensión, que es la de un Gabinete de coalición. Por eso Sánchez tuvo que bajar al detalle en su primera cita con Iglesias sin los medios delante. Explicar a su interlocutor qué entiende por "Gobierno de cooperación", la expresión que ambas partes emplearon la semana pasada en el arranque de las negociaciones y que cada partido leyó a su manera. Iglesias se aferró a que el nombre es lo de menos, porque para él implicaba lo mismo, un Ejecutivo conjunto. El PSOE abandonaba su pretensión de Gobierno en solitario, monocolor, para apostar por una "fórmula novedosa", pero desde luego no de coalición, con el argumento de que las dos fuerzas no alcanzan la mayoría absoluta y el formato ambicionado por los morados retrae en cambio a aquellas otras formaciones a las que Sánchez tiene que pedir su apoyo.

Fue este martes cuando trascendió que la reunión en la Moncloa de los dos líderes se había producido la víspera. La cita la adelantó eldiario.es, una "filtración" que escamó profundamente al Ejecutivo. A partir de entonces, comenzó un diálogo a través de los medios, un lanzamiento cruzado de mensajes para intentar ganar el relato. Así, horas más tarde llegó la versión de respuesta, avanzada a 'El País' y que confirmaron posteriormente fuentes socialistas a este periódico. Sánchez explicó a Iglesias que para él ese Gobierno "de cooperación" se asienta en tres pilares. Uno, que Unidas Podemos se convertiría en el socio preferente y prioritario. Ya lo era en el último año, pero ahora, siempre según el PSOE, se daría un paso más, en el sentido que se estrecharían las relaciones entre ambos y el presidente no buscaría un apoyo de la derecha —Ciudadanos, PP— en otras leyes y medidas, preferiblemente económicas. Es decir, que socialistas y morados actuarían como un bloque compacto. Sí es cierto que en Ferraz, vista la constitución de ayuntamientos del pasado sábado y la conformación de los gobiernos autonómicos, se tiene la percepción de que el eje izquierda-derecha continuará actuando, por lo que el deseo de transversalidad (esto es, acuerdos con Cs) no tendrá traducción real, al menos de momento.

El presidente sí quiere estrechar relaciones con los morados, aupados como socios preferentes, pero rechaza su entrada en el núcleo de poder


Dos, Sánchez e Iglesias firmarían un pacto de investidura que compilara los objetivos y retos de toda la legislatura y la agenda social perseguida. Y tres, el punto más conflictivo. La composición del Ejecutivo.

Foto: Pedro Sánchez y Pablo Iglesias, el pasado 7 de mayo en la Moncloa. (Reuters)

Los riesgos que ve el PSOE

El presidente subrayó a Iglesias que no quiere a Podemos en su Consejo de Ministros, aunque sí estaría dispuesto a que altos cargos de la Administración central fueran ocupados por el partido morado. Así, la formación emergente pisaría por primera vez el aparato del Estado —puestos intermedios son secretarías de Estado, direcciones generales, empresas y organismos públicos...—, con lo que disfrutaría de una plataforma institucional, pero tendría vedada la entrada en el equipo directo de Sánchez. Un premio de consolación apenas. Iglesias, sin embargo, empuja para entrar en el corazón del poder y ha insistido en que no concibe que se le pongan "vetos". Tampoco a él. Y demanda que un tercio de los ministros sean designados por su fuerza política, en correspondencia con la relación de escaños (42 suyos por los 123 del PSOE).

En el Ejecutivo sostienen que "hay tiempo" aún para ir trabando un pacto. Sánchez iría a la investidura "en la primera o segunda quincena de julio"

Son varios los argumentos que esgrimen los socialistas para rechazar la fórmula querida por Iglesias. Sentar a miembros de Unidas Podemos en el Gabinete haría perder a Sánchez su imagen de centralidad, y en el núcleo duro aterra perder el control de las decisiones más importantes y el ruido que podría generar compartir el Gobierno. Ambas formaciones son progresistas, sí, pero su cultura política es distinta. Y muy distante incluso en cuestiones sensibles como la gestión del conflicto en Cataluña. Iglesias defiende el derecho de autodeterminación, algo que el PSOE ha prometido que jamás aceptará. Los morados arrancaron la legislatura, por ejemplo, negándose a suspender de manera inmediata a los dirigentes independentistas en prisión preventiva.

Podemos asegura que hay conversaciones con el PSOE para formar un gobierno

Fuentes del Ejecutivo expresaban este martes su voluntad de que se reconduzcan las conversaciones hacia el sendero programático, donde más posibilidades de acercamiento puede haber para, una vez recorrido ese camino, discutir sobre la fisonomía del nuevo Gobierno. Pero Unidas Podemos quiere que se aclare ese punto lo antes posible. De hecho, en Ferraz señalaban que tras la primera reunión las posiciones de ambas fuerzas seguían "muy alejadas". Es decir, que el mensaje que quiso trasladar la dirección es de atasco del diálogo.

Sánchez, dispuesto a ir a una investidura fallida para "no decepcionar"

No obstante, fuentes próximas al presidente indicaban que aún "hay tiempo". El secretario de Organización, José Luis Ábalos, señalaba este lunes que Sánchez se sometería a la investidura "en breve", tuviera o no los apoyos atados. ¿Cuál es el plazo temporal? Las mismas fuentes del Ejecutivo precisaban que no quiere decir que la sesión en el Congreso sea "inminente". "Hablamos de primera o segunda quincena de julio, no está decidido todavía. En todo caso, antes de las vacaciones de agosto". Esta última apreciación es una ligera corrección respecto a la previsión inicial. En el Gabinete se había llegado a manejar como una opción que la primera votación de investidura, la que marca el arranque de la cuenta atrás, fuera el 10 de julio. Ahora quizá se pueda retrasar. El candidato podría no tener todos los respaldos amarrados, pero tampoco quiere ir con el único sostén de sus 123 diputados y del representante del Partido Regionalista de Cantabria. Acudir solo al pleno también tiene un coste.

A estas alturas, parece ya bastante claro que Pedro Sánchez no quiere, de entrada, ministros de Podemos. Pablo Iglesias ya lo sabía por las múltiples declaraciones públicas de dirigentes socialistas. Ahora también lo sabe de labios del presidente en funciones. Se lo dijo en su cita discreta de este lunes en la Moncloa. Pero le trasladó una segunda idea más relevante: le ofreció la entrada en el Gobierno, pero en puestos intermedios. Es decir, que los morados podrían integrarse en escalones de mando dentro de la Administración, pero no en el Consejo de Ministros, el punto más sensible de poder de todo el país.

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